El Constitucional, con varios ex altos cargos socialistas, aumenta las dudas sobre su parcialidad

Pablo Medina MADRID / LA VOZ

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto al presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto al presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido. Mariscal | EFE

Tellado afirma que Sánchez «contamina» el Poder Judicial

24 ene 2024 . Actualizado a las 21:52 h.

Las relaciones entre la oposición, el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional (TC) cada vez son más endebles. Por sentencias o por su composición, el tribunal de garantías se ha convertido en la diana sobre la que disparar acusaciones de parcialidad en una legislatura dura por la ley de amnistía.

Si bien el vicesecretario institucional del PP, Esteban González Pons, fue desafortunado ayer en sus críticas hacia el TC, lo cierto es que en las filas de los populares caló de lleno el mensaje de que el tribunal no es garantista de imparcialidad. El exministro Juan Carlos Campo (Justicia), la magistrada Laura Díez (exdirectora general de Asuntos Constitucionales y Coordinación Jurídica del Ministerio de la Presidencia de Bolaños) y el actual presidente, Cándido Conde-Pumpido (fiscal general del Estado con el expresidente Zapatero), forman parte de lo que los populares designan como «colonos» de las instituciones.

Un proceso que atribuyen a Pedro Sánchez como forma de «colocar» a egregios del PSOE para comandar las instituciones, algo conveniente dada la tónica de la legislatura. «No es el mejor de los caminos para garantizar la independencia del Tribunal Constitucional», aseguró ayer la secretaria general del Partido Popular, Cuca Gamarra, que afeó al presidente del Gobierno su poco interés en «buscar perfiles de incuestionable imparcialidad e independencia» para rellenar las vacantes del tribunal de garantías.

Injerencias en el Poder Judicial

La estrategia de «colonización» de Pedro Sánchez también fue compartida por el portavoz del Congreso del principal partido de la oposición, Miguel Tellado, que esgrimió que el líder del Ejecutivo, «de forma premeditada y continuada», «ejerce injerencias sobre el Poder Judicial». Y ante el «descaro» del ejercicio del Gobierno, defiende que «es normal que se dude de la imparcialidad del Tribunal Constitucional porque el primero que ha tratado de contaminarlo políticamente ha sido Pedro Sánchez».

Vox, por otro lado, emprendió hace tres días el camino parlamentario para cuestionar al TC. Concretamente, registrando una pregunta de la sesión de control al Gobierno para pedir explicaciones «sobre la [supuesta] participación del presidente del Tribunal Constitucional en la redacción de la proposición de ley sobre la amnistía».

Incluso el Tribunal Supremo puso en duda la eficiencia del Constitucional tras las sentencias sobre el exdiputado de Podemos Alberto Rodríguez y el líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi, por la «excesiva» intromisión en sus resoluciones.