Sancho será trasladado a otra prisión tras la sentencia si la pena es superior a 15 años
ACTUALIDAD
La cárcel en la que se encuentra ahora está considerada «amable» según los estándares del país por su baja densidad y seguridad más laxa
28 ago 2024 . Actualizado a las 13:11 h.El español Daniel Sancho, en prisión provisional en la cárcel tailandesa de Samui a la espera de conocerse el jueves su sentencia por el supuesto asesinato del cirujano colombiano Edwin Arrieta, será trasladado a otra prisión tras el fallo si la condena supera los 15 años de cárcel, según dijeron a Efe varias fuentes.
El fiscal del caso, Jeerawat Sawatdichai, confirmó a Efe que «si la condena supera los 15 años, será enviado a la prisión de Surat Thani», la provincia de la que depende Samui, si bien no sería de forma inmediata y dependería de «cómo se desarrollen los trámites de la prisión», añadió.
Desde la prisión de Samui, donde Sancho ingresó en régimen provisional el 7 de agosto del 2023, cinco días después del supuesto crimen en la vecina isla de Phangan, afirmaron que el traslado al presidio de Surat Thani sería «lo antes posible», aunque no el mismo viernes, si es condenado a más de 15 años de cárcel.
Sancho tendría que quedarse en el penitenciario de Surat Thani a la espera de conocerse el resultado de los recursos, con dos posibles apelaciones para las partes, una al Tribunal de Apelaciones y otra al Supremo, proceso que suele demorarse alrededor de un año, según fuentes jurídicas.
«Sin embargo, si la condena supera los 25 años será trasladado a (la cárcel) de Nakhon Si Thammarat», provincia al sur de Samui, añadió el fiscal.
Ambos penitenciarios cuentan con muchos más reos que la cárcel de Samui, considerada «amable» según los estándares del país por su baja densidad y seguridad más laxa.
Según el informe nacional de correcionales del país, Surat Thani tiene cerca de 5.400 reos y la cárcel de Nakhon Si Thammarat más de 4.200, frente a los 542 del penitenciario de Samui.
La sentencia
Durante la lectura de la sentencia, que está convocada mañana a las 10.00 (03.00 GMT) en el Tribunal Provincial de Samui, el juez fijará asimismo un plazo de un mes para que las partes decidan sobre las apelaciones que podría ampliarse dependiendo del magistrado, dijeron a Efe desde la corte.
La Fiscalía trató de probar durante el juicio —celebrado entre el 9 de abril y el 2 de mayo en esa misma corte— mediante decenas de pruebas y testigos, incluida la compra de cuchillos y una sierra que el acusado guardó en la habitación de hotel en la que murió Arrieta, que Sancho planificó los días previos el asesinato y descuartizamiento del cirujano.
El código penal tailandés castiga el asesinato con penas de entre 15 y 20 años de cárcel, la cadena perpetua o la pena de muerte. En concreto, la sección 289 del código penal incluye el asesinato con premeditación como uno de los agravantes para la pena capital, aunque el país suele o reducir el castigo o no aplicarlo.
Si bien Sancho admitió inicialmente el crimen ante la Policía de Phangan, después y durante el juicio él y la defensa mantuvieron que la muerte de Arrieta se debió a un accidente durante una pelea en la que el acusado se defendió de un supuesto intento de agresión sexual.
Además del cargo de asesinato premeditado, la Fiscalía acusa a Sancho de otros dos delitos: la ocultación del cadáver, por el descuartizamiento de Arrieta —cuyos restos fueron encontrados en varios lugares de Phangan, incluido el mar—, que Tailandia castiga con un máximo de un año de cárcel.
El último es robo de documentación ajena, por el pasaporte del colombiano, de entonces 44 años, penalizado con hasta 6 años de prisión.
En un caso anterior, el español Artur Segarra fue condenado en el 2017 por un tribunal de Bangkok a la pena de muerte por el asesinato premeditado de su compatriota David Bernat, y fue trasladado días después de la sentencia desde la prisión Bangkok Remand al penal capitalino de máxima seguridad Bang Kwang, donde continúa y se encuentran la mayoría de condenados a la pena capital.
La condena de Segarra quedó reducida a la cadena perpetua en el 2020 por clemencia del monarca Vajiralongkorn, con potestad para conceder indultos y conmutar la pena capital por un castigo menor.