El círculo de Starmer lanza un ataque preventivo para desalentar una conspiración
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El ministro de Sanidad, señalado por supuestamente tratar de quitarle el puesto, rechaza estas acusaciones
13 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El ruido de sables, en forma de rumores sobre maniobras para desplazar del poder al cada vez más impopular primer ministro, Keir Starmer, resuena con fuerza en las filas laboristas. Y para acallarlos, Downing Street ha lanzado un ataque preventivo. Su objetivo: el ministro de Salud, Wes Streeting, de quien algunos en el círculo íntimo del mandatario sospechan que está conspirando para hacerse con las riendas del Gobierno de no salir adelante el próximo presupuesto o de materializarse una debacle en las elecciones locales de mayo.
«Un desafío al liderazgo [de Starmer], a solo 18 meses de llegar Gobierno, desestabilizaría a los mercados y a nuestros aliados». Este es uno de los mensajes que los asesores del premier tienen previsto transmitir a los diputados laboristas para detener cualquier revuelta, reveló el diario The Guardian. Según el periódico, los colaboradores más estrechos de Starmer han identificado a Streeting como un posible rival, pues saben de sus aspiraciones y de que contaría con el respaldo de unos 50 legisladores para una eventuales primarias.
El ministro, por su parte, ha negado las acusaciones y no solo ha pedido el fin de esta «contraproducente» operación, sino que también ha reclamado la cabeza de los responsables. «Creo que alguien ha estado viendo muchos programas de televisión», declaró este miércoles en una de las varias entrevistas que concedió y donde reiteró su respaldo a Starmer.
Críticas de los «tories»
La crisis en el Gabinete llegó al Parlamento británico y fue aprovechada por la líder conservadora, Kemy Badenoch, para golpear al premier. «Ha perdido el control de su Gobierno... y la confianza del pueblo británico», le dijo. Keir Starmer, entretanto, reiteró su confianza tanto en su ministro de Salud como en su jefe de Gabinete, Morgan McSweeney, a quien muchos atribuyen las filtraciones en contra de Streeting.
El ministro de Salud se ha convertido en una creciente piedra en el zapato para Starmer, pues públicamente ha calificado como errores los recortes a las ayudas sociales y la postura del Reino Unido en la guerra de Gaza.