Bukele se asegura otros cinco años de mano dura y control total de El Salvador

Héctor Estepa RÍO DE JANEIRO / E. LA VOZ

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El presidente hizo un inciso en su discurso para criticar a un periodista español

05 feb 2024 . Actualizado a las 22:17 h.

 

Con una puesta en escena espectacular, apareciendo por la ventana principal del Palacio Nacional entre los focos que apuntaban al edificio. Así celebró Nayib Bukele su reelección en el centro de San Salvador ante miles de sus seguidores, tras lograr una victoria apabullante en las urnas.

«Este día El Salvador ha roto todos los récords de todas las democracias en la historia del mundo», dijo el líder del país centroamericano, de 42 años, imagen de la «mano dura» contra la criminalidad en América Latina y señalado por diversas organizaciones de autoritario.

Ganó los comicios con un 83 % de los votos, según el último recuento ofrecido ayer, cuando la autoridad electoral había contado el 70 % de las papeletas.

«Será la primera vez que en un país exista un partido único en un sistema plenamente democrático», aseguró Bukele, que espera también hacerse con 58 de los 60 diputados de la Asamblea Nacional, algo que le permitiría seguir teniendo el control total del país.

Menos diputados

Su formación, Nuevas Ideas, con la arrolladora mayoría en el Legislativo obtenida en el 2021, decidió reducir el número de diputados de 84 a 60 de cara a estos comicios, adoptando, además, la ley d’Hondt para distribuir escaños, bajo el argumento de reducir la burocracia. Sus críticos creen que el movimiento busca favorecer al bukelismo.

Los legisladores de Nuevas Ideas sustituyeron —nada más llegar al poder, hace tres años— a la cúpula judicial, entre ellos a los jueces de la sala de lo Constitucional de la Corte Suprema que habilitaron la reelección de Bukele, a pesar de que varios artículos de la Carta Magna prohíben la reelección inmediata.

Los salvadoreños se han decantado en avalancha a favor de Bukele, después de que, según las cifras oficiales, el que fue el país más violento de la región en el 2015 se convirtiese, el año pasado, en el más seguro de América Latina, con 2,4 homicidios por cada 100.000 habitantes, tras decretarse, en marzo del 2022, un Estado de Excepción contra las violentas pandillas.

Desde entonces, las fuerzas del orden han detenido a 75.000 personas, convirtiendo a El Salvador en el país con más presos per cápita del mundo. La actuación de las autoridades le ha valido numerosas denuncias al Gobierno de Bukele por vulneración de derechos humanos, detenciones arbitrarias, torturas y la muerte de al menos 150 personas en custodia de las autoridades.

Un mensaje a España

El presidente salvadoreño dedicó un inciso en su discurso para referirse a España. Criticó a un periodista de El País, que le había preguntado, un rato antes, qué significaba que su vicepresidente hubiese dicho que estaban «desmontando» la democracia para crear «algo nuevo».

«¿De qué democracia me estás hablando cuando democracia significa el poder del pueblo? ¿Por qué va a venir un periodista español a decir lo que los salvadoreños tenemos que hacer? Él habla de la democracia que sus jefes le dicen allá en España, pero esa no es democracia, sino que sería colonia, imperialismo, elitismo y plutocracia», criticó Bukele.

«Nosotros los respetamos a ustedes, respetamos su monarquía hereditaria, lo que no vamos a ser es sus lacayos», subrayó.

La economía y la pobreza: los nuevos grandes retos en el país sudamericano

Bukele tiene grandes desafíos a la vista. En materia de seguridad, su objetivo es mantener las cifras obtenidas el año pasado, las más bajas de la región, aunque algunas oenegés critiquen irregularidades en la contabilización.

Su estrategia parece ser el continuismo de las políticas, porque llegó a los comicios sin programa. «Ahora, en estos próximos cinco años, esperen a ver lo que vamos a hacer. Porque seguiremos haciendo lo imposible, seguiremos demostrando al mundo el ejemplo de El Salvador», refirió brevemente el presidente en su discurso de la victoria.

Uno de sus retos más importantes es ahora la economía. El Salvador creció un 2,2 % en el 2023, una cifra elevada si se compara con los registros en Europa, pero que es, en cambio, la menor registrada en Centroamérica, una subregión en la que hay países con crisis de violencia como Honduras y Costa Rica, o políticas, como Nicaragua y Guatemala.

Las cifras no son buenas. Unas 200.000 personas cayeron en la pobreza extrema en los últimos cuatro años y observadores independientes señalan que el Gobierno olvidó las políticas económicas tras centrarse en la seguridad.

Bukele parece habérsela jugado al turismo, que ha experimentado un crecimiento, pero no el suficiente para disminuir la pobreza o equipararse a su entorno.

«El Gobierno ha priorizado, en ocasiones, políticas que pesaban sobre el sentimiento de los inversores», señaló este fin de semana, en un informe, la calificadora Moody’s, ilustrando una falta de seguridad jurídica.