¿Cómo me afectan los cambios que planea Trabajo en el subsidio de desempleo?

Ana Balseiro
Ana balseiro MADRID | LA VOZ

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XAIME RAMALLAL

Pretende ampliar los colectivos cubiertos y que se cobre desde el primer día

19 dic 2023 . Actualizado a las 20:43 h.

El estreno de la nueva legislatura ha estado monopolizado por el pulso —convertido en guerra abierta y no disimulada— entre los Ministerios de Trabajo y Economía a cuenta de la reforma del subsidio de desempleo, comprometido con Bruselas dentro del plan de recuperación e último hito (el 23) pendiente de abordar por el departamento de Yolanda Díaz. A continuación se detallan los cambios que se producirían en esta prestación, según las propuestas que ambos ministerios defienden para su reforma:

¿Qué es el subsidio de desempleo?

Es una ayuda de carácter asistencial que perciben los trabajadores que, o bien han agotado el paro (la prestación contributiva), o bien no han logrado generarlo. Según los datos del SEPE, el pasado octubre lo percibían más de 720.000 trabajadores en desempleo (más de 39.000 de ellos, en Galicia).

¿Quién puede acogerse?

Está destinada a ampliar la protección a los desempleados con mayores dificultades, es decir, los trabajadores mayores de 52 años —el Gobierno de Mariano Rajoy elevó la edad mínima a los 55, pero el Ejecutivo socialista que lo sucedió volvió a rebajarla a los 52— o los menores de 45 años que tengan cargas familiares.

De hecho, este es uno de los grandes cambios que propone Trabajo, que pretende ampliar también la cobertura a los menores de 45 años sin cargas familiares, además de a todos los trabajadores agrarios. La suma de estos dos colectivos elevaría por encima el millón el número de beneficiarios del subsidio, según las estimaciones del ministerio.

Sin embargo, desde Economía han planteado una modificación más restrictiva, en el sentido de elevar a los 60 la edad a la que podrá accederse a la ayuda, frente a los 52 años actuales.

¿Cuánto dinero y durante cuánto tiempo se cobra?

En este momento, la ayuda tiene una cuantía lineal de 480 euros mensuales, que se corresponden con el 80 % del indicador público de renta de efectos múltiples (Iprem). La prestación comienza a percibirse un mes después de la solicitud y su plazo máximo de percepción —en función de cada situación particular— es de 30 meses. Respecto al período de carencia actual, Trabajo quiere suprimirlo y que el subsidio comience a cobrarse desde el mismo día en el que se solicita, sin esperas.

El período de otro de los puntos de fricción entre ambos ministerios, ya que mientras que Trabajo quiere mantener la duración máxima actual, Economía se decanta por rebajarlos a doce, con una cuantía decreciente.

María Pedreda

En que la cantidad que se cobra se module según pase el tiempo coinciden Nadia Calviño y Yolanda Díaz. Sin embargo no lo hacen en la generosidad de la ayuda. Economía propone que el primer trimestre se mejora la cuantía actual, de modo que se cobren 600 euros (el 100 % del Iprem). Como muestra el gráfico que acompaña a la información, el importe irá menguando trimestre a trimestre: 480 euros en el segundo (80 % del Iprem), 390 el tercero (65 %) y 300 euros el cuarto (50 %).

Trabajo, por su parte, defiende una cobertura mayor, partiendo los primeros seis meses del 110 % del Iprem (660 euros), del 90 % el semestre siguiente (540 euros) y del 80 % (480 euros actuales) los siguientes 18 meses. Y es que el departamento de Díaz no comparte la tesis de que reducir la cuantía y el tiempo de la cobertura espolee a los trabajadores en la búsqueda activa de empleo. Al contrario, considera que es castigarlos y criminalizarlos por la situación que sufren.

¿Es compatible con un empleo?

En este momento no. Pero ese es otro de los aspectos que la vicepresidenta segunda del Gobierno plantea modificar en su propuesta de reforma de la prestación. En concreto, quiere que los trabajadores puedan cobrar el 100 % del subsidio de desempleo durante 45 días aunque se hayan incorporado a la actividad laboral. Desde Trabajo argumentan que esta fórmula acabaría con la presión que supone para muchos desempleados con la prestación aceptar empleos de corta duración, que conllevan la pérdida de la ayuda, o bien que la falta de cualificación o cualquier otro motivo acaben con la salida del puesto.

El ministerio insiste en que es preciso mantener la cobertura del subdisio, porque está orientado a que su beneficiario vuelva al mercado laboral, algo que ocurre —dicen— en la mayoría de las ocasiones, pues el 80 % de los beneficiarios no agota la prestación y el 62 % salen porque encuentran trabajo o se jubilan. Solo si agotan los 30 meses máximos sin encontrar trabajo transitarían al ingreso mínimo vital, que es una prestación social.