Feijoo asume la dificultad de su investidura: «Vamos a defender la igualdad aunque nos cueste la Presidencia de España»

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO

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En un acto en la capital gallega arremetió contra Sánchez y el partido sanchista, «que expulsa a quienes militaban en el Partido Socialista», tras echar al histórico socialista Nicolás Redondo

17 sep 2023 . Actualizado a las 19:01 h.

En su tierra, en su feudo, con los suyos, con diputados, senadores, conselleiros, alcaldes y diputados provinciales. Acompañado del presidente de la Xunta y del PPdeG, Alfonso Rueda, y de la vicepresidenta cuarta del Congreso, Marta González, el presidente del Partido Popular y candidato a la Presidencia, Alberto Núñez Feijoo, se dejó arropar este domingo en un acto en Santiago bajo el nombre Por la igualdad de los españoles. A diez días de la sesión de investidura, una sesión agridulce para el popular, Feijoo sabe que es complicado que las cuentas cuadren. Por eso ante miles de militantes y simpatizantes aseguró que no todo vale para ser presidente, «vamos a defender la igualdad aunque nos cueste la Presidencia de España».

Feijoo vino a Galicia para insistir en que no todo vale y para arremeter contra el presidente en funciones, Pedro Sánchez, quien a unos kilómetros de distancia participaba en la fiesta de los socialistas gallegas en Oroso. De hecho, el único invitado a quien levantó el presidente del PP fue al jovencísimo alcalde de este municipio, Álex Doval. 

Fue una intervención en la que Feijoo quiso dejar claros varios mensajes. Primero, el PP ganó las elecciones el pasado 23 de julio. Segundo, no todo vale para llegar a ser presidente del Gobierno de España. Y tercero, el PSOE ya no es el Partido Socialista, sino el partido sanchista que expulsa a los militantes socialistas como ocurrió hace unos días con el histórico Nicolás Redondo. 

Feijoo sabe que la mayoría está muy complicada por lo que pone la venda antes de la herida, «no sé si ganaremos la investidura pero los españoles no van a perder la dignidad», dijo. La igualdad de todos los españoles, vivan donde vivan y voten a quien voten, fue uno de los lemas de su intervención que probablemente repetirá el próximo domingo, en el acto convocado en Madrid con el mismo objetivo, defender la igualdad de todos los españoles frente a un Pedro Sánchez que concedió indultos, eliminó el delito de sedición y rebajó el de malversación, tal y como exigió ERC, solo por su conveniencia personal.

Tras comenzar su intervención en gallego mostrando su pesar por el fallecimiento esta noche del periodista gallego Pepe Domingo Castaño, «un padronés que nos honra», el popular se pasó al castellano para olvidarse «de los pinganillos que nos desunen y hablar la lengua que nos une y que todos tenemos el derecho y la obligación de conocer». Aprovechó así para criticar la propuesta de Yolanda Díaz para usar las lenguas cooficiales en el Congreso. 

Sánchez se convirtió en la diana de las palabras de Feijoo. Un Sánchez que había sido el último expulsado por la ejecutiva socialista en el año 2016 «por manchar las siglas, dar un pucherazo y por que temían que hiciese todo lo que ha hecho». Un Sánchez que ha obligado por primera vez en 45 años tras la aprobación de la Constitución «a defender con tanto énfasis el principio de igualdad para todos, que diferencia la democracia de la dictadura». Un Sánchez que ha convertido al Partido Socialista en un partido elitista, y que ha llegado a un nivel de degradación moral y política que no se había visto, insistió. 

Terminó con sorna «tengo que ir a preparar el debate de investidura», el primero que dará en el Congreso. «Esto solo lo podía hacer un gallego, que mi primer debate sea el de investidura», dijo con humor. 

A Feijoo le precedió el presidente del PPdeG, Alfonso Rueda, también con un recuerdo para Pepe Domingo Castaño. Animó a Feijoo a llegar a la Presidencia para que España recupere su dignidad. E insistió en el lema de la convocatoria, la igualdad, por lo que los gallegos «nunca admitiremos que os demais medren a costa nosa como nós non entendemos nin admitimos medrar a costa dos demais». A unos días de la investidura, avisó Rueda, «ningún voto nin goberno vale a dignidade dun político, vale lembrar que quen gañou as eleccións merece gobernar». Y es que el presidente de la Xunta usó los mismos argumentos que Feijoo, «hai quen quere gobernar a toda costa e quen quere gobernar con dignidade, a quen lle vale todo e quen defede os nosos principios ata as suas últimas consecuencias». 

crónica

El popular regresa con los suyos para coger fuerzas para la investidura

En casa nunca se está mal. En esa casa en la que se revalida la mayoría absoluta, legislatura tras legislatura, desde el año 2009. Catorce años de tranquilidad que convierten a Galicia en una aldea gala y a Feijoo en el guerrero que vuelve de los campamentos romanos a coger fuerzas. Salvando las distancias, claro está. Porque no hay poción mágica, si no hay sorpresas, que logren esos cuatro síes de los que pende el éxito de su investidura. Tampoco es Feijoo un guerrero que nade a contracorriente, ya que el voto azul se extendió por toda España tras las últimas municipales y autonómicas.

Pero volver a los lugares comunes siempre reconforta. A los de siempre. Y Feijoo se rodeó de ellos. En el multiusos do Sar, fortín del Obradoiro básket y en donde Feijoo acumula horas de discursos. Abrazó a José Manuel Romay Beccaría —¿quizás el druida Panoramix?—, incombustible a los 89; al senador electo José Manuel Baltar, tras haber puesto fin a toda una era en la Diputación de Ourense; y a conselleiros, alcaldes, diputados y militantes. Porque en Galicia los hay. «O PP de Galicia sempre responde», dijo. Llovió intensamente, pero solo durante el acto, para no afear ni la entrada ni la salida al pabellón.

Camisa blanca y pantalón vaquero, como Alfonso Rueda, como Diego Calvo, como el joven alcalde de Oroso, en fin, para qué cambiar lo que funciona. Y mucho azul. Como en el lema del acto que concentró a los populares, Por la igualdad de los españoles, también hubo uniformidad en el outfit. Tan solo a catorce kilómetros Pedro Sánchez hacía lo propio en la fiesta socialista. Con media hora de diferencia para no contraprogramarse de forma evidente y en un acto en el que hubo más rojo que azul —aunque el presidente optó por camisa vaquera azul—, hasta el orden del día fue similar: si allí intervinieron Carmela Silva, González Formoso y el propio Sánchez, en Sar fueron Marta González, Alfonso Rueda y Feijoo. En Oroso el presidente en funciones del Gobierno de España, en Sar el presidente de la Xunta, y en unas semanas, aun con poco margen para sorpresas, quién sabe.