Autorizan la excarcelación a la espera de que en marzo tenga lugar el juicio por la financiación libia de su campaña del 2007
10 nov 2025 . Actualizado a las 21:51 h.Nicolas Sarkozy pudo dormir esta noche en su casa después de haber pasado veinte en prisión. El Tribunal de Apelación de París aceptó la petición de puesta en libertad del expresidente de Francia encarcelado en la cárcel de La Santé desde el pasado 21 de octubre. Había empezado a cumplir una pena de cinco años de prisión por «asociación de malhechores» en el caso de la presunta financiación de su campaña presidencial del 2007, que según los jueces tenía como «objetivo preparar una corrupción al más alto nivel posible cuando fuera elegido presidente de la República».
La vista tuvo lugar la mañana de este lunes en el Palacio de Justicia de la Isla de la Cité. Carla Bruni y dos de los cuatro hijos de Sarkozy estaban presentes en la sala mientras que el interesado pudo intervenir por videoconferencia. «Jamás imaginé que tendría que esperar a tener 70 años para experimentar la cárcel», comentó Sarkozy durante su intervención desde la prisión. «Me ha sido impuesta esta terrible experiencia y he sobrevivido. Es duro, muy duro. Aunque sin duda lo es para todos los presos», comentó el antiguo jefe de Estado.
El tribunal le concedió la libertad pero sujeta a una serie de condiciones. Le prohíben especialmente contactar con el ministro de Justicia, Gérard Darmanin, con quien mantiene una estrecha relación. De hecho, Darmanin fue a visitarle a la cárcel, generando numerosas críticas tanto en el ámbito político como el judicial. Pero ahora Sarkozy tiene prohibido expresamente no solo entrar en contacto con él sino «con los miembros de su gabinete y con cualquier funcionario de ese ministerio».
Los magistrados han considerado que la detención provisional no estaba justificada porque «no hay riesgo de destrucción de pruebas», pero han justificado ponerle bajo control judicial porque no ha desaparecido el riesgo de que ejerza presiones sobre otros acusados o testigos claves residentes en el extranjero, especialmente antiguos dignatarios libios. Además, no podrá abandonar Francia a la espera de la celebración del juicio en marzo.
En su cuenta X, el político conservador agradeció el gesto de todos aquellos «que me han escrito, apoyado, defendido». Y aseguró que esos «miles de testimonios me han conmovido profundamente y me han dado la fuerza para sobrellevar esta dura prueba». También insistió en que va a dedicar toda su energía a demostrar su inocencia convencido de que «la verdad prevalecerá».
La noticia de su liberación fue acogida con alivio por la derecha. Para el presidente del grupo parlamentario de Los Republicanos, Laurent Wauquiez, se trata de «una decisión justa y digna a la altura del hombre que ha dado tanto por nuestro país». Hubo pocos comentarios entre los dirigentes de la izquierda. Entre ellos, el de François Ruffin, que ironizó con que «Sarkozy debería aprovechar este respiro para aprender a cocinar, aunque sea con el Rolex en la muñeca, porque tendrá que volver a la prisión».