La estrategia en política exterior de EE.UU. asume las tesis de los partidos «patrióticos» al apuntar como causas del declive europeo a su política migratoria y a la pérdida de las identidades nacionales
05 dic 2025 . Actualizado a las 21:22 h.La Administración de Donald Trump asegura que Europa se enfrenta a «la cruda perspectiva de la desaparición de su civilización» en las próximas dos décadas, debido a su política migratoria y a la pérdida de las identidades nacionales. El oscuro futuro de profetiza para Europa se incluye en Estrategia de seguridad nacional de Estados Unidos, publicado la madrugada de este viernes. Un documento de 33 páginas que traza las líneas maestras de la política exterior del Gobierno, cuyos objetivos prioritarios son mantener la «supremacía» estadounidense —como «la nación más grande y exitosa en la historia de la humanidad y el hogar de la libertad en la tierra»—, la superioridad militar —para impedir un conflicto con China a cuenta de Taiwán—, y el restablecimiento de la doctrina Monroe de 1823 —que da luz verde al intervencionismo en Latinoamérica—.
El apartado dedicado a Europa incluye un reguero de críticas, bajo el aviso de que, de seguir las «tendencias actuales», el «continente será irreconocible en veinte años o menos». Para «ayudar a corregir su trayectoria actual», EE.UU. fomentará a los partidos «patrióticos» que luchan contra la migración y promueven el nacionalismo. Sin nombrarlos, expresa un apoyo explícito a partidos populistas de derechas como el Reform UK, de Nigel Farage, o Alternativa para Alemania (AfD).
La ideología trumpista domina la estrategia en política exterior de la Casa Blanca y apuntala la idea defendida por el vicepresidente J.D. Vance en su intervención ante la Conferencia de Seguridad de Múnich del pasado febrero: la amenaza de un declive de la civilización occidental en el Viejo Continente.
El documento recoge la teoría de la extrema derecha europea del «gran reemplazo» (la primacía de migrantes musulmanes sobre la población cristiana originaria). Así, desliza la idea de que «en unas pocas décadas» algunos miembros de la OTAN «pasaran a tener una mayoría no europea», lo que abrirá el debate en EE.UU. sobre si seguirán siendo «aliados fiables».
Los cordones sanitarios a los partidos ultraderechistas es otra deriva que no gusta a Trump: «Muchos gobiernos en minoría pisotean los principios básicos de la democracia para reprimir a la oposición».
El documento enumera otras acciones causantes de la decadencia del Viejo Continente son: «las actividades de la Unión Europea y otros organismos que socavan la libertad política y la soberanía», «la censura de la libertad de expresión» y la caída de la natalidad, así como «la pérdida de identidades nacionales y de confianza en sí mismos» «Queremos que Europa siga siendo europea, que recupere su confianza en sí misma como civilización y que abandone su fallido enfoque en la asfixia regulatoria», añade.
Inversión económica
En cuanto a la economía europea, que considera está en declive, la hoja de ruta de Washington propone utilizar aranceles y acuerdos de comercio recíproco para fortalecer la economía estadounidense y la de sus aliados continentales. En definitiva, a lo aspira es que la UE se convierta en un mercado más atractivo para la inversión americana.
Rusia y Ucrania ocupa otro apartado. En este se considera que «algunos responsables europeos» están exhibiendo «expectativas poco realistas» sobre la guerra en Ucrania y destaca como prioritario el restablecimiento de las relaciones con Rusia. Para Washington, el conflicto ha tenido un «efecto perverso» en Europa, cuya «dependencia externa no ha dejado de aumentar», y pone como ejemplo a Alemania, cuyas «compañías químicas están construyendo en China sus plantas de procesado, mientras usan gas ruso que no pueden obtener a nivel doméstico».
En reacción al documento, el ministro de Exteriores alemán, Johann Wadephul, afirmó que su país no necesita que nadie le dé consejos, aunque recalcó que EE.UU. es el aliado más importante en el marco de la OTAN.