Es una de las principales alternativas para la producción energética tras la descarbonización pero ¿en que consiste y por qué le interesa a Asturias?

Primero con la descarbonización pero de forma más reciente también con los fondos europeos destinados a la reconstrucción económica tras la pandemia, el concepto de hidrógeno verde ha ido ganando más y más espacio en los titulares. Aparece de forma contante como una de las principales alternativas, singularmente en Asturias, para la renovación de la capacidad productiva energética, un proceso que además se presume «limpio» respecto al medioambiente y también con la capacidad de generarar, con su desarrollo y despliegue, nuevos puestos de trabajo. Pero ¿qué es realmente el hidrógeneo verde y por qué le interesa tanto a Asturias?

El hidrógeno es el el átomo más sencillo de la existencia física, un protón y un electrón; es también el elemento más abundante del universo y a ello, que no es poco a la hora de pensar en usarlo como recurso, se une que su combustión tiene una densidad energética muy alta, hasta tres veces más poder que la gasolina. Otras de sus ventajas son que, como fuente de energía puede suplir al transporte y también a la industria, y su combustión se emite vapor, nada contaminante. Pero ¿si es tan prodigioso por qué no se usa ya de forma masiva? La respuesta corta es que, de momento, producirlo es caro y también requiere una cierta tecnología. 

Según recalcó el profesor de Ingeniería Hidráulica, Eduardo Álvarez, del Departamento de Energía de la Universidad de Oviedo, el hidrógeno verde se obtenía años atrás del metano aunque ahora los esfuerzos tecnológicos se centran en extraerlo del agua, por eso se considera una energía verdaderamente limpia. La molécula de agua es una de las más conocidas hasta por los estudiantes de secundaria H20, dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno. Esa molécula se puede romper para quedarnos con el hidrógeno (y luego poder almacenarlo y usarlo como combustible), pero para hacer es preciso utilizar antes una cierta energía, eléctrica en concreto. El hidrógeno verde se extrae del agua mediente un proceso llamado electrólisis.

Nada de esto es especialmente novedoso al menos para químicos y físicos, pero sí lo es poder hacerlo de forma masiva, a un nivel industrial descomunal. Y para lograrlo buena parte de los gobierno occidentales, y especialmente los de la Unión Europea con su apuesta firma para la descarbonización, van a invertir gigantescas cantidades de dinero en el desarrollo de la tecnología que haga posible que producirlo sea eficiente en todos los sentidos.

En Asturias hay varios proyectos, algunos anunciados de forma pública y otros todavía llevados de manera discreta, o así lo asegura e Principado, por la confidencialidad requerida por las empresas, para poner en marcha iniciativas ligadas al hidrógeno verde. Eduardo Álvarez destacó que el Principado cuenta con varios puntos a su favor para poner en marcha este recurso energético, puede almacenarser y hay una regasificadora en El Musel que, tras una odisea judicial, espera que le den uso. El Principado es además un territorio especialmente, quizá el que más de la península, afectado por el abandono del carbón y son muchas las infraestructuras, las centrales térmicas, pero también el capital humano, que espera una segunda vida relacionada con el hidrógeno verde.

El profesor destacó así un atractivo de Asturias: tiene mucha agua, es abundante aquí y no lo es, en absoluto, en muchas otras partes. La cuestión es dónde sacará el Principado la energía para el proceso de la electrólisis que hace falta para romper las  moléculas de agua, y una energía que sea, a su vez, limpia y ecológica.

Una posibilidad es la energía solar, y aunque incluso puede lograrse en entornos nublados, Asturias no es uno de los territorios más atractivos para extraer el sol electricidad. La otra alternativa es el viento, pero con una fuerza y en cantidades que van mucho más allá de los molinos que ya empiezan a formar parte del paisaje cotidiano de las cumbres entre concejos. Hacen falta molinos en alta mar, porque los vientos del litoral cantábrico sí tendrían la posibilidad de arrancar la energía precisa para luego dirigir la electrólisis para romper las moléculas de agua y extraer ese hidrógeno verde.

Y aquí, según apuntó el profesor Álvarez, se plantea un nuevo dilema. Porque la costa asturiana también presenta una dificultad adicional. La placa continental en otras áreas de Europa no es especialmente profunda y pueden construirse molinos «offshore» anclados en el lecho marino. Pero a muy poca distancia de la costa asturiana el fondo del océano se desploma en un abismo, es como un enorme barranco sumergido, el alta mar del mar de Asturia es especialmente profunda y por ello es necesario otro empuje tecnológico: ser capaz de construir plataformas eólicas flotantes.

Y se puede. Los molinos flotantes existen ya, y además en Asturias ya se cuenta con la industria y las empresas productoras de muchos de los elementos y piezas con los que se construyen parque de energía eólica en otros mares, falta que se hagan en el nuestro.

A todos los aspectos puramente energéticos, Álvarez sumó uno más, en cierta medida geopolótico. Si Europa tiene tanto interés en el desarrollo del hidrógeno verde no es sólo, que también, por una cuestión de protección medioambiental, sino para no depender del exterior. Los combustibles fósiles, el petróleo, son una condena para la polución pero también para la economía y el desequilibrio en la balanza de pagos de los países que no tienen ese recurso. En buena medida, el avance hacia las energías limpias es un asunto de independencia frente al exterior.

Asturias tiene muchos mimbres para poder hacerse un hueco entre los primeros territorios en poner en marcha esta enorme iniciativa, pero no es el único, y también en el norte, el País Vasco avanza a pasos agigantados para desplegar proyectos empresariales relacionados con el hidrógeno verde. Álvarez cierra con una advertencia, el primero tendrá una ventaja descomunal porque atraerá a su alrededor nuevos impulsos para el desarrollo de este fuente de energía y también empresas auxiliares en un efecto cascada.