Álex Ramos, de Sociedad Civil Catalana: «No descarto que haya dirigentes del PSC en la manifestación contra la amnistía»

Cristian Reino BARCELONA/COLPISA

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Toni Albir

La manifestación no está convocada, dice Ramos, ni contra los socialistas ni contra el Gobierno. Es una llamada a la movilización contra la amnistía, que a su juicio es el paso previo a la autodeterminación. «Los nacionalistas son insaciables». «La política de intentar contentarles no funciona», advierte

17 sep 2023 . Actualizado a las 18:15 h.

La posibilidad de que PSOE, Sumar y los nacionalistas aprueben una ley de amnistía como moneda de cambio para la investidura de Pedro Sánchez ha reactivado a Sociedad Civil Catalana, la entidad constitucionalista, que ha convocado una gran manifestación para el 8 de octubre en Barcelona. «No en mi nombre. Ni amnistía, ni autodeterminación», reza el lema.

Hace seis años, esta plataforma social antisoberanista consiguió un hito: reunió a un millón de personas en Barcelona. Puigdemont amenazaba con declarar la independencia. El contexto ha cambiado. Los socialistas, por ejemplo, ya se han desmarcado de la convocatoria de SCC. En el 2017, Borrell fue la estrella de la protesta. Tras el intento de investidura de Feijoo, el constitucionalismo, sin el PSC, saldrá a la calle en Barcelona en plenas negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez.

Días antes, el PP ha anunciado un acto en Madrid, el 24 de septiembre, para protestar contra los pactos del Gobierno con el independentismo. En SCC, en cualquier caso, recalcan que una y otra convocatoria no tienen nada que ver y niegan que formen parte de una misma estrategia contra el Gobierno. «No aceptamos ser parte de la estrategia de un partido para derribar a otro. Somos transversales y para la manifestación apelamos a los votantes del PSC, Sumar, PP o Ciudadanos», afirma Álex Ramos, vicepresidente de Sociedad Civil Catalana. Vox también ha confirmado su asistencia.

La manifestación no está convocada, dice, ni contra los socialistas ni contra el Gobierno. Es una llamada a la movilización contra la amnistía, que a su juicio es el paso previo a la autodeterminación. «Los nacionalistas son insaciables», afirma Ramos. «La política de intentar contentarles no funciona», advierte. La situación a su juicio es muy grave y cree que una ley de amnistía es «inasumible» por el estado de derecho.

«En el 2017, estuvimos al borde del conflicto civil, fue muy grave», advierte. «Y ahora no podemos salir a decir que lo que hicieron los independentistas estaba bien, que el estado les reprimió y se equivocó y les damos la amnistía para poder gobernar», afirma el responsable de Sociedad Civil Catalana. «Ni la amnistía ni la autodeterminación caben en nuestro ordenamiento jurídico», asegura.

Ramos ve con «tristeza» la ausencia de los socialistas en la manifestación. Aunque no descarta que alguno se deje ver en la protesta. «Me gustaría que hubiera dirigentes del PSC en la manifestación contra la amnistía», afirma. De momento, en el socialismo catalán no se han escuchado voces críticas contra la ley de amnistía, como las de dirigentes históricos del PSOE.

Una posición incómoda

Salvador Illa se la juega. Fue el ganador de las últimas elecciones catalanas. El PSC es la primera fuerza en Cataluña (en las generales ganó de manera rotunda) e Illa aspira a ser el próximo presidente de la Generalitat. Su posición es incómoda. Porque ha absorbido a buena parte del votante de Ciudadanos que en el 2017 dio la victoria a Arrimadas en las autonómicas, pero al mismo tiempo se presenta como el partido que trabaja por la concordia entre catalanes.

Un Gobierno catalán sustentado solo por fuerzas no secesionistas es impensable a día de hoy. La aritmética no sale. Pero Jaume Collboni, por ejemplo, es alcalde de Barcelona gracias a la suma de los comunes y el PP. En SCC aseguran que ayudaron en aquella operación y no dudan en afirmar que les gustaría que el próximo presidente de la Generalitat sea Illa.

El actual líder del PSC era secretario de organización del PSC en octubre del 2017 y acudió a la manifestación multitudinaria del 8 de octubre. A la siguiente, la del 29 de octubre (dos días después de la DUI), la delegación socialista la encabezó Miquel Iceta, entonces primer secretario de los socialistas catalanes y hoy ministro.

Iceta, como el PSC, fue partidario del derecho a decidir, hasta el 2014 en que el partido se desmarcó del soberanismo, lo que provocó una escisión interna, con la salida de los Maragall, Nadal, Tura, Castells o Mascarell. El constitucionalismo estuvo unido en el 2017 en Cataluña frente al procés, pero ahora cada uno hace la guerra por su cuenta.

Ciudadanos fue la formación de referencia durante los años álgidos del desafío nacionalista. Fue la primera fuerza en el Parlament: hoy está al borde de la desaparición. El PP se empieza a recuperar, pero está inmerso en una profunda crisis interna, que puede lastrar este cambio de tendencia. En el PP catalán se ha abierto el eterno debate sobre si deben pactar con los nacionalistas.

Pujol y Mas gobernaron con apoyo del PP catalán. Alejandro Fernández, presidente de la formación, está enfrentado con Feijoo. Se niega a hablar con Junts y carga contra los que en Génova quieren hacer del PPC un PSC de centro derecha.