El Gobierno lleva dos años sin subastas de contratos de energía a largo plazo y ahora alega estar en funciones
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La medida podría ofrecer precios más económicos y estables de la electricidad
09 oct 2023 . Actualizado a las 17:16 h.La primera subasta de contratos de compra de energía a largo plazo con períodos de liquidación superiores a los doce meses sigue sin convocarse, pese a que había un fecha límite de 31 de diciembre del 2021, y el Gobierno se escuda ahora en que no tiene nada previsto porque está en funciones.
En un decreto de medidas urgentes para mitigar el impacto de la escalada de precios del gas natural en los mercados minoristas de gas y electricidad, el Ejecutivo se comprometió en el artículo tercero de dicho documento a establecer un régimen de subastas de contratos de compra de energía a largo plazo con períodos de liquidación superiores al año.
Con esta medida se pretendía, por un lado, introducir liquidez al mercado, otorgando a las comercializadoras independientes la opción de obtener y poder ofrecer precios más económicos de la electricidad; y por otro, favorecer la competencia de las pequeñas comercializadoras o agentes que no tienen generación o a cuyo acceso es más difícil.
Sin embargo, casi dos años después no ha tenido lugar esta subasta y en respuesta a una pregunta parlamentaria asegura que «la actual situación de Gobierno en funciones dificulta la existencia de cualquier previsión para la celebración de referidas subastas», zanja el Ejecutivo en la correspondiente respuestas escrita registrada en el Congreso.
Concurso de capacidad
Sobre la convocatoria de los nuevos concursos de capacidad de acceso en un nudo concreto de la red de transporte para nuevas instalaciones de generación de energía eléctrica que utilicen fuentes de energía primaria renovable y para instalaciones almacenamiento, ya se ha sometido a trámite de audiencia ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
Eso sí, sobre la previsión de las fechas, el Gobierno ha dicho que su situación en funciones, al igual que con los contratos de energía a largo plazo, «dificulta la existencia de cualquier previsión para la celebración» de dichos concursos.