Sánchez afirma que el verificador con Junts puede ayudar por la desconfianza mutua

La Voz REDACCIÓN

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Pedro Sánchez (i) junto a Abdelfatah al Sisi (d) en El Cairo.
Pedro Sánchez (i) junto a Abdelfatah al Sisi (d) en El Cairo. KHALED ELFIQI | EFE

Descarta que Zapatero pueda acudir como miembro socialista a la primera reunión, en la que sí confirma que estará Cerdán

24 nov 2023 . Actualizado a las 13:42 h.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, defiende la figura del verificador internacional para el cumplimiento del acuerdo con Junts porque cree que puede ayudar debido a que sus firmantes tienen posiciones muy alejadas y hay mucha desconfianza mutua. Sánchez ha respaldado por primera vez públicamente esa figura que está recogida en el acuerdo de investidura entre el PSOE y el partido del expresidente Carles Puigdemont, en una conversación informal con los periodistas que cubren su gira por Israel, Palestina y Egipto.

Frente a la posibilidad de que le preocupe que el pacto con Puigdemont y decisiones como la verificación puedan distorsionar la legislatura, es cuando considera que esa figura puede ayudar al entendimiento. En los próximos días está previsto que se reúnan en Suiza el PSOE y Junts con la presencia de ese verificador internacional que pactaron y por ahora sólo se sabe que en nombre de los socialistas acudirá su secretario de Organización, Santos Cerdán.

Es lo que ha ratificado Sánchez aunque sin concretar quienes le acompañarán, ya que ha dicho que es una cuestión que aún tienen que decidir. Pero ha descartado de forma tajante su presencia y ha asegurado que, frente a algunos rumores, tampoco estará el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. Ha hecho hincapié en que los acuerdos a los que ha llegado el PSOE son públicos y ha recalcado que lo que puede garantizar es que el Gobierno y su partido van a cumplir con la Constitución, momento que ha aprovechado para desear que el PP hiciera lo propio desbloqueando la renovación del Consejo General del Poder Judicial.

No cree que la amnistía vaya a desgastar al Gobierno porque recalca que quedan cuatro años hasta las próximas elecciones generales y va a ocurrir lo mismo que con los indultos a los líderes del procés, que afirma que ya nadie se los reprocha aunque alguien pueda no estar de acuerdo con ellos. E insiste en que una de sus principales obligaciones es intentar consolidar la normalidad política en Cataluña, algo que considera muy relevante para la política española. Opina el presidente del Gobierno que, al final, todos los partidos se van a ver beneficiados por esa normalidad a la que contribuirá la amnistía, incluso los que están en contra de la decisión.

Al preguntarle si con ello alude a la posibilidad de que el PP pretenda pactar algún día con Junts, recuerda que ya lo ha intentado. Pero reitera que mientras que el PSOE lo hizo públicamente a través de su secretario de Organización y se conoce todo lo pactado, no se sabe quién del PP se reunió con el partido de Puigdemont, dónde y qué le ofreció. No le preocupa el rechazo que la amnistía genera en sectores de la judicatura y considera que la presentación de la proposición de ley en el Congreso ha dejado las cosas claras y no ha escuchado dudas sobre su constitucionalidad.

Respecto a los intentos del PP de implicar en este asunto a Bruselas, recordó que el comisario europeo de Justicia, Didier Reynders, subrayó esta semana ante el pleno de la Eurocámara que se trata de una cuestión interna. Además, garantiza que el Gobierno va a aportar a la Comisión toda la información que pudiera pedirle sobre este asunto y lamenta que el PP prosiga con una estrategia de exportar debates internos para desprestigiar ya no al Ejecutivo, sino al país. Sánchez reitera la necesidad de aspirar a resolver la crisis en Cataluña y se muestra convencido de que todo lo que se ha hecho ha sido reconocido por la ciudadanía y así va a seguir siendo.

Frente a quienes auguraban que su política con Cataluña iba a penalizar electoralmente al PSOE, ha contrapuesto el resultado en las urnas al haber conseguido un millón más de votos el 23 de julio. Para el presidente del Gobierno, las posiciones de unos y otros partidos demuestran que sólo en el Ejecutivo hay un proyecto para España y para Cataluña.

Acuerdos con el PP

Sánchez también ha afeado al PP la «polarización asimétrica» que está llevando a cabo con sus insultos, a los que ha dejado claro que el Ejecutivo no va a responder, pero al mismo tiempo ha manifestado su voluntad de «tender puentes» para el acuerdo con el principal partido de la oposición. 

Sánchez ha reprochado a los populares que denuncien la polarización actual en España cuando desde sus filas lo que se está haciendo es precisamente contribuir a ella. En este sentido, ha puesto como ejemplo la reacción de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, cuando la mencionó en el debate de investidura, o las afirmaciones del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, diciendo que tiene «un tic patológico» por su risa durante el mismo, denunciando que se trata de una «polarización asimétrica».

En su opinión, el PP tiene un «discurso de destrucción» y está «parasitando el discurso político de Vox». «Nosotros no vamos a responder con ruido sino con trabajo», ha recalcado, indicando que por ello ha pedido expresamente a sus ministros que no respondan a los insultos. «Aspiro y deseo que lleguemos a acuerdos el Gobierno y el PP», ha aseverado, con todo, esgrimiendo que eso «sería bueno para el país».

En este sentido, ha insistido una vez más en que «el más urgente» es el de la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Respecto a esta cuestión, ha asegurado que no va a cambiar las mayorías y preguntado entonces por qué opción habría, ha apuntado que habrá que «ver y apelar a la responsabilidad de los partidos». Para Sánchez, que ya ha recordado que en estos casi cinco años de bloqueo ha habido tres preacuerdos con el PP, la situación actual «es insostenible». Preguntado expresamente si ahora que ya ha sido reelegido tiene previsto contactar con Feijóo, Sánchez no lo ha descartado. «Vamos a tender todos los puentes», ha acotado, para puntualizar que su aspiración es «tener una relación normal con el líder de la oposición».

Contraste de relaciones

El presidente del Gobierno considera que el PP ha involucionado al pasar de pactar con Ciudadanos a hacerlo con Vox, mientras que el PSOE ha hecho una evolución ya que en la pasada legislatura protagonizó un Ejecutivo de coalición con Podemos y ahora el acuerdo ha sido con Sumar.

Sánchez explicitó ese contraste en el comportamiento de los dos principales partidos en una conversación informal con los periodistas que siguen la gira que está realizando por Israel, Palestina y Egipto. A su juicio, existe una especie de «polarización asimétrica» en la política española con un Partido Popular cada vez más en los postulados de Vox y un PSOE que no responde a las descalificaciones y mantiene la tranquilidad.

Llega a citar para ejemplificar esa posición de su partido el lema británico «Keep calm and carry on» (mantén la calma y sigue adelante) mientras que el PP cree que alimenta la polarización con insultos (recuerda el «me gusta la fruta» de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso) como los de dictador o sugiriendo que tiene alguna enfermedad mental.

Para Sánchez, Vox ha parasitado el discurso político de los populares y le ha ganado la contienda ideológica. En esa misma línea interpreta que el PP tiene un discurso de destrucción y bloqueo, ha involucionado y ha pasado de gobernar con Ciudadanos a hacerlo con el partido de Santiago Abascal. Frente a esa involución, contrapone la evolución del PSOE al pactar antes con Podemos y ahora con la formación de Yolanda Díaz.

 Mediación de la Iglesia descartada

El portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), César García Magán, ha descartado este viernes que el cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, actúe como mediador entre el Gobierno y los partidos independentistas ante una futura ley de amnistía. «No está sobre la mesa ni se ha hablado», ha asegurado el portavoz de los obispos a preguntas de los periodistas.

La Iglesia ha manifestado su preocupación por el clima de polarización ideológica y crispación social que vive el país. De hecho, la Asamblea Plenaria emitió este jueves un mensaje bajo el título El encuentro y la concordia siguen siendo posibles en el que llaman al diálogo social entre todas las instituciones. El propio cardenal Omella, presidente de la CEE, interpeló el lunes, en su discurso inaugural de la Asamblea Plenaria, al jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, a quien instó a trabajar «activamente» con el resto de fuerzas para «coser las heridas sociales» que han provocado «algunos de los recientes pactos de investidura».

En rueda de prensa este viernes, el secretario general de la CEE ha reiterado sus felicitaciones a Sánchez por la investidura como presidente y le ha trasladado la disponibilidad de la Iglesia para «un diálogo constructivo» y cooperación en temas sensibles «para la construcción del bien común de todos los ciudadanos».