Un escritor que perdió la memoria busca a la persona a la que prestó su último poemario

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Antonio Roma tenía el poemario en un archivador como el de la imagen
Antonio Roma tenía el poemario en un archivador como el de la imagen XOAN A. SOLER

Antonio Roma sufrió un ictus que le causó amnesia. Quiere recuperar como sea su obra y hasta intentó poner un anuncio en el periódico

25 sep 2023 . Actualizado a las 13:46 h.

Antonio Roma es un escritor aficionado que dominaba a su antojo todos los géneros literarios. Pero sufrió un ictus que le afectó a la memoria y ahora parte de su obra no sabe dónde la tiene. Ni quién la tiene. A sus 75 años, se acuerda de unas cosas y de otras no. Puede recordar con detalle el día en el que le dio un ramo de rosas a su esposa Paula cuando eran todavía novios, pero buena parte de su vida pasada bajó el telón y no hay manera de que le vengan a la cabeza algunas cosas importantes. Le destroza saber que hizo algo, pero no el qué o con quién. O dónde.

XOAN A. SOLER

Antonio Roma daría su vida por recuperar su último poemario. Sabe que se lo prestó a alguien para que disfrutara de él, pero no tiene la menor idea de quién puede ser. Son tantas las lagunas, que algunas no tienen orilla. Cree —no está del todo seguro— que estando en su casa hace dos o tres años —imposible poner una fecha más aproximada— lo visitó una persona. Se imagina que si fue en su hogar, habría sido alguien con el que tenía confianza o amistad. A él le entregó un archivador que contenía sus últimos poemas. ¿Por qué se los prestó? Antonio no tiene ni idea. «Podría ser para que los leyera o para que los publicase. No sé», dice.

Investigación

Tanto él como su esposa han hecho ya de todo por acordarse. «Mi esposa repasó todas las llamadas y mensajes en el móvil en aquel intervalo de tiempo en el que cree que se los dio. Y no hubo ningún resultado. Llamamos a varias personas y no eran», lamenta.

XOAN A. SOLER

Sus ganas de llegar a ese hombre son tan grandes que incluso llegó a viajar desde Santiago, donde vive, a A Coruña varias veces para pasear por sus calles por si la imagen de un edificio, de una fuente o de una estatua le refrescaba la memoria. Porque ,aunque no le ponga cara al sujeto o nombre, por alguna razón sabe que es coruñés. La semana pasada su mujer se presentó en las instalaciones de La Voz en A Coruña para poner un anuncio en el periódico por si esa persona respondía.

Como pistas, dice que el poemario estaba en un archivador en cuya portada ponía en letras grandes: «Las ilusiones no están solo en un sueño». A partir de ahí, su recuerdo es un folio en blanco. «Tenemos una edad y esos poemas significan mucho para él», dice su esposa Paula.