El laborismo promete que el Reino Unido no volverá a la austeridad pese a su nueva política de recortes

Juan Francisco Alonso LONDRES / E. LA VOZ

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Rachel Reeves en la conferencia laborista de Liverpool.
Rachel Reeves en la conferencia laborista de Liverpool. ADAM VAUGHAN | EFE

El partido de Starmer sostiene que los de Rishi Sunak dejaron un hueco de 26.390 millones de euros en las cuentas del Estado

24 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Keir Starmer aún no ha cumplido tres meses en el 10 de Downing Street, pero los británicos que condenan su gestión ya duplica los que la aprueban (un 53 % frente a un 23 %, según Yougov). El poco entusiasmo que despertó su aplastante victoria sobre los tories de Rishi Sunak parece haberse desvanecido con las primeras medidas que ha adoptado para enderezar las cuentas públicas, en especial por la controvertida eliminación de las ayudas para que los pensionistas de menores ingresos puedan pagar la calefacción y la luz en el invierno. Y para frenar el desgaste, desde la formación han asegurado que estos recortes no implican una vuelta a la traumática austeridad que vivió el país después de la crisis financiera del 2008.

«No habrá ningún regreso a la austeridad», prometió la ministra de Economía, Rachel Reeves, durante el discurso que dio en el congreso anual que el partido celebra en la ciudad inglesa de Liverpool. «La austeridad conservadora fue destructiva para nuestros servicios públicos y también para la inversión y el crecimiento», declaró Reeves, quien aseguró que los próximos presupuestos servirán para «arreglar los cimientos de la economía y reconstruir el Reino Unido».

Las palabras de la ministra, sin embargo, generan dudas, pues ha sido ella quien ha aplicado el tijeretazo a las ayudas a los pensionistas y a algunas inversiones en infraestructuras. Medidas que defendió, indicando que son las «correctas ante lo que heredamos». Los laboristas sostienen que los de Rishi Sunak les dejaron un hueco de 22.000 millones de libras (26.390 millones de euros) en las cuentas.

Un ataque, la mejor defensa

Las explicaciones de Reeves no han servido para calmar los ánimos. Desde el sindicato Unite han criticado la decisión del partido de aplazar, casi hasta al final del congreso, una votación sobre las ayudas a los pensionistas. La moción, que pedía al Gobierno revisar su decisión sobre el llamado Winter Fuel Payment, iba a someterse a votación ayer.

Pero las ayudas eliminadas no fueron el único motivo de discordia. La posición de la Administración laborista sobre el conflicto de Oriente Medio fue otro. Un manifestante interrumpió brevemente el discurso de Reeves para rechazar que el Reino Unido siga vendiendo armas a Israel.

Sin embargo, el anuncio de la creación de una comisión para investigar el «carnaval de despilfarro y corrupción» ocurrido durante la pandemia provocó una lluvia de aplausos. «Miles de millones de libras de los contribuyentes fueron dadas a amigos y donantes del Partido Conservador», denunció, al anunciar el nombramiento de un equipo independiente que revisará los contratos firmados durante la gestión de Boris Johnson.