¿Qué posibilidades tiene la izquierda en Francia?
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¿Qué posibilidades tiene la unión de la izquierda de frenar a la Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen en las elecciones legislativas francesas? Como tal unión de la izquierda, pocas, porque el Nuevo Frente Popular (NFP) muy probablemente se romperá tan pronto empiece la legislatura. Pero, y esta es la paradoja, es precisamente disolviéndose como el NFP puede contribuir a cerrar el paso a los de Le Pen. Para resolver este acertijo hay que bucear en las estimaciones, con la advertencia de que solo son estimaciones. La RN tiene prácticamente garantizada la victoria y su tendencia es a seguir subiendo. Sin embargo, todavía ningún sondeo le otorga la mayoría absoluta que necesitaría para formar gobierno; porque, salvo la posible treintena de diputados de la escisión conservadora pro-RN de Éric Ciotti, no puede esperar más apoyos. En la mejor de las horquillas, seguirían faltándoles una decena de diputados (de momento).
A diferencia de la derecha radical, la izquierda no está creciendo apenas en los sondeos. Hasta ahora, la proyección de escaños les da más o menos lo mismo que ya tenían, y esto a pesar de unir fuerzas incorporando al Partido Socialista, que acaba de lograr un buen resultado en las europeas. Puesto que los centristas de Macron empezaron a crecer un poco justo entonces, está claro que a muchos votantes socialistas no les gusta esta alianza con la extrema izquierda. De hecho, los sociólogos detectan en el electorado, en general, más miedo al NFP (55 %) que a la derecha radical (48 %). Ese miedo lo produce, sobre todo, la figura de Jean-Luc Mélenchon, el carismático, pero controvertido, líder de origen español de la Francia Insumisa que consiguió en su día arrinconar a comunistas y socialistas, con los que sigue manteniendo muy malas relaciones.
¿Se ha equivocado entonces el Partido Socialista al integrase en el NFP, justo cuando empezaba a ganar espacio en la izquierda? Algunos así lo creen, pero los estrategas socialistas piensan que son ellos quienes han tendido una trampa a Mélenchon. Aunque la Francia Insumisa se ha garantizado más cabezas de lista, los socialistas han elegido los suyos con tanto cuidado que calculan que, al final, acabarán con unos treinta escaños más, con lo que habrían puesto fin a la hegemonía de Mélenchon en la izquierda. Es aquí donde se abre una posibilidad que los socialistas no contemplan oficialmente, pero que podrían abrazar si se presenta. Se espera que el Frente Popular se deshaga entonces y esos diputados socialistas, unidos a los macronistas y la derecha moderada, podrían formar un Gobierno en el que, incluso siendo menos que los centristas, podrían imponer a uno de los suyos como primer ministro. Se sospecha que es pensando en postularse para ese puesto por lo que el expresidente François Hollande ha maniobrado para colocarse en las listas. Pero, por supuesto, todo esto estaría basado en los pronósticos más optimistas posibles para los socialistas. Solo cuando se abran las urnas se verá si, como tantas veces en el mundo de la estrategia electoral, se trata del cuento de la lechera.
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