Elecciones vascas: una campaña de baja movilización y con episodios agresivos contra políticos

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago REDACCIÓN / LA VOZ

ACTUALIDAD · Exclusivo suscriptores

Urkullu, Pradales y Ortuzar, este miércoles en un acto electoral en San Sebastián
Urkullu, Pradales y Ortuzar, este miércoles en un acto electoral en San Sebastián Juan Herrero | EFE

El ataque al cabeza de lista del PNV es el último incidente de una larga serie

20 abr 2024 . Actualizado a las 16:37 h.

La agresión con un espray de pimienta contra Imanol Pradales, candidato del PNV, ha sido la última de una larga serie de incidentes con políticos en la precampaña y la campaña vasca, que quizá ha sido de baja intensidad en cuanto a movilización, pero ha transpirado una alta agresividad.

No se han atribuido causas políticas al ataque contra Pradales, pero es un hecho que es el candidato a lendakari del partido más votado por los vascos, y también que está en campaña. Pese a haberse descartado el móvil político, Andoni Ortuzar, que informó casi en directo a los asistentes a un mitin en Baracaldo ante quienes Pradales acababa de hablar, pidió de inmediato que se rebajase la tensión política y los discursos divisivos.

Lo ocurrido con el candidato del PNV es la punta del iceberg. Casi todos los partidos han sufrido agresiones de una forma u otra. Vox ha sido la formación que más ha denunciado los ataques. Hace solo cuatro días, afirmaron haber sido agredidos por unas 300 personas en Azpeitia. Los identificaron como «radicales vascos». En Guecho, este fin de semana, hubo un detenido por los incidentes violentos contra la formación de Abascal. Durante el debate televisado del martes, su candidata, Amaia Martínez, aprovechó el incidente sufrido por Pradales para reclamar en el debate una condena a la violencia sufrida por los demás partidos. El portavoz de la formación, José Antonio Fúster, señaló el caso de Azpeitia y otra agresión en Mondragón para señalar que esos incidentes «rebajan muchísimo la calidad de nuestra democracia».

El PP vasco también ha sufrido ataques, sobre todo daños materiales y pintadas de contenido insultante en sus sedes. Los populares han denunciado lo ocurrido, pero han evitado convertir esos sucesos en el centro de su campaña para evitar dar protagonismo a los radicales. Además, su estrategia se centra en mensajes positivos de unidad y apertura social, por lo que han evitado entrar en provocaciones.

No solo los partidos de centroderecha han tenido problemas. Más allá del País Vasco, los socialistas han denunciado más de 200 ataques a sus sedes desde el pasado noviembre, cuando estalló la polémica de la ley de amnistía y empezaron las concentraciones frente a su cuartel general de Ferraz. Uno de los casos más graves se da en Burgos, donde el PSOE está alquilando salones de hoteles en lugar de usar su sede «para no coincidir con la manifestación ultraderechista diaria» por el riesgo de que estalle un conflicto. Los socialistas han denunciado, además, dos agresiones físicas, sufridas por el teniente de alcalde de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), Víctor Mora, y su portavoz en Ponferrada (León), Olegario Ramón. Esos incidentes no están ligados a la campaña vasca, pero encajan en un clima político de elevada crispación.

Lo mismo ocurre con las agresiones denunciadas por la eurodiputada socialista Iratxe García, que afirma haber sido víctima de mensajes de odio a través de pintadas insultantes en el entorno de su domicilio, en Laguna de Duero (Valladolid).

Tampoco Sumar se ha librado de ese estado de agresividad. Un mitin de Yolanda Díaz en Baracaldo fue interrumpido el pasado fin de semana por un grupo de personas que le reprocharon la reforma laboral. La vicepresidenta acusó por error a otra entidad, pero los autores del incidente pertenecen al Consejo Socialista de Euskal Herria (EHKS), una escisión de Bildu que no comparte los pactos de ese partido con las formaciones estatales.

Esos incidentes culminaron, al menos en términos de trascendencia pública, con la agresión a Pradales y en plena polémica por el rechazo de EH Bildu a considerar terrorista a ETA. El debate sobre la banda y sobre la violencia política y sus consecuencias fueron temas evitados en la campaña, pero a solo tres días de votar están sobre la mesa.