Bruselas emplaza a los Veintisiete a fijar «zonas de aceleración» de las renovables y a crear ventanillas únicas para simplificar y agilizar permisos
14 may 2024 . Actualizado a las 08:55 h.Dos años después de la puesta en marcha del plan RepowerEU con el fin de acelerar la transición energética y reducir la dependencia del gas ruso, Bruselas hace balance y pone deberes a los países miembros con el fin de agilizar el uso de las fuentes de generación limpia. La UE entiende que «ha cumplido con éxito la mayoría de los ambiciosos objetivos establecidos» y que se encuentra en la senda adecuada para seguir alcanzando los retos marcados a medio y largo plazo. Mediante este programa ha ahorrado energía, diversificado sus suministros, producido energía limpia y combinado «inteligentemente inversiones y reformas».
Sin embargo, los esfuerzos y resultados tienen diferente alcance, dependiendo de los países y su propia coyuntura energética. Bruselas considera positivas las medidas de eficiencia implementadas por España, pero señala dos ámbitos de actuación claros sobre los que necesita intervenir: proceder a un tijeretazo del consumo de gas e intensificar el despliegue de las redes eléctricas y las interconexiones con Francia y Portugal.
Así, en los informes presentados ayer, la Comisión Europea pone el acento en que España ha reducido, entre agosto del 2022 —cuando se desató la guerra energética por la invasión de Ucrania— y enero del presente año un 12 % el consumo de gas, una cuota inferior a la media de la UE, que asciende al 18 %, y de la reducción voluntaria del 15 % asumida por los Veintisiete. No obstante, el Ejecutivo comunitario admite que el país cuenta con la mayor capacidad de regasificación europea y que «al tener una infraestructura diversificada y una baja dependencia del gas ruso, no está expuesta» a una posible interrupción de este suministro.
Por otro lado, Bruselas subraya que «España ha cumplido su obligación de almacenamiento de gas», con sus depósitos al 100,4 % de capacidad el 1 de noviembre del 2023 y al 77,71 % el pasado 1 de abril.
Dependencia fósil
La Comisión Europea advierte a España que debe reducir sus combustibles fósiles, que aún supusieron en el 2021 el 70,1 % del consumo de energía primaria, al menos hasta el 51 % en el 2030.
Junto a este tijeretazo, otro de los deberes principales impuestos por la UE al Gobierno de Pedro Sánchez es el de «invertir en la modernización y el refuerzo de su red eléctrica, para integrar más las energías renovables y contribuir a la seguridad del suministro». En este sentido, sostiene que «España ha avanzado en la mejora del acceso a la red de transporte a nivel mayorista, pero «el acceso a la red de distribución [minoristas, comunidades energéticas y grandes autoconsumidores] tiene dificultades para evacuar la producción, por lo que una mayor cooperación entre los distintos niveles de gobierno podría ayudar».
En su análisis de estos dos años de aplicación del plan RepowerEU, la Administración comunitaria también señala medidas conjuntas que pueden acelerar la transición energética y favorecer el despliegue renovable, imprescindible para alcanzar el Pacto Verde Europeo. Así, apunta a la necesidad de que los Estados miembros empiecen cuanto antes a identificar las bautizadas como zonas de aceleración de las energías renovables. «Se trata de lugares en los que no se espera que el despliegue de proyectos de energías renovables tenga un impacto medioambiental significativo, por lo que se aceleran los procedimientos necesarios para garantizar el rápido despliegue de tecnologías específicas», explica.
Por otro lado, también incide en la necesidad de simplificar y acortar los trámites para la aprobación de los proyectos, además de otorgarles el mayor estatus posible. Además, emplaza a los Veintisiete a poner en marcha ventanillas únicas para la concesión de los permisos, con la unificación de las autorizaciones de las distintas Administraciones implicadas.
Establecer procesos participativos, transparentes y digitalizados es otra de las encomiendas que se fija la UE en el marco del proceso de transición hacia fuentes de generación energética limpia, sin olvidar la importancia de una planificación adecuada de los futuros empleados del sector, junto con un mapa racional de las infraestructuras.
Crear una unidad específica para tramitar proyectos
En el marco de las actuaciones sugeridas por la Unión Europea para que España impulse la instalación de más megavatios verdes, se encuentran algunas de tipo regulatorio. En este sentido, aboga por establecer «reformas para fijar un plazo para que el regulador emita un informe para autorizar nuevos proyectos de energías renovables», además de «la creación de una nueva unidad dentro de la Administración central para apoyar la tramitación de las solicitudes de permiso de proyectos de energías renovables». También reclama que se pongan en marcha «areneros» regulatorios que permitan el desarrollo de proyectos piloto para fomentar la investigación y la innovación en el sector eléctrico, así como inversiones para hacer operativos al menos cinco proyectos innovadores de almacenamiento, equivalentes a 660 megavatios de capacidad instalada».
No obstante, Bruselas apunta también algunas fortalezas destacadas del país en cuento a las fuentes de generación limpias. Como la vertiente industrial. «España es uno de los pocos exportadores netos de componentes eólicos, alberga instalaciones de fabricación en toda la cadena de valor y repartidas por todo su territorio, con capacidad para producir 500 torres offshore al año», recuerda. Adicionalmente, otra planta de fabricación de módulos de 500 megavatios está a punto de terminarse, y hay varias más en marcha. También es el principal generador de inversores. En el ámbito del hidrógeno, considera necesario que se acometan «inversiones para autorizar al menos 700 MW de capacidad total de electrolizadores, incluida la infraestructura complementaria».