Octubre del 2016, el mes en el que Sánchez dimitió dos veces para volver más fuerte

Carlos Peralta
C. Peralta REDACCIÓN / LA VOZ

ACTUALIDAD · Exclusivo suscriptores

Pedro Sánchez comparece tras su dimisión
Pedro Sánchez comparece tras su dimisión Benito Ordóñez

El líder socialista se negó en rotundo a favorecer un Gobierno de Mariano Rajoy

27 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Una eventual dimisión de Pedro Sánchez no sería la primera en su carrera política. Octubre del 2016 fue un mes fatídico tanto para el PSOE como para él. El día 1 dimitió como secretario general en un comité federal para la historia. Ese día, en Ferraz hubo gritos, lágrimas y mucha tensión en una jornada inacabable de 11 horas. Tres semanas después, inició su reválida más sonada al renunciar a su escaño en el Congreso. «Les recuerdo que, en su momento, ya dimitió dos veces», advirtió el jueves en RTVE el presidente de Asturias, Adrián Barbón, uno de los muchos testigos de un comité federal que marcó un antes y un después en el devenir del PSOE.

Debacle electoral

«No es no». El PSOE había cosechado los peores resultados de su historia en las elecciones del 26 de junio del 2016: 85 diputados, 14 más que Unidas Podemos. Al PP (137) no le llegaba con Ciudadanos (32) para alcanzar la mayoría. Y el veto mutuo de naranjas y morados dejaba al PSOE atado de pies y manos. Después de dos convocatorias electorales, la pregunta estaba clara: ¿Debía el PSOE abstenerse, favorecer la investidura de Rajoy y acabar con el bloqueo político? Los partidarios de Sánchez, entonces secretario general, optaban por negarse a investir al candidato popular. «No es no, señor Rajoy», repitió hasta la saciedad el líder socialista. Pero otro sector, liderado por la entonces presidenta de Andalucía, Susana Díaz, era partidario de, al menos, optar por la abstención.

El fatídico comité

Una votación dramática. Los susanistas resultaron ser mayoría en aquel comité federal. Pedro Sánchez promovió una votación para celebrar un congreso extraordinario que eligiera al nuevo secretario general. Primero, mediante una urna que se situó detrás de una mampara. Un hecho que le valió grandes reproches por parte de los socialistas críticos, que acusaron a Sánchez de promover un voto secreto. Finalmente se optó por votar a mano alzada. El resultado fue de 107 miembros a favor y otros 132 en contra. Pedro Sánchez, arrinconado por su propio partido, perdió esa batalla y presentó su dimisión como secretario general.

el escaño vacío

«El lunes cojo mi coche». Pedro Sánchez no había perdido la guerra. Y así lo hizo saber el 29 de octubre cuando, el día de la investidura de Mariano Rajoy, presentó horas antes su renuncia como diputado. «El lunes cojo mi coche y recorro todos los rincones de España», advirtió Sánchez, reconvertido en un «militante de base». Era el comienzo de la llamada ruta del Peugeot, en la que recorrió el país para sumar apoyos. Sus acompañantes eran Adriana Lastra, José Luis Ábalos y Santos Cerdán.

Sánchez midió al dedillo los tiempos de su renuncia, horas antes de la segunda —y definitiva— sesión de investidura de Mariano Rajoy. «No iré contra mi partido ni iré contra mi compromiso electoral [...] De las dos opciones que me da la gestora, no escojo ninguna», explicó el hoy presidente del Gobierno. Su escaño fue el único vacío en la votación.

Otros 15 diputados rompieron la disciplina de partido y emitieron un voto negativo. Entre ellos, la hoy ministra de Defensa, Margarita Robles, y Meritxell Batet (todo el PSC apoyó a Sánchez), posteriormente presidenta de la Mesa de la Cámara Baja.

El líder resucitado

Susana Díaz, derrotada. Sánchez se tiró un órdago y salió victorioso en el congreso extraordinario que tanto pidió, y que se celebró finalmente 210 días después, en mayo del 2017. Un 52 % de los militantes apoyaron su candidatura. El 39 % respaldaron a Susana Díaz, y casi un 10?% a Patxi López. El exlendakari acabaría integrado en el núcleo duro de Sánchez. Hoy es el portavoz del PSOE en el Congreso. También reclutó apoyos que inicialmente eran de Díaz. El expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, hoy escudo de Sánchez, era entonces susanista.