Milei anuncia un decreto para desregular la economía argentina y privatizar empresas públicas

La Voz REDACCIÓN | EFE

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El presidente de Argentina, Javier Milei, junto al resto de miembros de su Gobierno
El presidente de Argentina, Javier Milei, junto al resto de miembros de su Gobierno Presidencia de Argentina

La primera movilización que afrontó el Gobierno contó con más despliegue de fuerzas de seguridad que de personas movilizadas

28 dic 2023 . Actualizado a las 10:33 h.

El presidente de Argentina, Javier Milei, ha anunciado este miércoles un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que elimina numerosas leyes y normas para desregular la economía y permitir la privatización de empresas públicas. «Hoy es un día histórico para nuestro país. Después de décadas de fracasos, empobrecimiento, decadencia y anomia hoy empezamos formalmente el camino de la reconstrucción», ha asegurado Milei durante un discurso televisado del que informa Efe.

El DNU contiene 366 artículos encaminados a «destrabar el andamiaje jurídico e institucional opresor» y en su primer artículo declara «la emergencia pública en materia económica, financiera, fiscal, administrativa, provisional, tarifaria, sanitaria y social hasta el 31 de diciembre de 2025», según ha publicado la agencia de noticias Télam.

El «plan de estabilización de shock» modificará el marco regulatorio de la medicina prepaga y de obras sociales y eliminará algunas de las leyes que regulan su funcionamiento, al igual que pasará con el sector de la industria prepaga, las empresas farmacéuticas, el sector turístico, registro automotor, clubes de fútbol, ley de tierras, la modificación del código civil y comercial, y la sección total o parcial del paquete accionario de Aerolíneas Argentinas.

Respecto a las empresas públicas, el mandatario ha anunciado la eliminación de la normativa que impide su privatización y las transformará en sociedades anónimas como paso previo a su venta; también se reformarán las leyes laborales para «facilitar el proceso de generación de empleo genuino». Asimismo, el Gobierno promoverá «un sistema económico basado en decisiones libres» mediante la «desregulación del comercio, los servicios y la industria en todo el territorio nacional», razón por lo que ha dejado «sin efecto» cualquier restricción sobre la oferta de bienes y servicios y las normas que «distorsionen los precios de mercado, impidan la libre iniciativa privada o eviten la interacción espontánea de la oferta y de la demanda».

Antes del discurso de Milei, miles de argentinos se han concentrado en la Plaza de Mayo de Buenos Aires, vigilados por una fuerte presencia policial, para protestar por las últimas medidas anunciadas que buscan recortar drásticamente el gasto público.

Gritos contra el ajuste y temor por la inflación en la primera protesta contra Milei 

Mientras, en la calle, unos tres mil argentinos, según las autoridades, desafiaron en Buenos Aires el fuerte operativo policial desplegado por el Gobierno para protestar en contra de su plan de ajuste económico. Con gritos a favor de los derechos laborales que ven peligrar por la política del mandatario ultraliberal, los manifestantes marcharon por las principales avenidas de la capital argentina en dirección hacia la Casa Rosada (sede de la Presidencia), pese a las advertencias de la ministra de Seguridad, Patricia Bulrrich, de que podían perder sus beneficios sociales si cortaban las vías.

«¡A la vereda, a la vereda!», exigían los efectivos policiales antidisturbios tratando, sin mucho éxito, de limitar la protesta a una calzada que medía apenas tres metros y medio de ancho. Desbordados, las fuerzas de la policía federal y de Gendarmería no lograron hacer cumplir el nuevo protocolo de seguridad anunciado la semana pasada por el Gobierno para castigar a quienes corten las calles, una medida que las organizaciones de derechos humanos consideran ilegal y propia de los tiempos de la dictadura militar que entre 1976 y 1983 reprimió cualquier expresión de protesta.

Manifestación frente al Congreso de la Nación de Argentina en Buenos Aires
Manifestación frente al Congreso de la Nación de Argentina en Buenos Aires Juan Ignacio Roncoroni | EFE

Arrinconado contra la pared, Esteban González, costurero y miembro de Polo Obrero, una de las organizaciones convocantes, le daba la mano a otra militante con los ojos llorosos por el gas pimienta lanzado por los agentes. «Siempre fue pacífica la manifestación, pero están implantando el miedo en la gente con la infantería (una rama de la Policía)», lamentaba González, de treinta años, a Efe.

Diez días después del cambio de Gobierno, las organizaciones esperaban reunir a más de 50.000 personas en el primer desafío de la calle a Milei, pero las autoridades cifran los asistentes en apenas 3.000. La docente Marcela López, de 58 años, aseguraba que había tenido un «poquito de miedo» de protestar en unas condiciones que describe como de «Estado de sitio», pero que pesó más la «angustia» de no tener qué comer de aquí a unos meses.

En el país carnívoro por excelencia, entre los manifestantes cundía la preocupación sobre la cantidad de bifes de ternera que se alcanzan a comprar tras la devaluación del 50 % anunciada por el presidente la semana pasada. «Mi salario esta semana se ha pulverizado. El kilo de carne pasó de 3.000 pesos (unos 4,3 dólares al cambio oficial de hoy) a 7.500», explicaba.

Ya frente a la Casa Rosada, las organizaciones sociales recordaron, como cada año en estas fechas, a las 39 personas que murieron en las protestas que se desencadenaron en diciembre de 2001 contra el Gobierno de Fernando de la Rúa (1999-2001) y que acabaron con el mandatario evacuando en helicóptero la Casa Rosada, una renuncia que muchos manifestantes desean que se repita con el recién estrenado Gobierno de Javier Milei.

A unos pasos de la Casa Rosada, Óscar Germán le auguraba «dos o tres» meses de vida al nuevo Ejecutivo si sigue por el camino de los recortes, en un contexto en que el 40 % de los argentinos vive en la pobreza. Este jubilado de 73 años y que vive en los suburbios de Buenos Aires paga menos de 60 pesos (0,075 dólares) por el viaje en transporte público, gracias a fuertes subsidios que Milei ahora quiere eliminar gradualmente. «Si quita el subsidio al colectivo, este país explota», vaticinaba Germán, que se declara un orgulloso peronista y, para probarlo, mostraba una funda para los boletos de autobús con una imagen de Evita Perón, «la más grande».