Las elecciones polacas, barómetro del apoyo de Europa a Ucrania

Ricard G. Samaranch CRACOVIA / E. LA VOZ

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El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, este jueves durante un mitin
El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, este jueves durante un mitin RADEK PIETRUSZKA | EFE

El tercer partido en intención de voto es reacio a ayudar al país vecino

13 oct 2023 . Actualizado a las 19:58 h.

Las elecciones generales en Polonia de este domingo serán seguidas muy de cerca en Bruselas a causa de la conflictiva relación con Varsovia, pero también en Kiev y en Moscú. Después de la reciente victoria en Eslovaquia de un candidato hostil a Ucrania, y al creciente escepticismo en las filas del Partido Republicano de EE.UU., existe una seria preocupación en Ucrania ante una futura reducción del respaldo occidental. Las elecciones en Polonia, hasta ahora uno de los más firmes aliados de Kiev, servirán de barómetro del sentir de la opinión pública europea.

La crisis por el grano entre Ucrania y Polonia de hace un mes ha hecho aflorar unas larvadas tensiones entre ambos países que se habían mantenido lejos de la esfera pública. En plena escalada, el primer ministro polaco, el ultranacionalista Mateusz Morawiecki, llegó a decir que su Ejecutivo dejaría de enviar armas al Ejército ucraniano, si bien matizó que la razón era logística y no política: el país ya habría mandado el stock de armamento que le era dispensable. 

Los problemas vienen de lejos, y no se deben solo al interés electoral del Gobierno en ganarse a los granjeros polacos prohibiendo la importación del grano ucraniano. «Los problemas ya antes eran dos. Varsovia esperaba que Kiev apoyara su entrada en los más altos círculos de decisión occidentales, lo que no ha sucedido. Luego, hay los conflictos relativos al legado de la Segunda Guerra Mundial», comenta la analista política polaca Marta Prochwicz-Jazowska. 

Una relación dispar

Aunque los polacos se han movilizado para ayudar a Ucrania tras el estallido de la guerra, las relaciones entre ambos pueblos no siempre han sido cordiales. Durante la contienda mundial, los nacionalistas ucranianos lucharon contra los polacos para que la parte oriental del país formase parte de una futura Ucrania independiente. De hecho, tanto los nacionalistas ucranianos como los polacos cometieron masacres contra los civiles de la otra comunidad. El Gobierno de Varsovia ha intentado infructuosamente que el presidente Volodímir Zelenski aceptara abordar el tema y admitir los crímenes.

Ahora bien, el barómetro de la pérdida de respaldo popular a Ucrania no lo medirá el grado de apoyo al partido gobernante, sino a la formación de extrema derecha Konfederacja, que no solo aboga por dejar de enviar armas a Kiev, sino incluso limitar las ayudas a los refugiados ucranianos. Los sondeos reflejan un crecimiento notable de este partido, que podría convertirse en el tercero del país.

Su mensaje ha calado en una parte del electorado. «Entiendo que hay que ayudar a Ucrania, pero no puede ser que sus refugiados tengan más ayudas estatales que los polacos», dice Piotr, un cocinero originario de Poznan. Según la representante de una organización humanitaria que asiste a los refugiados, el grado de solidaridad de los polacos es aún fuerte, «pero no tanto como los primeros meses después del estallido de la guerra».

No obstante, según las encuestas, un 70 % de los polacos continúan respaldando el apoyo militar a Kiev, pues consideran que la Rusia de Putin representa una grave amenaza a la seguridad nacional. El problema para Zelenski es que las encuestas también indican que Konfederacja tendrá la llave de la gobernabilidad, y podría exigir al próximo Ejecutivo un viraje respecto a la política hacia la guerra de Ucrania.