Los cuadros del PSOE alertan de una catástrofe electoral en el 2027
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Temen que Sánchez agote la legislatura, y que coincidan las generales y locales
15 jun 2025 . Actualizado a las 16:58 h.Nada será igual en la legislatura desde el pasado jueves por la mañana. El informe de la UCO sobre Santos Cerdán, el guardián de los secretos de Pedro Sánchez, el nexo de unión de la llamada banda del Peugeot que acompañó al ahora presidente en la reconquista del liderazgo socialista, el mentor de Koldo García y el amigo inseparable y leal colaborador de José Luis Ábalos en el año mágico del Gobierno bonito, acabó con la carrera política del que un día fue concejal de Milagro, su pueblo natal.
Cerdán no es una baja más. Primero, porque desarma por completo la estrategia de la Moncloa, abanderada cada martes con un sinfín de medias verdades por la ministra portavoz, Pilar Alegría, y defendida con entusiasmo por Óscar López y Óscar Puente, que se basaba en el ataque furibundo a las «togas patrióticas», el descrédito a los medios de comunicación que llevan años investigando las corruptelas y el cierre de filas con el reproche a militantes socialistas que defienden no cerrar los ojos ante el deterioro del partido, como Eduardo Madina, Emiliano García-Page y Javier Lambán.
Ese estado de permanente nerviosismo tiene explicaciones dispares. En el caso de Alegría, su rol quedó claro desde el mismo día en que negó que el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, estaba imputado. En los casos de Puente y López, como en el del titular de Administraciones Públicas, el canario Ángel Víctor Torres, felizmente recuperado de su intervención contra un cáncer, su lealtad está también condicionada por el temor a las posibles revelaciones de otro de los miembros de la trama, el arrepentido Víctor de Aldama, sobre sus negocios con ellos. Óscar López era el director de Paradores en la pandemia y luego fue el jefe de gabinete de Pedro Sánchez. Óscar Puente no esquiva ninguna polémica y también ha aparecido su nombre en algunos audios por su relación con Santos Cerdán. Y Torres ya ha ido dos veces al Senado para aclarar sus contradicciones, con escaso éxito, por cierto.
LA SOMBRA DE ZAPATERO
Resistir es perder. Por eso, lejos de la Moncloa, el interés de los cargos locales y regionales pasa por frenar la caída en todas las encuestas, excepto, claro, la del CIS de José Félix Tezanos, que casi a la misma hora que Cerdán dimitía hacía público su barómetro de junio con un resultado que no sorprendía a nadie: el PSOE lograba su mejor resultado de la legislatura en medio de los escándalos de corrupción, de la fontanera Leire Díaz y del caos en la gestión.
El problema para Tezanos es que nadie le cree. Ninguna otra encuesta acerca siquiera al bloque de la izquierda a la victoria. Y, desde hace semanas, Page reclama un adelanto electoral. Justo desde que la Moncloa empezó a flirtear con la idea de un superdomingo electoral en mayo del 2027. O en apurar al máximo el calendario para que las municipales y autonómicas se celebren antes que las generales.
Los últimos sondeos disponibles, coincidiendo con el ecuador del mandato, reflejan una caída constante de la intención de voto del PSOE, que pone en peligro feudos como el de Adrián Barbón en Asturias.
Los más veteranos recuerdan la sombra de José Luis Rodríguez Zapatero, al que muchos confieren una capacidad de influencia muy alta sobre Sánchez. Atropellado por el recorte de pensiones y la reducción de gasto público impuesta por la Unión Europea en el 2010, optó por posponer las elecciones generales para después de las municipales. Y, aunque el candidato era Alfredo Pérez Rubalcaba, todos los analistas responsabilizaron a Zapatero del que en aquel momento era el peor resultado de la historia del PSOE, aunque luego lo empeoraría dos veces el propio Sánchez. El PP rozó los once millones de votos y firmó la última mayoría absoluta hasta ahora con su mayor cota de poder territorial.
Por eso, Page, y este mismo viernes el alcalde de Mérida, Antonio Rodríguez Osuna, se afanan en poner distancia con el sanchismo. De momento, las quejas se expresan en voz baja. Pero el clamor no para de crecer.
¿Quien irá al Club Bilderberg?
Hubo un tiempo en el que el Club Bilderberg atraía las miradas de los conspiranoicos de todo el mundo. En sus fastuosas reuniones, un puñado de millonarios y políticos debatían sobre los planes de futuro a corto plazo. La mitología duró años, pero el glamur ha ido cayendo y ahora la reunión no deja de ser un encuentro de networking. Que se sepa, solo hay cinco españoles en la lista, entre ellos Ana Botín, una de las impulsoras, Nadia Calviño y Pablo Isla.