Mual da ejemplo de gestión sostenible

Raúl Álvarez REDACCIÓN

ASTURIAS

La pequeña localidad de Mual, perteneciente al concejo de Cangas del Narcea, en el suroccidente asturiano
La pequeña localidad de Mual, perteneciente al concejo de Cangas del Narcea, en el suroccidente asturiano J.L.Cereijido

El pueblo conserva bosques intactos juntos a Muniellos y sus tres asociaciones de vecinos proponen tareas intergeneracionales para el centenar de residentes habituales

19 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Mual se ha ganado dos días extra de fiesta este año. El lunes 3 de septiembre hubo que suspender a la carrera el desmontaje de la carpa en la que, durante el fin de semana anterior, se habían celebrado San Juliano y San Julianín. El alcalde de Barrio acababa de recibir una llamada de Oviedo que proporcionaba no solo una excusa, sino un motivo, por no decir una obligación, para alargar los festejos una tarde más. La candidatura a Pueblo Ejemplar había convencido al jurado y la Fundación Princesa de Asturias ya había hecho el anuncio: Mual gana.

Lo que lleva al segundo festivo sobrevenido. El sábado 20 de octubre, los Reyes de España visitarán a los vecinos para entregarles el galardón y felicitarles por sus esfuerzos de años para preservar el valioso entorno natural en el que viven y por la vida comunitaria que han construido a la entrada de la reserva natural de Muniellos. Las tres asociaciones, la cultural, la deportiva y la de mujeres, vertebran la vida de una aldea con algo más de cien personas censadas, 90 residentes habituales y una plétora de expatriados que vuelven en las fiestas y los días de guardar porque el sentimiento de pertenencia no se les apaga con la distancia.

En la toponimia oficial se lee Mual, en asturiano. Los vecinos suelen decir Moal y, aunque nadie inicia discusiones por eso, se ha observado un raro baile entre la o y la u en la manera de denominar a este rincón del que habla con orgullo todo el concejo de Cangas del Narcea. Está en la parroquia de Veiga de Rengos, a menos de 20 kilómetros de la capital, y propone al viajero una elección: seguir adelante por la carretera que serpentea Connio arriba para cruzar a Ibias o desviarse para acceder al bosque de Muniellos, el mayor robledal de Europa, protegido desde el 2002 con la figura de Reserva de la Biosfera, parte del parque natural de Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias y fuente inagotable de leyendas e imágenes de postal. No es que tenga muchos visitantes, porque el cupo está limitado a 20 personas al día y solo con un permiso previo puede accederse a él. La conservación pesa aquí más que la masificación.

En el bosque

Tal vez sea un chasco para quien recorra la comarca sin haber hechos planes con anticipación, pero quien no pueda acceder a Muniellos encontrará muy cerca otros paisajes con lo que consolarse. La naturaleza no ha sido tacaña al conceder rincones asombrosos a esta parte del mundo. La cuidadosa gestión de varias generaciones de vecinos ha hecho del bosque de Mual un ejemplo de conservación y aprovechamiento. En los días de verano se puede atravesar su umbría a la busca de un remanso del río Muniellos donde olvidar en agua fría el calor de sartén del Suroccidente. En noviembre, una carrera cada vez más popular cruza el bosque, sube al mirador de Montecín y asombra a los visitantes con un recorrido en el que cada nueva vista es más espectacular que la anterior.

Si algo se echa en falta en Mual es un bar. Como en tantos pueblos asturianos amenazados por el envejecimiento y la despoblación, los negocios huyen. Funciona, en cambio, un centro social instalado en las antigua escuela que es como la sala de estar común de los vecinos. Allí se encuentran y se reúnen en grupos intergeneracionales en los que se planifica todo: las actividades de las mujeres, las fiestas y la conservación del patrimonio etnográfico. La zona es famosa por sus cortinos y sus corripias, los cerramientos, casi amurallamientos, erigidos para proteger las colmenas y las castañas de la gula de los osos pardos que desde siempre conviven con el hombre en estos paisajes. La referencia más antigua a Mual en un documento escrito data de 1187 y, si por sus vecinos es, ahí seguirá el caserío disperso por el valle dentro de otros 830 años.