ERC someterá a la militancia su decisión sobre la investidura del presidente catalán

Xavier Gual BARCELONA / E. LA VOZ

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Josep Maria Jové, Alba Camps, Marta Rovira, Ruben Wagensberg y Pere Aragonès, de izquierda a derecha, en un acto en Ginebra titulado «Cataluña, historia del exilio», el pasado mes de abril
Josep Maria Jové, Alba Camps, Marta Rovira, Ruben Wagensberg y Pere Aragonès, de izquierda a derecha, en un acto en Ginebra titulado «Cataluña, historia del exilio», el pasado mes de abril MARC PUIG I PEREZ-ERC | EUROPAPRESS

Marta Rovira coordinará las negociaciones para constituir la Mesa de la Cámara autonómica

17 may 2024 . Actualizado a las 23:30 h.

Esquerra someterá a la militancia el sentido de su voto en la investidura del futuro presidente de la Generalitat. La ejecutiva del partido se reunió ayer para decidir los pasos a dar en los próximos días, después de las renuncias de Pere Aragonès, al día siguiente del batacazo electoral, y de Oriol Junqueras, que lo hará tras las elecciones europeas del 9 de junio, con la idea de presentarse a la reelección en el congreso del 30 de noviembre. La cúpula del partido quiere que sean las propias bases las que avalen la postura final a través de una consulta que se llevará a cabo por medios telemáticos. Esta consulta a la militancia añade un elemento más de incertidumbre al desenlace del escenario político catalán. Y es que un eventual rechazo a la decisión que adopte la dirigencia acabaría sumiendo a ERC en una crisis de consecuencias imprevisibles.

El batacazo electoral del domingo está abriendo las costuras de la formación republicana, literalmente partida en dos entre los partidarios de aupar al socialista Salvador Illa a la presidencia de la Generalitat y los que defienden la unidad de acción independentista y la vuelta al procés, que se inclinan por dar su apoyo a Carles Puigdemont.

Las negociaciones para la constitución de la Mesa del Parlamento las conducirá directamente la secretaria general del partido, Marta Rovira, en Suiza desde el 2018, que ya ha anunciado que no renovará el cargo en el congreso de noviembre. Junto a ella, integran el comité negociador de los republicanos la secretaria general adjunta y portavoz, Marta Vilalta, y la vicepresidenta de la Generalitat en funciones, Laura Vilagrà.

Los números de Puigdemont

Por parte de los posconvergentes, el peso de las negociaciones recaerá en el secretario general de Junts, Jordi Turull, y el propio Carles Puigdemont, que desde Argelès-Sur-Mer continúa haciendo malabarismos con el resultado electoral y presionando a sus antiguos socios de Esquerra, consciente del momento crítico en el que se encuentran. El expresidente de la Generalitat agita el sentimiento independentista derrotado el pasado domingo bajo el argumento de que una mayoría «coherente y más amplia que cualquier otra» es posible. Ello pasa por que Esquerra sume sus 20 diputados a los 35 obtenidos por Junts. Así, la mayoría «coherente» de los secesionistas superaría a los 48 de un gobierno de izquierdas formado por PSC y Comunes. En esta ecuación podría llegar a sumar los 4 de la CUP. Incluso, forzando la horma hasta el extremo, los 2 de Aliança Catalana, saltándose el documento firmado en campaña por el que se comprometía a no hacerlo. En total, 61. Con la mayoría absoluta en los 68, Puigdemont necesitaría, además de los votos republicanos, la abstención de los socialistas para ser investido en segunda vuelta, con más votos a favor que en contra. Algo que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, descartó ayer de forma categórica.

Sin embargo, Puigdemont pasó por alto que en una hipotética coalición de izquierdas —«justita», dijo el jueves— también podría entrar Esquerra, lo que sería tanto o más «coherente» que la mayoría independentista. De hecho, no sería el primer tripartito de izquierdas que gobierna la Generalitat. La suma de las tres fuerzas alcanza los 68 diputados. Tirando de calculadora, existe otra mayoría absoluta no independentista, la formada por PSC, PP y Vox. Aunque manifiestamente incoherente, es aritméticamente posible. La del domingo pasado es la tercera derrota de Puigdemont en las urnas. En el 2017, fue Inés Arrimadas, de Ciudadanos, quien le pasó por delante; y en el 2021 lo superaron tanto Illa como Aragonès.