Sánchez busca alejarse de la corrupción intentando reconciliarse con Puigdemont

Xavier Gual BARCELONA / E. LA VOZ

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su entrevista este martes en RAC1.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su entrevista este martes en RAC1. EFE | EFE

Admite los incumplimientos denunciados por Junts y ofrece varias medidas económicas

03 dic 2025 . Actualizado a las 09:34 h.

En un nuevo capítulo de las borrascosas relaciones entre el PSOE y Junts, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, lanzó este martes un mea culpa para tratar de reconciliarse con los independentistas catalanes y rehacer la mayoría parlamentaria de la que alardeaba hasta hace bien poco. En sendas entrevistas a medios catalanes, la emisora RAC1 y el canal regional de RTVE, el jefe del Ejecutivo asumió su parte de culpa en los «incumplimientos» esgrimidos por el partido de Carles Puigdemont para romper el pacto de investidura con los socialistas. «Asumo los incumplimientos y los retrasos que ha denunciado Junts; el diálogo está roto completamente», aseveró el secretario general del PSOE con gesto solemne, para acto seguido enunciar una batería de medidas con el fin de convencer a sus exsocios.

La primera tuvo lugar en el Consejo de Ministros de este martes, mediante «un real decreto ley con algunos de los acuerdos que habíamos asumido», explicó. En primer lugar, se amplía el plazo para la digitalización de los procesos de facturación de las empresas, una petición de las patronales catalanas que los posconvergentes han hecho suyas. Además, se facilita y flexibiliza las «inversiones financieramente sostenibles» de entes locales y ayuntamientos, otra de las propuestas de Junts. También vio la luz un decreto que devuelve a la Generalitat la gestión de la oferta pública de empleo, competencia que ya estuvo en manos de Cataluña en tiempos de Zapatero, que luego recuperó para el Estado Mariano Rajoy.

Y no serán las únicas. Sánchez avanzó que el próximo Consejo de Ministros firmará otro decreto para «crear una partida que ayude a los propietarios ante los impagos en caso de arrendamiento a jóvenes o familias vulnerables», otra reivindicación histórica de Junts. En otros casos, consideró cumplidos los compromisos suscritos, como la desclasificación de los documentos secretos de la llamada operación Cataluña. Sobre las balanzas fiscales, cuya publicación le exige la formación de Puigdemont, advirtió que «se está trabajando» para llegar a una cifra «real» que calibre la relación fiscal entre Cataluña (y las demás comunidades) y el Estado. Y se mostró optimista respecto a la proposición de ley de Junts sobre la multirreincidencia, cuya ponencia se retoma mañana en el Congreso.

En pleno acto de contrición, Sánchez lanzó otro gesto de distensión hacia el expresidente catalán prófugo de la justicia española, que sigue esperando en Bélgica que los tribunales le apliquen la amnistía. «La normalización completa no se producirá hasta que Puigdemont pueda volver a Cataluña. Yo me veré con él», afirmó ante los micrófonos de la radio de Godó, editor de La Vanguardia. También se refirió a los casos de corrupción que le asedian, en particular al que ha llevado a la prisión provisional a su mano derecha en el PSOE y exministro de Transportes, José Luis Ábalos: «Desde el punto de vista personal, Ábalos es un gran desconocido para mí; no voy a denunciarlo para no entrar en una espiral de querellas». El secretario general de los socialistas echó balones fuera cuando se le inquirió sobre su responsabilidad en los hechos que se investigan: «¿Dejar el cargo si me imputan? ¿Por qué me van a imputar? De ningún procedimiento abierto se infiere eso».

Puigdemont da un plazo de 24 horas para contestar

El anuncio del presidente del Gobierno no fue bien recibido en el cuartel general de Junts en Barcelona. Aunque la respuesta oficial llegará este miércoles a primera hora de la mañana en boca de la portavoz en el Congreso, Míriam Nogueras, el intento de Sánchez por recuperar la confianza de sus exsocios de investidura es visto con indisimulada desconfianza por la cúpula posconvergente. La postura del partido no ha variado un ápice desde la «ruptura total» anunciada en noviembre ante los «incumplimientos» por parte del PSOE de los acuerdos de investidura suscritos hace dos años, en cuestiones como la delegación de las competencias de inmigración a Cataluña, la oficialidad del catalán en la Unión Europea o las iniciativas legislativas en multirreincidencia o en ocupaciones de viviendas. De manera que no se esperan sorpresas en la meditada comparecencia de prensa de la mano derecha de Puigdemont en Madrid. La primera pista la dio de refilón el portavoz en el Senado, Eduard Pujol, que aprovechó la presencia en la Cámara Alta del ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños: «En Junts somos de mantener la posición porque las carreras de fondo son mucho más apasionantes que los esprints de última hora», le soltó.

Más allá de la falta de concreción de los acuerdos entre socialistas e independentistas, como en todo matrimonio de conveniencia, en las relaciones entre ambas formaciones políticas existe desde siempre un fuerte componente de teatralización. Cuando los fundamentos ideológicos resultan tan dispares, a medida que se acerca el nuevo ciclo electoral las tensiones afloran de forma prácticamente inevitable.

Críticas de Rufián

El republicano Gabriel Rufián, se encargó de poner el dedo en la llaga en una publicación en X: «Junts no rompe con el PSOE por incumplimientos, Junts rompe con el PSOE por intereses empresariales e ideológicos; y eso no lo va a cambiar ni leyes ni buenas palabras, he aquí el error de Sánchez», señaló el portavoz de Esquerra en el Congreso.

Varios ministros del Gobierno esperan que la formación posconvergente entre de nuevo en la nómina de socios del Ejecutivo. En los pasillos de la Cámara Alta, el titular de Transportes, deseo que «ojalá» se produzca un nuevo acercamiento con los independentistas catalanes. Del mismo modo, la ministra de Ciencias, Innovación y Universidades y líder de los socialistas valencianos, Diana Morant, destacó la voluntad del Gobierno de «reconstruir ese puente que ahora mismo está roto» con el objetivo de restablecer la mayoría parlamentaria que, a juicio de la política gandiense, ha hecho avanzar España».