Una tubería rota en el Louvre daña unas 400 piezas y documentos en la biblioteca de antigüedades egipcias

Tamara Montero
Tamara Montero PARÍS / EFE

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Vista del Museo del Louvre.
Vista del Museo del Louvre. Edgar Sapiña | EFE

La inundación la produjo una válvula que se sabía que estaba defectuosa y ha dejado dañados revistas de egiptología y documentación científica usada por los investigadores

07 dic 2025 . Actualizado a las 19:10 h.

Apenas un mes después del robo de varias piezas de la colección de joyas reales, el Museo del Louvre se enfrenta a un nuevo escándalo: la rotura de una tubería ha inundado la biblioteca de antigüedades egipcias y ha dañado entre 300 y 400 piezas, fundamentalmente revistas de egiptología y documentación científica con la que trabajaban los investigadores, además de dejar inutilizables los espacios de trabajo.

La inundación se produjo el pasado 27 de noviembre pero no se ha hecho pública hasta este domingo. Ha sido una revista especializada, La Tribune de l'Art, la que ha revelado la inundación. El agua empapó la moqueta y dañó los espacios de trabajo, pero los operarios pudieron cortar el flujo de agua antes de que llegase a un cuadro eléctrico en el piso inferior, lo que podría haber provocado un incendio.

Francis Steinbock, administrador general adjunto del Louvre, ha confirmado la información de La Tribune de L'Art, especificando que son piezas que datan de finales del XIX e inicios del siglo XX. «Ninguna obra patrimonial se ha visto afectada por estos daños», subrayan desde el museo. Según Le Monde, desde el Louvre insisten en que no hay pérdidas irremediables en las colecciones, ya que se trata de documentación útil y muy consultada, pero no es única en el mundo. Las revistas dañadas se secarán, se enviarán al encuadernador para ser restauradas y volverán a las estanterías,  precisando que «en este momento, no tenemos pérdidas irremediables y definitivas en estas colecciones». Se trata de «documentos extremadamente útiles y muy consultados», pero «en absoluto únicos en el mundo», añadió, «se secarán, se enviarán al encuadernador para que los restaure y luego se volverán a colocar en las estanterías».

El canal BFMTV pudo consultar varias fotografías del siniestro y un correo electrónico interno del Comité de Higiene, de Seguridad y de Condiciones de Trabajo (CHSCT) en el que se daba cuenta de lo ocurrido. En ese mensaje enviado un día después, el autor explicaba que «una válvula que alimentaba las tuberías encima de la documentación, que se sabía que estaba defectuosa, provocó una importante inundación de agua sucia que dañó gravemente obras y documentos y deterioró considerablemente los espacios de trabajo de nuestros compañeros».

El Louvre ha explicado que hacia las 20.45 se abrió por error una válvula del sistema de calefacción y ventilación de la biblioteca y que eso provocó la fuga en una tubería del techo de una de las salas. Según Steinbock, la red está «totalmente obsoleta» y llevaba varios meses cortada. El plan es sustituirla a partir del próximo septiembre dentro de un plan de obras que se prolongará durante meses.

Mientras tanto, «vamos a reforzar las medidas de seguridad para evitar cualquier error humano», ha dicho el portavoz del Museo del Louvre, calificando el incidente de «extremadamente lamentable». Ya hay en marcha una investigación para determinar las causas exactas de la fuga de agua. 

 El responsable de La Tribune de l'Art, Didier Rykner, denunció que este incidente no es una sorpresa porque «desde hace años» el personal del departamento lleva pidiendo fondos para proteger los libros de una potencial ruptura de las canalizaciones «cuyo estado vetusto es bien conocido». Rykner se quejó de que el estado supuestamente deplorable de esas instalaciones contrasta con los 276.000 euros gastados para comprar esencialmente mobiliario de diseño para las oficinas de la presidenta directora del Louvre, Laurence des Cars, de su administrador general y de algunos otros empleados que tienen su despacho en ese área.

También el sindicato del personal del ministerio de Cultura francés ha lamentado el incidente y ha denunciado la fragilidad de las infraestructuras, la falta de visibilidad estratégica sobre las obras, y las condiciones de trabajo deterioradas: «La protección de las colecciones y la seguridad de los agentes y visitantes siguen sin estar suficientemente garantizadas», ha denunciado. El lunes habrá una asamblea intersindical para decidir medidas a tomar. 

El incidente de la inundación ocurre menos de dos meses después del robo de varias piezas por parte de un grupo de ladrones, que accedieron a través de una ventana a la galería Apolo del museo, lo que abrió un intenso debate sobre los sistemas de vigilancia y de conservación del museo más visitado del mundo. Los presuntos implicados ya han sido detenidos pero las piezas no se han recuperado