Víctimas de la dana, en el Congreso: «Mi marido y mis hijos ya no vivían cuando Mazón comía»
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Los familiares de los fallecidos reclaman que el político popular ingrese en prisión
04 nov 2025 . Actualizado a las 22:02 h.La dimisión no es suficiente, quieren verlo entre rejas. Dolores, Rosa, Carmina, Ernesto y María Teresa perdieron a sus seres queridos en la dana que el 29 de octubre del 2024 dejó 237 fallecidos —la mayoría en la provincia de Valencia— y exigieron este martes que el presidente en funciones de la Generalitat, Carlos Mazón, afronte responsabilidades penales porque «no se trata de muertes, sino de asesinatos». Estos cinco familiares de víctimas de las riadas fueron los primeros en comparecer en la comisión de investigación sobre la gestión de la catástrofe que este martes inició sus trabajos en el Congreso.
«No estoy bien; tengo pesadillas. Viví un infierno que jamás se me va a olvidar, nada más que cuando me muera», confesó, entre lágrimas, Dolores Ruiz, que sobrevivió agarrada a una reja mientras el agua se llevaba a su marido, Eleuterio, y sus hijos Jesús Andrés y Javier. «A las seis, ya no vivían cuando Mazón comía. Es injusto, no hay perdón de Dios», exclamó esta mujer, que señaló que llamaron al 112. «Decían que habían enviado ayuda, pero era mentira. No se nos mandó a nadie, a nadie, a nadie».
También rompió a llorar Rosa Álvarez, que perdió a su padre aquella tarde y preside la Asociación de Víctimas Mortales de la Dana 29-O. «A nuestros familiares no los mató el clima, los mató la mala gestión, la falta de respeto por la ciencia, la falta de previsión», dijo, tras apuntar que el próximo paso importante es que Mazón vaya a la cárcel.
Desgarradora fue la intervención de Carmina Gil, vicepresidenta del mismo colectivo. Su suegra, usuaria del servicio del teleasistencia, murió sin que nadie la avisara de la emergencia. «No pedimos compasión, pedimos verdad; no queremos minutos de silencio, queremos responsabilidad», sostuvo, rota, tras repudiar al político popular por «incompetente, mentiroso y mala persona».
Dos familiares de Ernesto Martínez fallecieron en la tragedia; su hermana Elvira y su sobrina Elisabet Gil, que sigue desaparecida un año después. «El asesino o asesinos por dejación tienen que terminar en prisión», reiteró.
María Teresa Pagán perdió a su hermana, su cuñado y su sobrino, de solo cuatro años. «Nadie nos alertó de lo que estaba por venir. Salieron de casa para recoger al pequeño. Ya nunca más volvieron. Cada día es una batalla silenciosa. Sentimos que caminamos por el mundo como dentro de un ruido constante que nadie escucha».
Entre el miércoles y el jueves, declararán otros ocho familiares en una comisión que prevé 127 comparecencias.