Teresa Peramato, la cuarta mujer que rompe el techo de cristal de una Fiscalía hoy hecha añicos
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Feminista y de carácter progresista, es experta en violencia de género
26 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Sólida, rigurosa, impecable, comprometida, respetada, preparada. La mejor jurista para el peor momento. Una fiscala sobresaliente fue propuesta este martes para liderar el ministerio público en su mayor crisis institucional en la historia democrática, y ser la cuarta mujer en ocupar este cargo, que hasta hace diez años solo había tenido varones al frente. Teresa Peramato Martín (Salamanca, 1962) —que debe recomponer una Fiscalía hecha añicos tras la condena por revelación de secretos de su hasta ahora máximo responsable, Álvaro García Ortiz— romperá el techo de cristal de una carrera donde ellas son una mayoría abrumadora del 66 %, pero las que llegan a fiscalas de Sala apenas alcanzan el 38 %; y lo hará tras 35 años vistiendo toga y casi dos décadas pisando el duro y frío suelo de los juzgados de violencia de género, de los que es impulsora, voz autorizada y una de las mayores expertas.
«Sin protección para las madres no hay protección para los hijos, y al revés». Esta es una de las máximas que guían su larga trayectoria, centrada en defender los derechos y libertades de las mujeres y los menores, y en reparar las grietas del sistema judicial que ampara a las víctimas. Inconformista y vocacional —como la definen sus colegas—, peleó por la suspensión de las visitas a padres maltratadores, como establece la Ley de Protección a la Infancia y la Adolescencia; y propuso que las víctimas de violencia sexual tengan garantizado el acceso a la prueba constituida, que consiste en que su primera declaración sea grabada e incorporada al juicio para evitar que deban narrar varias veces la violación.
Feminista y de carácter progresista, aunque sin adscripción política definida, es fiscala de Sala Jefa de la Sección Penal de la Fiscalía del Tribunal Supremo desde el pasado enero, a propuesta del defenestrado García Ortiz, un cargo que le costó aceptar porque supuso dejar atrás cuatro años como fiscala de Sala contra la Violencia de la Mujer, donde demostró una «dedicación ejemplar», según sus compañeros. Sugerencia suya fue también que los comités de crisis, que se activan cuando se registran cinco o más feminicidios en un solo mes, no estudien solo los asesinatos, sino también las tentativas.
Hija de una familia supernumerosa, se licenció en Derecho por la Universidad de Salamanca, ejerció como abogada durante dos años y accedió a la carrera en 1990. Después de pasar por fiscalías de Tenerife, Valladolid y Barcelona, cuando en el 2005 se crearon los primeros juzgados contra la violencia de género —tras la aprobación de la pionera ley impulsada por el Ejecutivo socialista de José Luis Rodríguez Zapatero—, Peramato fue nombrada fiscala delegada para la Sección de Violencia sobre la Mujer, en la Fiscalía Provincial de Madrid. Allí, promovió la especialización judicial en la materia y la tutela integral de las víctimas.
La salmantina, que presidió la Unión Progresista de Fiscales (UPF) del 2019 al 2021, una asociación de la que también provenían sus dos últimos antecesores, insiste en defender un ministerio público realmente independiente de los gobiernos de cada signo.
Autora de ensayos sobre homofobia y transfobia, ha recibido numerosos premios como la Orden al mérito policial. El último, este martes, se lo entregó la Guardia Civil y lo recogió su hijo en su nombre: «Para mí es un orgullo y un honor decir que es mi madre, y para ella, un orgullo y honor haberse dedicado de una manera tan implícita a la lucha contra esta lacra».