Pisos de estudiantes en estado lamentable: «La habitación tiene goteras; la ropa, moho, y el deshumidificador explotó»

Elisa Álvarez González
E. Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

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Otro inmueble de Santiago reabre la polémica de los alquileres a universitarios

22 ene 2024 . Actualizado a las 10:30 h.

Noelia vive con otras dos compañeras en un piso de alquiler en el Ensanche compostelano. Pagan 550 euros al mes «y ahora mismo mi compañera no puede dormir en su habitación». La humedad se ha colado de tal forma en este inmueble que el techo de su dormitorio tiene goteras, «se despierta con el pijama y las sábanas mojadas, el deshumidificador explotó e intentando enchufar una regleta saltaron los plomos del piso». La ropa coge moho, así como las almohadas y los zapatos, «y si dejas un día los apuntes en el escritorio, al día siguiente están húmedos», cuenta.

No es que el casero no se haya implicado, de hecho ya pintó, pero mientras no se solucionen los graves problemas de humedad de nada vale. La pintura se desconchó y aunque el pintor volvió, «dijo que no era posible pintar porque había un 90 % de humedad, por lo que de nada valdría». Este es el último de los numerosos casos de pisos de alquiler en mal estado en Santiago. Esta misma semana se conocía otro, con paredes llenas de humedades y un salón prácticamente inutilizado por las enormes filtraciones.

No es una situación aislada ni exclusiva de Santiago, «pasa en todas las ciudades universitarias, es un mal común y articular medidas es muy complicado porque pagan justos por pecadores». Quien habla es Carlos Debasa, presidente de la Asociación Galega de Inmobiliarias (Agalin), que admite que hay propietarios que no cuidan los pisos pero también estudiantes que los dejan en un estado lamentable, «a veces el propietario dice, no invierto porque me lo destrozan». Debasa recomienda recurrir siempre a una agencia, porque ya no aceptan determinados pisos en muy mal estado y realizan criterios de selección entre los inquilinos.

Los problemas de los pisos de estudiantes parte de una escasa oferta, que hace que los universitarios acaben alquilando inmuebles no siempre habitables. Y los dueños de las viviendas en ocasiones son reticentes a mejorarlos por el escaso cuidado de algunos inquilinos: «Tenemos casos en los que cuando se recibe el piso tras nueve meses está para montar otra vez, con muebles destrozados, paredes, suelos... El caso de los hornos es paradigmático, hay propietarios que los cambian cada curso porque no se limpian en todo el año. O pisos en donde los animales, perros y gatos, hacían sus necesidades dentro de casa...».

Esta situación no tiene fácil salida, y no ha mejorado con los años. Siempre ha habido de todo, «excelentes propietarios y otros a los que el mantenimiento les importa menos, e inquilinos absolutamente escrupulosos y aseados y otros que dejan el piso en muy mal estado. No se puede más que apelar a la buena voluntad y a las normas cívicas por ambas partes», concluye Debasa. 

Problemas estructurales

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Mientras, hay jóvenes viviendo en condiciones casi insalubres. Cuenta Noelia que deben poner toallas en las ventanas para recoger la humedad. Lo mismo le ocurre a Víctor D´Ambrosi, que esta misma semana contaba cómo su vivienda, próxima a la estación, se llenó de manchas, goteras y filtraciones con las primeras lluvias intensas de septiembre. Termitas y ratones «no fueron el problema», sino las humedades, contaba este estudiante de Filosofía hace unos días.

Santiago, al ser una ciudad pequeña que proporcionalmente tiene un número de universitarios importante, es quizás la urbe más afectada por un problema que es general en Galicia y en toda España. Hace menos de un año salió a la luz una vivienda en la que aparecieron hongos en el techo debido a las humedades, y no menos conocido fue el caso de unas estudiantes compostelanas a las que literalmente casi se les cae el techo encima en una vivienda de Montero Ríos, en la capital gallega. Un problema innegable pero para el que ni siquiera los implicados encuentran una solución sencilla, y que ni con inmobiliarias de por medio se solventa en ocasiones.

Si quieres compartir tu experiencia en alguno de los pisos en los que has vivido puedes enviárnosla al correo electrónico vivirsantiago@lavozdegalicia.es