Todos son ventajas si planificas tu semana en la cocina. Ahorrarás y comerás sano sin complicarte demasiado

Abres la nevera y un tufo extraño te suelta una bofetada. Seguro que esta sensación no te es extraña. A menudo, tienes que tirar alimentos porque se han puesto malos: unas verduras pasadas o restos de alimentos ya preparados que no has llegado a comer por falta de tiempo o, incluso, porque te has olvidado de ellos. Hay dos trucos complementarios para reducir al mínimo los desperdicios. El primero es la planificación. Toma un papel y un lápiz antes de hacer la compra. Anota posibles menús y los productos que necesitas. Es la mejor manera de no cometer excesos. La segunda estrategia consiste en aprender los secretos de la cocina de aprovechamiento, cómo reutilizar platos ya preparados, desde verduras a carnes. La cocina de aprovechamiento no tiene por qué ser anodina. Chefs de prestigio, como el asturiano José Andrés, se han convertido en algunos de sus máximos defensores. 

Unos restos de lentejas, un poco de pasta que no es suficiente para una ración o un puñadito de arroz cocido que anda rodando por la nevera no tienen por qué ir directamente a la basura. Ahorrarás dinero, tiempo y, además, colaborarás en la reducción del impacto medioambiental que genera la mala gestión en el hogar. La cocina es el espacio en el que más desperdicios generamos y está en nuestras manos cambiar estos datos. La idea es que ningún resto de comida termine en la basura de manera innecesaria, retomando una forma de llevar la despensa de la que ya sabían mucho nuestras abuelas. 

Planifica la compra

Lápiz y papel para hacer una plantilla. Puedes elaborar tus propios cuadrantes o descargarte ejemplos de internet. Para comenzar es necesario detenerse a planificar. Empieza completando los menús de toda la semana por orden o primero las comidas y después las cenas. Puedes pensar en la compra semanal, si eres de los que solo tiene tiempo para ir al supermercado un día a la semana; o en compras más pequeñas, si tienes ese margen. Lo importante es adaptarlo a tu ritmo de vida y a las necesidades de tu familia. Recuerda todos los alimentos básicos que no pueden faltar en tu despensa: legumbres, pasta integral, verduras, frutas de temporada y frutos secos. Con estos ingredientes conseguirás un menú de lo más completo.

¿Quieres algún truco básico para principiantes en esto de la cocina de aprovechamiento? Te vamos a guiar por algunos pasos muy sencillos. Cuando preparas recetas con verduras y hortalizas, es frecuente que no utilices piezas enteras y que te sobre medio pimiento rojo, medio pimiento verde, zanahorias, cebollas,... Te damos dos opciones. Puedes picarlas en trozos pequeños y congelarlos o puedes reservarlas para hacer un salteado que te sirva de guarnición para un pescado o para una tortilla. Te pueden resolver una cena. Cuando elabores los menús tenlo siempre en mente.

Recetas socorridas

Las croquetas son uno de los recursos más socorridos de la cocina de aprovechamiento. Son muy versátiles y del gusto de los niños. La bechamel puede ir acompañada de pollo, jamón, de verduras, de los restos de una lata de atún, del lomo de merluza que te ha sobrado de la comida... La imaginación es el límite. Algo similar ocurre también con las tortillas. Los purés con los restos de los platos de cuchara son otra solución clásica. Preséntalos con una textura de crema si crees que así puedes tener más éxito. 

No dudes en congelar el sobrante de salsa de tomate casero o comprado. Es muy útil para acompañarlo con pastas y arroces. Si te sobra fruta o si ves que se está pasando de su punto de maduración, puedes aprovecharlas para una macedonia o una mermelada casera. Tan solo tienes que pelarla, picarla, añadirle un 80% de su peso en azúcar -o buscar algún sustitutivo como te proponemos- y dejar que se haga a fuego lento hasta que alcance la textura que más te guste. Los restos de pollo asado son un elemento básico para una ensalada César. Los recortes de un pescado se pueden convertir en el ingrediente de un suculento ceviche. Si el embutido que tienes en la nevera comienza a secarse o a salarse en exceso, es decir, si su momento está pasando, utilízalo para elaborar una piza casera con ese tomate que ya habías conservado en tu congelador. 

La congelación de alimentos es importante para no tirar comida pero es necesario que tengas en cuenta algunos consejos. Congela pronto, no esperes a que la comida se pase en la nevera y pierda todas sus propiedades. Asegúrate de que está bien envuelto, en papel film, una bolsa zip o en un tupper. Etiquétalo. Así sabrás lo que tienes, cuándo lo preparaste y podrás rotarlo dentro para no dejar siempre lo más antiguo en el fondo.

Un menú de ejemplo

¿Necesitas un menú que te sirva de inspiración? Ahí va nuestra propuesta:

Lunes 

Comida: ensalada de lentejas y 2 mandarinas.

Cena: tortilla francesa con salteado de verduras + 1 yogur con ½ granada. 

Martes 

Comida: Pasta integral carbonara + manzana asada con queso batido y nueces.

Cena: Navajas a la plancha con salteado de verduras + caqui y ½ granada

Miércoles 

Comida: Pollo guisado con arroz integral + pera asada con frutos secos

Cena: Hamburguesa de lentejas + vasitos de yogur con  ½ granada

Jueves

Comida: pudding de pasta integral y verduras + macedonia de frutas

Cena: Arancini de arroz integral + yogur con kiwi + frutos secos

Viernes 

Comida: Ensalada de garbanzos + carpaccio de kiwi y naranja con chocolate

Cena: Hummus de garbanzos y pan pizza + cuajada de caqui