Sánchez prepara una ejecutiva federal que salve la legislatura con el PSOE dividido
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La reforma del código ético estará en el centro del cónclave socialista
03 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.A Pedro Sánchez se le han acumulado los problemas. Con el ingreso de Santos Cerdán en la cárcel, sus socios en desbandada y la oposición al acecho, el presidente del Gobierno tiene todas las miradas puestas en él. Necesita una victoria para tranquilizar a los partidos minoritarios que ven en peligro la legislatura, a los votantes que ven con temor un posible mandato de PP y Vox si las cosas se tuercen y al propio partido, contra las cuerdas por la catástrofe doméstica del ex número tres. Por ello, la ejecutiva federal de este sábado, en la que las expectativas son máximas, pretende dar un golpe de efecto.
De base, fuentes del PSOE han adelantado a El País que preparan una reforma dura del código ético del partido. Sobre todo en lo relativo a la corrupción y la prostitución, porque el agujero reputacional del partido se debe, desde las últimas semanas, a estas dos cuestiones. Santos Cerdán comparte reclusión con Luis Bárcenas, extesorero del PP, y José Luis Ábalos y Koldo García se ocuparon de denostar la predicación feminista de los socialistas por el contrato de prostitutas. Pero aun con los objetivos claros, los distintos sectores del PSOE no encuentran unidad bajo la batuta de un Sánchez sin competidores.
Para empezar, el líder del partido tendrá que pensar qué hará con la secretaría de organización que antes estaba en manos de Cerdán. Suenan nombres, especialmente los que, provisionalmente, se hacen ahora cargo del puesto: Montse Mínguez, del PSC; la concejala del Ayuntamiento de Madrid, la gallega Enma López; y el actual secretario de acción electoral, Francisco Salazar, muy cercano a Sánchez.
Fuentes del PSOE críticas con Ferraz apuntan a que, «más que los nombres», lo importante es que se produzca un cambio «de formas, de hacer política y organizar el partido» para que «las voces feministas ganen peso» y haya «más paridad». Una regeneración que visibilice que «tarde o temprano, se les acaba dando la razón» a estas, evitando crisis reputacionales de este calado.
Corrientes dispares
Para este sector, también «hay que seleccionar compañeros limpios y honestos, con capacidad de acción real y transparencia», y añaden que «no hay ni que hacer una enmienda a la totalidad ni hacerse la víctima», sino actuar donde haya que actuar. Sin embargo, los partidarios de Sánchez aún se mantienen como la mayor fuerza en el partido. Guillermo Meijón, exdiputado por Pontevedra, augura que el presidente del Gobierno «aprovechará para incrementar los perfiles de fortaleza» y apunta a que en su entorno hay perfiles «de mucho talento, capaces de llevar las riendas del partido».
Para él, el caos interno en el partido debe pasar por que «las bases tengan más voz y las decisiones del partido sean colegiadas. Pero además, que haya una línea extremadamente dura que pueda evitar las circunstancias anómalas de toda democracia». Mismo apunte que el propio Sánchez hizo en su comparecencia tras la salida de Santos Cerdán del partido. Combate contra la corrupción para lavar la cara del partido y agotar la legislatura. «Si es posible mantener el compromiso social y la legislación progresista, se debe seguir actuando. Hay que consolidar el partido e ilusionar con él», añade.
El trato que Sánchez brinde a sus federaciones también será clave. El PSC de Salvador Illa está lejos del PSOE manchego de Emiliano García-Page. No en resultados, pero sí en su confianza hacia el líder del partido. Esta falta de unidad también puede socavar la ejecutiva federal si algunas siglas territoriales se ven perjudicadas en representación para favorecer al entorno de Sánchez. Para Meijón, «lo importante es la fortaleza y el proyecto», pero los críticos ven que el sistema de cuotas debe reformarse para impedir más fricciones. Con todo, solo Sánchez abrirá la caja de sorpresas.