El Parlamento del país se constituye el lunes y aunque el conservador Morawiecki ganó las elecciones no tiene mayoría para continuar como primer ministro
12 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Las imágenes que llegan estos días de Polonia son un tanto confusas vistas desde fuera. Por un lado, el líder opositor y europeísta Donald Tusk firmando ya un pacto de coalición como si tuviera en sus mandos la llave del poder. Por otro, el primer ministro saliente, el ultraconservador Mateusz Morawiecki, recibiendo el encargo del presidente del país, Andrzej Duda, para encabezar el siguiente gobierno.
Mañana lunes se asistirá a otro escenario asimismo confuso. De acuerdo a los plazos establecidos se celebrará la sesión constituyente del Parlamento, lo que debe ocurrir como máximo 30 días después de las elecciones.
Según sostiene Tusk, su única intención es «robarnos un par de días más». Los resultados de las elecciones del pasado 15 de octubre dejaron al ultraconservador partido Ley y Justicia (PiS) de Morawiecki como fuerza más votada, pero sin mayoría ni aliados perceptibles. Obtuvo 194 escaños del total de 430 del Sejm. Ni siquiera la ultraderechista Confederación, con 18 puestos, se mostró dispuesta a respaldarle.
El pacto de coalición que ha firmado el liberal Tusk con la conservadora Tercera Vía y la Nueva Izquierda suma una mayoría parlamentaria de 248 escaños. Aunque es todo lo contrario a un bloque consolidado: en su interior conviven una docena de partidos con importantes diferencias ideológicas y programáticas.
Falta de consensos
Ni siquiera hay cohesión interna en lo que respecta a una de las promesas electorales de Tusk, la de derogar la práctica prohibición total del aborto implantada por el PiS. Esa fue una de las bazas de las movilizaciones multitudinarias que acompañaron la campaña electoral de Tusk, jefe del gobierno polaco entre el 2007 y el 2014 y aspirante a devolver a Polonia al europeísmo.
Este compromiso sí es compartido por las formaciones de un amplísimo espectro político que forman el llamado bloque opositor. Hay consenso en torno a la necesidad de que Polonia deje de ser un socio incómodo en la Unión Europea tras las sanciones derivadas de las polémicas judiciales del país.