Queda fuera de servicio el último hospital al norte de la Franja de Gaza

Andrés Rey REDACCIÓN / LA VOZ

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Una palestina desplazada cocina en el interior de una tienda, en un campamento de Rafah.
Una palestina desplazada cocina en el interior de una tienda, en un campamento de Rafah. IBRAHEEM ABU MUSTAFA | REUTERS

En Jan Yunis, el Ejército busca el escondite de Yahya Sinwar, líder de Hamás

06 dic 2023 . Actualizado a las 21:16 h.

El norte de la Franja se ha quedado sin servicios de salud. Así lo confirmaba el miércoles el Ministerio de Sanidad gazatí, después de que el último hospital en funcionamiento —el Kamal Adwan— interrumpiese su actividad por falta de combustible.

Rodeados por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), más de cien cadáveres permanecen dentro del edificio, y esperan sepultura junto a decenas de ambulancias que ya no pueden salir a por heridos. «Los soldados disparan a todo lo que se mueve», lamentan desde el ministerio.

La situación no es diferente más al sur, en los pocos centros sanitarios que todavía funcionan. «Algunos pacientes mueren en el área de urgencias porque no hay habitaciones para cuidados intensivos», contaban fuentes del Hospital Al Aqsa, que había recibido al menos a 73 muertos y 123 heridos en 24 horas.

En las mismas 24 horas, las FDI atacaron 250 objetivos, con «intensos combates» para acabar con lanzaderas de cohetes islamistas. De hecho, un comunicado oficial afirma que las tropas encontraron un gran depósito de armas en el corazón de una población norteña, cerca de una clínica y una escuela.

«Nuestras fuerzas rodean ahora la casa de Yahya Sinwar [líder de Hamás en Gaza], podemos llegar a cualquier lugar en la Franja», proclamó Netanyahu sobre la ofensiva en Jan Yunis, donde las tropas ya han superado la línea de defensa de Hamás. Más tarde, el portavoz de las FDI, Daniel Hagari, matizó sus palabras. «La casa de Sinwar es el área de Jan Yunis», dijo, negó estarse centrando en ningún punto concreto y afirmó que el líder islamista se oculta bajo tierra.

Tel Aviv ignora a la ONU

Una semana después del inicio de la guerra, la ONU le pidió a Israel que autorizase la presencia de observadores de derechos humanos en Gaza. Sin embargo, según el alto comisionado de Naciones Unidas, Volker Türk, siguen esperando una respuesta.

Con el reinicio de los bombardeos israelíes, sostuvo Türk, se ha vuelto a interrumpir la ayuda humanitaria y podrían propagarse el hambre y las enfermedades.

«La situación catastrófica que estamos viendo en la Franja de Gaza era completamente previsible y se podía prevenir. Muchos de mis compañeros humanitarios describen lo que está sucediendo como “apocalíptico”», añadió.

Sus palabras se mezclaron con las del presidente del Sindicato de Periodistas Palestinos (PJS), Nasser Abu Baker, que denunció «ataques sistemáticos» del Ejército israelí contra profesionales de la información. «Son objetivos porque Israel no quiere que la verdad del conflicto salga a la luz», aseveró. Desde el principio de la guerra, 63 periodistas han muerto en la Franja.

En Cisjordania también continúa la ofensiva. El miércoles, después de matar a tres jóvenes palestinos —uno de ellos menor—, las tropas dijeron que habían encontrado dos túneles de Hamás en la ciudad de Yenín.

Y mientras Israel bombardeaba por tierra y aire posiciones de la milicia libanesa Hezbolá, los hutíes de Yemen habían convertido en símbolo el buque que secuestraron en el mar Rojo. En su cubierta, grandes pintadas rezaban «Muerte a EE.UU., muerte a Israel y maldición para los judíos».