El presidente agota sus trucos

Francisco Espiñeira Fandiño
Francisco Espiñeira SIN COBERTURA

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El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en el acto de apertura de la campaña electoral de las europeas celebrado por su partido en Valencia.
El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en el acto de apertura de la campaña electoral de las europeas celebrado por su partido en Valencia. Rober Solsona | EUROPAPRESS

24 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Alberto Núñez Feijoo se lo anunció a Pedro Sánchez en la sesión de investidura: «Cuando los suyos le abandonen, no me llame». El augurio ha tardado menos de seis meses en hacerse realidad. Que la aritmética parlamentaria era endiablada se sabía desde el primer día. Que el margen para la geometría variable de la anterior legislatura había desaparecido, también. Sánchez presumía de la producción legislativa de la anterior legislatura y de haber aprobado todos los Presupuestos como muestra de su talante conciliador y de la capacidad para «entender España», virtud que siempre le ha negado a Feijoo.

Pero en apenas cinco meses, las esperanzas del líder del PSOE se han difuminado. A las primeras de cambio le han dejado sin apoyo los impredecibles de Junts —que consiguieron arrancarle todo tipo de cesiones en la ley de amnistía— y sus antiguos aliados de Podemos —que forzaron el decaimiento de las prestaciones de desempleo retrasando el pago del nuevo plazo de los fondos europeos—. Hasta los incondicionales de Esquerra y Sumar han puesto tierra de por medio esta semana acusando de electoralismo al PSOE e impedido aprobar la ley que pretendía combatir la prostitución, además de forzar la retirada de la propuesta de la ley del suelo una hora antes de que se iniciara su debate.

La respuesta socialista ha sido echar la culpa al PP, esta vez sin acompañarlos del apelativo a la ultraderecha. En poco más de cinco meses a Patxi López se le han olvidado las palabras de Feijoo. Más rápido incluso que los votos del PP que le hicieron lendakari.

A Sánchez solo le quedan los incondicionales de Bildu y el PNV para sostener una mayoría que no es tal, al menos en estos momentos. Míriam Nogueras se lo advirtió el miércoles: «Depende de nosotros». El jueves se aprobará de forma definitiva la amnistía. Y a Junts le quedarán pocos argumentos para mantener a flote el precario Gobierno. Salvo que les den la cabeza de Illa.