La botella que viaja por el mar con las cenizas de una madre y una nota: «Esta es mi madre. Devuélvela, está viajando por el mundo»

Wendy Chadwick se murió sin haber viajado. Ahora, sus cenizas viajan en una botella. La idea fue de su hija, Cara Melia, una británica de 24 años que, tras fallecer su madre —de una enfermedad cardíaca y cuando aún no había cumplido los 51— metió sus cenizas en una botella de cristal y la lanzó al mar. Incluyó, eso sí, una nota: «Esta es mi madre. Devuélvela, ella está viajando por el mundo».

La botella partió de Skegness, una ciudad costera del este de Reino Unido. Días después, una mujer la encontró y publicó un mensaje en Facebook: «Por favor, ¿podéis compartir esto con la esperanza de que llegue a Cara de Oldham? (...) La botella ha sido arrojada de nuevo al mar, tal como se pidió. Felices viajes, mamá de Cara».

La publicación, acompañada de imágenes de la botella, se viralizó rápidamente acumulando miles de compartidos en apenas 24 horas. Y le llegó a Cara. «Soy yo, gracias por devolver a mi madre al mar», escribió.

La joven contó después a la BBC que «la vida pasó» y su madre, ocupada de criar a cinco hijos, «nunca tuvo la oportunidad de viajar». Por eso, aunque en un primer momento pensó en esparcir sus restos en una playa, una amiga le sugirió la idea de la botella. Se dio cuenta de que «el mejor homenaje» para su madre era lanzar sus cenizas al mar y dejar que deambulasen océano a océano.

 «Nadie debía encontrarla por un tiempo; estaba destinada a estar en un país completamente diferente», explicó Cara, que dijo que su madre era «una persona peculiar» a quien «le encantaba la playa y el sol» y se reiría de ello. Además, expresó un último deseo: «Me encantaría que terminara en una playa de Barbados o de España».

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