Elena Kostyuchenko, periodista: «La economía rusa puede sostener la guerra en Ucrania una década más»

Ricard G. Samaranch BARCELONA / E. LA VOZ

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La periodista Elena Kostyuchenko.
La periodista Elena Kostyuchenko. Vlad Dokshin

La reportera, que rescata sus mejores reportajes en el volumen I love Russia ('Amo a Rusia'), editado por Capitán Swing, señala los errores de Occidente y asegura que «las sanciones ayudaron a Putin más que lo dañaron»

01 dic 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Para el Kremlin, el exilio no debió de ser castigo suficiente para la periodista independiente Elena Kostyuchenko, pues intentó asesinarla por envenenamiento en el 2022. La editorial Capitán Swing acaba de publicar ahora una traducción de su libro I love Russia (Amo a Rusia), compilación de sus mejores reportajes para el diario Novaya Gazeta, hoy clausurado. A través de sus páginas, descubrimos una parte de la sociedad rusa normalmente ausente de las crónicas.

—¿Cuáles son las características que hacen de Rusia un lugar único?

—La verdad es que creo que los pueblos, las culturas, se parecen más entre ellos de lo que parece. Por ejemplo, ahora resido en EE.UU. y cuando veo su deriva autoritaria, me recuerda a Rusia en el 2012 o el 2013. En Rusia, tenemos un sistema fascista, y hemos llegado a eso de la misma forma que otros países: con un Gobierno que ha explotado sentimientos como el resentimiento o la humillación. No hay nada único en eso. Pero sí quiero destacar que existe una relación de hermandad entre la gente, entre los vecinos, para sobrevivir a una vida a veces muy dura.

—¿Cree que en Occidente se tiene una visión certera de Rusia?

—Siempre se simplifica aquello que es lejano. Y en este caso, muchas veces se reduce el país a Putin y su círculo. A menudo se ignora que los deseos, ilusiones, miedos del ciudadano medio también configuran la realidad del país. En Rusia, tenemos un aparato de propaganda muy potente y los medios occidentales a menudo adoptan su narrativa y la reproducen.

—¿Qué porcentaje de rusos son críticos con el Kremlin?

—No es fácil hacer una estimación, pero algunos estudios sociológicos independientes ofrecen algunas cifras interesantes. Hasta un 85 % de los rusos quieren el fin de la guerra y un 60 % no apoyarían a un familiar que se quisiera alistar en el Ejército. Además, un 40 % declaran que no se atreven a expresar libremente sus opiniones por miedo a la represión, y un porcentaje parecido dicen que la guerra de Ucrania nunca debería haber empezado. Si estas cifras no se visibilizan es porque muchos rusos sienten que protestar o movilizarse no sirve para nada. Ni tan siquiera se les pasa por la cabeza hacerlo. Existe una sensación de impotencia inducida por Putin. No está escrita en nuestros genes.

—¿Aún existe el periodismo independiente en Rusia?

—Sí, pero quienes lo practican arriesgan su vida. La mayoría trabajan de forma anónima. Cada vez que salen de casa, no saben si podrán volver o les habrán arrestado, dado una paliza o asesinado.

—El Kremlin ha ofrecido diversas narrativas sobre el porqué de la guerra. ¿Da alguna credibilidad a la que señala una posible expansión de la OTAN en Ucrania?

—Creo que nunca hay una buena razón para bombardear ciudades, incluida la expansión de la OTAN. Ucrania es un país independiente y tiene el derecho de hacer lo que quiera. Había otras formas de influir en Ucrania, como cortar el suministro de petróleo y gas. Putin no se vio obligado a empezar esta guerra. Si tuviera que elegir la principal razón que le llevó a hacerlo, diría que es su voluntad de entrar en los libros de historia, aspirar a la inmortalidad. Otro factor es su ideología, el fascismo, que siempre ha estado asociado a la idea de expandirse. La guerra es una consecuencia inevitable del fascismo.

—¿Cree que la política de Occidente hacia Rusia ha sido la adecuada?

—Muchas cosas se han hecho mal. Occidente ignoró durante mucho tiempo la violación sistemática de los derechos humanos en Rusia. Los políticos europeos creyeron que Putin no valoraba las vidas de los ciudadanos rusos, pero sí lo haría con las de otros europeos. Los mismos crímenes, las mismas fosas comunes que ya hubo en Chechenia, se están reproduciendo en Ucrania. Putin lo ha repetido porque se sintió completamente impune. Por lo que respecta a las sanciones, creo que las que se impusieron a Rusia ayudaron a Putin más que lo dañaron. Todas estas sanciones no han parado la guerra ni han lastrado la economía rusa, que tiene la capacidad de sostener la guerra una década más.