Stefanos Kasselakis: el empresario liberal que releva a Tsipras tras un ascenso meteórico

Andrés Rey REDACCIÓN / LA VOZ

ACTUALIDAD · Exclusivo suscriptores

Kasselakis, candidato de Syriza a la presidencia griega
Kasselakis, candidato de Syriza a la presidencia griega LOUISA GOULIAMAKI | REUTERS

El nuevo candidato de Syriza a la presidencia griega es el primer líder político griego que se ha declarado abiertamente homosexual

26 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

«No soy ningún fenómeno. Soy la voz de la sociedad», decía Stefanos Kasselakis (Atenas, 1988) el domingo por la noche. Un empresario rico, guapo y abiertamente homosexual acababa de experimentar un ascenso meteórico hasta el liderazgo de la izquierda griega. Había conseguido un 56 % de los votos en la segunda vuelta de los comicios internos del partido Syriza.

Fue cuestión de meses. Partía de la oscuridad más absoluta, pero con una intensa campaña de redes sociales —junto a su perra Farlie— consiguió emerger y colocarse en el centro de la oposición política del país. «¡Que caiga la derecha!», gritaban sus seguidores, según el canal Al Yazira.

Kasselakis no destaca por su amplia experiencia en la política. Con 14 años se marchó a EE.UU., consiguió una beca, estudió Finanzas en la Universidad de Pensilvania. En esos años experimentó su primer y único contacto con el mundo de las urnas: trabajó como voluntario en la campaña de Joe Biden (entonces senador, ahora presidente) para las primarias del partido Demócrata en el 2008. Y luego cambió de dirección. Al año siguiente, en el 2009, fue contratado por Goldman Sachs, donde observó «la arrogancia que trae el dinero» —en sus propias palabras— y dejó su puesto.

«A partir de hoy comienza una oposición militante y estructural contra el Gobierno de Nueva Democracia [liderado por el conservador Kyriakos Mitsotakis]», afirmó Kasselakis. Es el primer líder político en la historia de Grecia que se ha declarado abiertamente homosexual, aunque puntualiza que no tiene una agenda gay, sino «humana». Prometió aumentar el gasto público en educación, cambiar el servicio militar obligatorio por un ejército profesional, separar la Iglesia del Estado y proteger los derechos queer.

Sus adversarios hablan de «inexperiencia política» y poco conocimiento de la realidad griega. Sin embargo, según The Guardian, desde el surgimiento del activista estudiantil convertido en político, Alexis Tsipras, nadie había conseguido realinear así la constelación de estrellas políticas griegas.