Cobrará 48.000 euros por las lesiones sufridas al tirarle de la bicicleta dos perros

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Un perro de raza doberman en una imagen de archivo
Un perro de raza doberman en una imagen de archivo PACO RODRÍGUEZ

Se considera probado que fue hostigado por los canes cuando hacía una ruta y al caer se fracturó la meseta tibial derecha

21 abr 2025 . Actualizado a las 14:41 h.

La Audiencia Provincial de Oviedo ha desestimado el recurso de apelación interpuesto por una aseguradora y de este modo ratifica la sentencia dictada en el 2024 por el Juzgado de Primera Instancia número 1 de Castropol, que condena a la recurrente a pagar 47.604 euros a un hombre que sufrió lesiones mientras hacía una ruta en Tapia de Casariego al tirarle de la bicicleta dos perros.

Según los hechos considerados probados, el suceso ocurrió el 16 de abril del 2022, cuando el afectado realizaba una ruta por un camino rural, en las inmediaciones de Villargomil, Campos y Salave. Entonces, comenzaron a perseguirle dos perros procedentes de una finca aledaña a la pista, abalanzándose sobre la bicicleta y causando la pérdida del equilibrio del demandante. Este intentó apoyar una pierna sobre el pavimento para evitar la caída, y de este modo sufrió la rotura de la meseta tibial derecha, que hubo de ser reparada quirúrgicamente, con el posterior tratamiento médico y de rehabilitación.

De este modo, el juzgado castropolense condenó a la entidad aseguradora, por la responsabilidad civil derivada de la tenencia de los canes, a abonar una indemnización. La recurrente alegó en su defensa una errónea valoración de la prueba, pues a su entender no quedó suficientemente acreditado el suceso que causó los daños personales. Además, discrepaba en la valoración del perjuicio.

Entre las pruebas valoradas se encontraba el testimonio de un compañero de ruta, que declaró que, al llamarlo, el demandante le dijo que le habían atacado dos perros, y que al personarse en el lugar todavía estaban allí los animales. También, la testifical de una vecina que expuso que los canes se escapan habitualmente de la finca. Finalmente, también se aportaron las grabaciones de las llamadas a los servicios de emergencias, en las que se escuchaban al fondo los ladridos de los cánidos.

También testificó el dueño de la finca y de los perros, que confirmó que eran de su propiedad. De este modo, la Audiencia considera acreditados los hechos.

Por otro lado, entiende probado que el demandante sufre tras las lesiones un perjuicio de calidad de vida en grado leve. Así, razona que «las secuelas que persisten en la rodilla impiden completar el movimiento por extensión; repercuten en la normal deambulación; tienen un pronóstico con evolución hacia la artrosis y la colocación de prótesis; (...) y no permiten el desarrollo de rutas a pie con la extensión que hasta entonces tenía, e impiden el uso de bicicleta de montaña» como la que utilizaba el lesionado cuando ocurrió el incidente.