No, el de esta noche no será el último cambio de hora

M. V. Sanmartín

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Ricardo Rubio | EUROPA PRESS

El presidente del Gobierno planteó la semana pasada en el Consejo de Energía de la UE terminar con los dos ajustes anuales del reloj y adoptar un único horario. Bruselas analiza su propuesta. ¿Cuál es mejor: el de invierno o el de verano?

25 oct 2025 . Actualizado a las 10:45 h.

Esta noche, a las tres volverán a ser las dos. Los españoles ganaremos una hora extra de madrugada, pero mañana en Galicia se hará de noche a las seis y media de la tarde. Este ajuste estacional del reloj, que tanto irrita a los ciudadanos —el 84 % de los europeos lo erradicarían—, se repetirá al menos en otras dos ocasiones más: el próximo 29 de marzo, cuando los relojes deberán adelantarse de dos a tres, y el 25 de octubre del 2026 —de nuevo, las manecillas hacia atrás—. Puede que este, el del otoño del año que viene, sea sin embargo el último, porque el calendario recogido en el BOE —que fija las fechas de cinco en cinco años— debe ser renovado por otros cinco años más. Y es esta «ventana de oportunidad» la que quiere aprovechar el Gobierno para acabar con el baile de agujas.

Pedro Sánchez planteó la semana pasada a Europa adoptar un horario único todo el año. Argumentó que el cambio de hora estacional ha perdido todo su sentido, que apenas contribuye al ahorro de energía —razón principal por la que se implantó hace más de un siglo, en 1918— y que, además, no es inocuo, que tiene un «impacto negativo» en la salud de la gente. En Bruselas recogieron el guante con interés: el comisario de Transportes, Apostolos Tzitzikostas, avanzó el jueves que están analizando detalladamente las implicaciones «legales y prácticas» que tendría la reforma. Falta, sin embargo, mucho trabajo por hacer, admitió el griego, porque la cuestión no suscita aún una «posición unida» en el seno de los Veintisiete.

Ya en el 2018, la Comisión Europea intentó meterle mano a una práctica que cuenta con más detractores —expertos en salud, en sueño y en conciliación— que defensores —principalmente, físicos y epidemiólogos ambientales—. El presidente del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker, propuso entonces dar a cada país la libertad de decidir si consolidar en su territorio el horario de invierno o el de verano. La falta de consenso científico y de evaluaciones de impacto, y el miedo a la fragmentación de la UE llevó a los Estados miembro a aparcar la revisión, que, de retomarse, deberán negociar el Consejo —los Gobiernos— y la Eurocámara sobre la base de una propuesta de la Comisión Europea.

Qué horario es el mejor

El debate no se limita a horario fijo todo el año o cambio de hora. Si finalmente Europa opta por dejar de ajustar los relojes dos veces al año, cada país tendrá que escoger el huso con el que se queda, la auténtica discusión que estos días —desde que Sánchez abrió el melón— mantiene en vilo a los españoles, siempre divididos en dos.

El secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, fue de los primeros en manifestar su opinión: «Pienso que no es tanto la preferencia que pueda tener cada uno como la adaptación a la realidad geográfica de cada país (...). En el caso español, creo que el de verano sería el más adecuado», dijo en una entrevista a Europa Press. A diferencia de él, la ministra de Sanidad, Mónica García, abogó por mantener el de invierno. Por esta opción también se inclina la Sociedad Española del Sueño y los expertos en Cronobiología.

La decisión es especialmente compleja en un país ancho como España, con mismo huso y hasta una hora de diferencia entre el este y el oeste. Si finalmente se optase por el horario de invierno, estaría más alineado con la posición del sol, por lo que amanecería y anochecería una hora antes de lo que lo hace ahora y eso nos acercarían a las costumbres europeas, tanto en las horas de comidas como en las de sueño. Si se eligiese el de verano, las tardes se alargarían, lo que beneficiaría al ocio y el turismo, pero muchos españoles comenzarían su jornada escolar o laboral todavía de noche.