Conmoción en Polonia por el caso de «la bestia de Glogow»: detenido por maltratar, violar y retener en una cuadra a una joven durante cinco años

G.V. REDACCIÓN / LA VOZ

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Pressefoto ULMER / Claus Cremer

Fue la propia víctima quien dio la voz de alarma a los médicos de un centro sanitario. Captor y rehén se conocieron por internet y él la encerró en una granja de su propiedad en el 2019. La joven, de 30 años, llegó a quedarse embarazada y el bebé fue dado en adopción

02 sep 2024 . Actualizado a las 08:25 h.

Las autoridades polacas han detenido a un hombre de 35 años, que responde al nombre de Mateusz J., por haber tenido presuntamente secuestrada durante cinco años a una mujer en el granero de su casa en la localidad de Gaiki, cerca de Glogow, ciudad al sudeste del país.

Según informa el canal Polsat News, la víctima, de 30 años, habría sido maltratada y violada de forma sistemática durante casi un lustro. 

Fueron los servicios médicos los que dieron la voz de alarma. La mujer tuvo que ser atendida en un hospital por una dislocación de clavícula y los sanitarios se dieron cuenta de que tenía lesiones antiguas que les resultaron sospechosas. 

Una historia de terror

La fiscalía de Glogow ya ha abierto una investigación y la conmoción está recorriendo el país. Nadie entiende cómo es posible que el detenido, Mateusz J., al que los medios han bautizado como «la bestia de Glogow» pudiese haber mantenido a la mujer tanto tiempo encerrada en su propia casa.

El periódico Wirtualna Polska explica en su edición de hoy que captor y víctima se conocieron por internet y que tuvieron una breve relación. Fue durante un encuentro el 1 de enero del 2019 cuando él se la llevó a su casa y la mantuvo encerrada hasta el pasado 28 de agosto en una especie de celda, en un granero en su casa de Gaiki.

«El torturador la golpeaba con los puños, una manguera, una tabla y una lámpara por todo el cuerpo. Le dio patadas, la estranguló, le retorció los brazos, la humilló, la mató de hambre y la violó de una forma brutal», dice este medio polaco. La víctima solo habría tenido acceso a agua potable y algún artículo de higiene. Tampoco se le permitía ver la luz del sol. «Solo podía tomar el fresco alguna vez por la noche», explica el periódico Onet.

En una de las violaciones, la joven se quedó embarazada. «La llevó al hospital y, después de dar a luz, dio al bebé en adopción», explican los medios polacos, algo que ha confirmado la propia víctima a myglogow.pl. «Me puso un pasamontañas para que no pudiera ver dónde vivíamos mientras me llevaba al hospital. Lo mismo me pasaba cuando me sacaba por la noche a lavarme. A veces simplemente me echaba una manguera, pero si obedecía, me daban agua tibia».

Cuando tuvo que ir al hospital a dar a luz nadie sospechó, y ella tampoco alertó de su situación, pero la prensa del país apunta a que en una segunda salida al hospital, hace tan solo unos días, fue cuando los médicos empezaron a sospechar.

«Cuando su torturador la golpeaba y ella sangraba demasiado o gritaba de dolor, la llevaba a los servicios de urgencias del hospital», explican en Onet.

Eso fue lo que pasó precisamente el pasado 28 de agosto. Mateusz J. le había dislocado el hombro a su rehén y tuvo que llevarla a un centro sanitario para que la atendiesen. Ante las preguntas de los sanitarios fue la propia víctima las que le confesó su situación. «Antes tenía miedo de ser castigada».

Cerca de sus padres

Uno de los detalles que no se explican en Glogow es cómo el hombre, pudo haber tenido a su víctima tanto tiempo bajo cautiverio si sus propios padres viven a solo una docena de metros del lugar que usó como celda. «No escuchamos nada, no sabíamos nada», explicó la madre del detenido, que podría enfrentarse a 25 años de prisión. La mujer, de 70 años, asegura que nunca llegó a entrar en ese granero en el que estaba la víctima y que tampoco podía ver el interior porque su hijo había tapiado la ventana. Con todo, la madre pone en duda la versión de la secuestrada. «Mi marido estuvo en el hospital durante dos meses y medio y mi hijo fue a verlo. Si ella estaba allí y sabía que él se marchaba en su coche cada día, ¿por qué no gritó?». La madre también asegura que su hijo no pasaba demasiado tiempo en la que se había convertido en una auténtica celda para la joven.

«Esto es un shock para nosotros. Esto es imposible», dijo a Onet el padre del arrestado.