EE.UU. bloquea de nuevo las opciones de paz y dará más armas a Israel

Pablo Medina MADRID / LA VOZ

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Soldados israelíes a bordo de un vehículo blindado en dirección a Gaza.
Soldados israelíes a bordo de un vehículo blindado en dirección a Gaza. CLODAGH KILCOYNE | REUTERS

Washington reforzará una fuerza naval internacional en el mar Rojo

19 dic 2023 . Actualizado a las 10:26 h.

Los esfuerzos para un alto el fuego o una redirección en la guerra de Israel contra Hamás se alejan cada vez más de su materialización. Pese a que la ONU, las potencias europeas y la mayoría de la comunidad internacional abogan por dicha apuesta, EE.UU. persiste en su apoyo a Israel. Así se lo dejo claro ayer el jefe del Pentágono, Lloyd Austin, al primer ministro Benjamín Netanyahu, a quien comunicó que «el compromiso de Estados Unidos con Israel es inquebrantable y ningún individuo, grupo o Estado debería poner a prueba nuestra determinación».

Austin dedicó unas escasas palabras a la ayuda humanitaria para los gazatíes en su reunión con el primer ministro israelí, solo apuntó que se debía «asegurar y repartir mejor», según el comunicado difundido tras el encuentro. Pero el compromiso estadounidense pasará, una vez más desde el 7 de octubre, por continuar «proporcionando a Israel el equipo que necesita para defender a su país, incluidas municiones críticas, vehículos tácticos y sistemas de defensa aérea».

Más armas y menos esfuerzos diplomáticos para dar un respiro a los gazatíes. Una dinámica que no se ha interrumpido y que preocupa a la ONU. El Consejo de Seguridad se reunió para debatir una propuesta de Emiratos Árabes que tenía por objeto «potenciar» el acceso de ayuda humanitaria a Gaza, pero la votación se aplazó hasta hoy para pulir el texto. El problema con el que se topó fue el mismo por el que EE.UU. vetó los otros dos intentos de apoyar un alto el fuego. La resolución recoge una frase que «llama a un cese de hostilidades urgente y sostenido» que permita el acceso humanitario, y es ahí donde Washington pone objeciones, apoyando así a su aliado con el argumento de que una tregua solo servirá para que Hamás se rearme y se reorganice.

Apoyo de Europa

Los líderes europeos cada vez cierran más filas en torno a la violencia desmedida con la que Israel actúa en Gaza y a un cambio de rumbo de la guerra hacia operaciones más selectivas emanadas de las labores de inteligencia. Precisamente, el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell se refirió a la situación en el enclave costero palestino para criticar la «terrible falta de distinción» del Ejército de Israel entre objetivos militares y los que no lo son y reiteró la «urgente» necesidad de una «pausa humanitaria» para los civiles.

Rishi Sunak, primer ministro británico, se refirió a que dicha tregua debería ser «sostenible» en el tiempo y apostilló que «está claro que se han perdido demasiadas vidas de civiles y nadie quiere que este conflicto se prolongue un día más de lo necesario». El exministro de Defensa Ben Wallace fue más contundente con Netanyahu, ya que, según opina, ha llevado a la radicalización de musulmanes en todo el mundo: «Si cree que una furia asesina rectificará las cosas, está muy equivocado. Sus métodos no resolverán este problema».

Foco en el mar Rojo

El secretario general del organismo, Antonio Guterres, llamó por su parte a los hutíes a detener los ataques a buques en el mar Rojo en represalia por la ofensiva sobre Gaza. Austin se refirió a los rebeldes yemeníes para especificar que «el apoyo de Irán a los ataques hutíes debe cesar» por el riesgo que supone para el comercio y la seguridad globales. El asesor de Seguridad, John Kirby, anunció un inminente refuerzo de las fuerzas marítimas combinadas que conforman 39 países.

Un bombardeo deja más de 100 muertos en Yabalia

Mientras la comunidad internacional continúa en su empeño por suavizar el efecto de la guerra entre Israel y Hamás sobre la población gazatí, las operaciones en la Franja siguen su curso. El Ejército de Israel llevó ayer a cabo ataques contra 150 «objetivos terroristas» del Movimiento de Resistencia Islámica en distintos puntos del enclave, así como consiguió la eliminación de una «célula terrorista» en Jan Yunis. En Yabalia, aseguraron haber encontrado una maleta con cinco millones de séqueles (1,2 millones de euros aproximadamente) en la residencia de un alto dirigente del grupo islamista, aunque en la zona se dio el golpe más duro contra la población civil palestina.

El director general del Ministerio de Sanidad de Gaza, Munir al Bursh, señaló a la cadena catarí Al Yazira que los ataques israelíes sobre Yabalia dejaron 110 muertos. En los bombardeos a las ciudades de Gaza y Nuseirat murieron otras 75 personas.

La violencia también llegó otro día más a las puertas de Cisjordania. Fuentes de la Autoridad Nacional Palestina especificaron que, durante un asalto nocturno de las fuerzas israelíes, perdieron la vida Rashid Habib al Aidi, de 17 años, por un disparo en el pecho. Mientras, Mohamed Samir Mohamed Melhem, de la misma edad; Yazan al Jatib, de 20 años, y Hikmet Samir Mohamed Melhem, de 24, murieron tras recibir sendos disparos en la cabeza.

Violencia sin medida

Los esfuerzos infructuosos por rebajar la violencia en la región cada vez desesperan más a la comunidad internacional y a las oenegés. Especialmente cuando se trata del sur de Gaza, donde permanecen hacinadas cerca de dos millones de personas. «Me he sentido decepcionado... Nos prometieron esto. Los estadounidenses hicieron mucha diplomacia al respecto. La verdad es que no lo hemos visto en absoluto en el sur. Al contrario, lo hemos visto crecer aún más», dijo al Financial Times el subsecretario general de Asuntos Humanitarios de la ONU, Martin Griffiths.

El ministerio de Sanidad de Gaza elevó la cifra de muertos en Gaza a 19.453 mientras se suceden las críticas por los ataques sobre la Iglesia de la Sagrada Familia en la ciudad de Gaza como la diputada británica Layla Moran, cuya familia se refugia allí, o el titular de Exteriores italiano, Antonio Tajani, que criticó la acción del francotirador israelí que mató a dos mujeres en la iglesia. «No tienen nada que ver con Hamás», dijo.