El apoyo de EE.UU. a las guerras en Gaza y Ucrania complica la reelección de Biden

Miguel Palacio NUEVA YORK / E. LA VOZ

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Biden visitó por sorpresa una barbería este sábado en Columbia, Carolina del Sur
Biden visitó por sorpresa una barbería este sábado en Columbia, Carolina del Sur TOM BRENNER | REUTERS

Un 50 % de los votantes del demócrata consideran que Israel comete un genocidio

29 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Las guerras en Gaza y Ucrania se cuelan en la campaña electoral. Los dos conflictos podrían empañar el último año de la presidencia de Joe Biden y lastrar sus opciones de ser reelegido. De un lado, su apoyo al gobierno de Benjamin Netanyahu lo enfrenta con parte de su electorado. Por otro, los paquetes de ayuda a Ucrania podrían seguir bloqueados, complicando su resistencia ante Rusia. Esta semana, ante las presiones de Donald Trump, los legisladores republicanos provocaban el descarrilamiento de la negociación sobre la frontera sur a la que anteriormente habían exigido que se vinculasen las ayudas a los aliados.

Biden se enfrenta a un dilema espinoso en Oriente Medio. La mitad de sus votantes ve con dureza la estrategia desplegada por Tel Aviv para desactivar a Hamás en Gaza. Según una encuesta de este mes de YouGov y The Economist, el 50 % de los que votaron a Biden en el 2020 consideran que Israel está cometiendo un genocidio contra los palestinos. Además, en diciembre, una encuesta de The New York Times desvelaba que el 57 % de los estadounidenses desaprueban la gestión del conflicto de Biden. La misma encuesta apuntaba que el 67 % de los menores de 30 años, votantes clave de Biden, quieren un alto el fuego en Gaza para el que no hay fecha.

Con las encuestas apuntando a que serán unas elecciones muy ajustadas, la situación en Gaza complica la aritmética electoral de Biden. Este habría aprovechado su última conversación telefónica con Netanyahu, la semana pasada, para instarle a rebajar la intensidad del conflicto.

Al mismo tiempo, el liderazgo republicano en el Congreso, que hasta hace poco ofrecía esperanzas sobre la consecución de un pacto destinado a atajar la presión migratoria en la frontera sur de EE.UU., descarrilaba esta semana las negociaciones. Un acuerdo fallido del que dependían los más de 100.000 millones de dólares en ayudas que Biden pidió en octubre para destinar a Israel, Gaza, Ucrania, la frontera y Taiwán.

La cercanía del pacto habría provocado la oposición del más que probable candidato republicano a la presidencia, Donald Trump. Para el magnate, un pacto migratorio reduciría sus opciones de usar la inmigración como tema central de su campaña. Según el legislador Mitt Romney, uno de los republicanos más críticos con el expresidente, Trump «contactó con miembros del Congreso» para comunicarles que no quiere un pacto sobre la frontera porque «quiere hacer campaña sobre el tema».

La frontera sur, arma electoral

«No queremos hacer nada que le perjudique», afirmaba el líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, el jueves pasado durante una reunión que mantuvo con los suyos. En la Cámara de Representantes, el presidente republicano Mike Johnson también avisaba de que la propuesta, que había sido redactada en el Senado, «moriría» al llegar a la cámara que preside.

Ahora, los republicanos en el Senado, después de que su partido abogase durante meses sobre la necesidad de vincular las ayudas a la protección de la frontera sur, buscan formas de volver a separarlas. Un esfuerzo encabezado principalmente por el propio Mitch McConnell, uno de los senadores republicanos más comprometidos con la causa ucraniana.