Los socialistas niegan que la rehabilitación política de Puigdemont tenga que ver con el apoyo a los Presupuestos
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El Gobierno enmarca la cita de Bruselas en el proceso de «normalización institucional» de Cataluña
04 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.La foto de la entrevista entre Salvador Illa y Carles Puigdemont en Bruselas deja muchos interrogantes en el aire. El primero y más importante, si esta es la antesala de la esperada reunión entre el prófugo líder del procés y el presidente del Gobierno, necesitado de los votos de Junts para enderezar una legislatura embarrada por los casos de corrupción que acechan al PSOE y a su entorno familiar. El Ejecutivo central salió este miércoles en tromba para defender un encuentro que enmarca en la «normalización institucional» de Cataluña, tras los convulsos años del procés, negando cualquier injerencia o instrucción externa de Pedro Sánchez, ávido por blindar el apoyo de los independentistas en el arranque de un curso político con múltiples frentes abiertos.
Para el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, la reunión entre Illa y Puigdemont es simplemente «un paso más en la normalización política, institucional y social de Cataluña», descartando que en la cita de hora y media en la capital comunitaria se hablara del proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para el 2026, que el ministerio de Hacienda de María Jesús Montero ha comenzado a perfilar. Bolaños dejó claro que Pedro Sánchez también tiene la «voluntad» de verse con el dirigente independentista. Más lejos fue el titular de Exteriores, José Manuel Albares, que calificó la cita de «buena para la convivencia» y «foto de un reencuentro». Y según la ministra de Defensa, Margarita Robles, lo acontecido en Bruselas «deja atrás una situación del pasado que lo único que hacía era generar división y confrontación entre los propios catalanes».
Mientras, la cúpula de Junts se reunía de manera extraordinaria en un hotel próximo a la residencia de Carles Puigdemont en Waterloo, aunque fuentes del partido restaron importancia a la reunión, que duró siete horas. En un breve comunicado final, los posconvergentes se limitaron a señalar que el «primer encuentro institucional» entre ambos dirigentes tuvo que celebrarse en el «exilio» por la situación de «anormalidad democrática» que vive la comunidad «desde el inicio de la represión». El mismo secretismo se dio entre los socialistas catalanes. Illa, que regresó el mismo día a Barcelona, viajó este miércoles a la localidad de la Ametlla de Mar, al sur de Tarragona. A pesar de su presencia en varios actos públicos, el primer secretario del PSC guardó silencio sobre su encuentro de hora y media con Puigdemont.
El TC entra en escena
Al margen de la política, el frente judicial avanza. Como estaba previsto, el Tribunal Constitucional abordará en su primer pleno tras el verano el debate sobre la admisión a trámite de los recursos de amparo presentados por Carles Puigdemont, Toni Comín y Lluís Puig contra la decisión del Tribunal Supremo de no aplicarles la amnistía. Será el próximo martes, 9 de septiembre, cuando el órgano de garantías analizará las medidas cautelarísimas solicitadas por la defensa. Gonzalo Boye pide que anule las órdenes de detención en vigor y que obligue al Supremo a remitir la causa al TSJ de Cataluña para que sea este quien finalmente resuelva sobre el fondo del asunto.