Mucho más allá del deporte
El Premio Princesa de los Deportes 2022 premia el valor de la solidaridad en la figura del Equipo Olímpico de Refugiados y la fundación que lo promueve
El galardón de Deportes de este año, que recayó en la Fundación Olímpica para los Refugiados y el Equipo Olímpico de Refugiados, constituye, en realidad, otro premio al valor de la cooperación y la solidaridad. De hecho, lo que el jurado de la Fundación Princesa de Asturias destacó es «la oportunidad que brinda a los deportistas en zonas de conflicto y lugares donde los derechos humanos se ven vulnerados de desarrollar su actividad deportiva y personal. El Equipo Olímpico de Refugiados aúna los máximos valores del deporte, como son la integración, educación, solidaridad y humanidad, y representa un mensaje de esperanza para el mundo».
No quiere decir eso que se aparte del espíritu olímpico o de los valores que debe representar el deporte, sino todo lo contrario. Pero el foco no estaba puesto exactamente en los méritos deportivos.
Según la biografía oficial, ambos organismos, creados por el Comité Olímpico Internacional (COI) y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en 2017 y 2015, respectivamente, tienen como objetivo, según palabras de Thomas Bach, presidente del COI, ser «un símbolo de esperanza para todos los refugiados del mundo», concienciar sobre una de las crisis más importantes a las que se enfrenta la comunidad internacional y utilizar el deporte como vía para la ayuda humanitaria, la cooperación y el desarrollo de las personas afectadas por conflictos en el ámbito internacional.
Fundación Olímpica para los Refugiados
La Fundación Olímpica para los Refugiados fue creada por el COI, en colaboración con ACNUR, en 2017, con el compromiso de apoyar la protección y el desarrollo deportivo y personal de atletas desplazados, más allá de las citas olímpicas. La Fundación trabaja con organizaciones internacionales, empresas del sector privado, organizaciones no gubernamentales y otras fundaciones para establecer y fomentar programas de cooperación a través del deporte.
Proteger a los jóvenes de la violencia y la exclusión social, fomentar el acceso a la educación, la sanidad (con especial atención a la salud mental en sus últimas iniciativas) y la práctica deportiva son, entre otros propósitos, las principales líneas de la estrategia de trabajo de los doce programas que la Fundación ha puesto en marcha desde su creación, y de los que ya se han beneficiado alrededor de doscientos mil jóvenes. Estos proyectos se han desarrollado en ocho países: Colombia, Jordania, Kenia, México, República Democrática del Congo, Ruanda, Turquía y Uganda.
Con el objetivo de alcanzar el millón de jóvenes beneficiados en el año 2024, continúa desarrollando programas. Este año 2022 ha lanzado, junto con el Ministerio de Deportes de Francia, el proyecto «Terrains d’Avenir», para ayudar a jóvenes refugiados en el país galo y prepara otros en países como España o los Países Bajos.
La Fundación promueve, además, la creación de redes y acuerdos de colaboración que ayuden a implementar su visión, como la Sport Refugees Coalition, en la que participan más de ochenta miembros, o el Olympic Refuge Foundation Think Tank, formado por expertos internacionales del mundo académico, el sector sanitario, miembros de organizaciones no gubernamentales y refugiados que analizan y ajustan la labor de la Fundación y el rol del deporte como herramienta para la ayuda humanitaria. Thomas Bach es presidente de la junta directiva de la Fundación y Filippo Grandi, alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, es su vicepresidente. La Fundación es responsable también del Equipo Olímpico de Refugiados.
Equipo Olímpico de Refugiados
El Equipo Olímpico de Refugiados (conocido oficialmente por sus siglas en francés, EOR) es una delegación que participa en los Juegos Olímpicos, formada por atletas que se encuentran en calidad de refugiados por causa de cualquier conflicto a nivel mundial.
Fue creado por el COI en 2015, cuando este pidió a los diferentes comités nacionales que identificasen, en colaboración con ACNUR, a los atletas refugiados cuyo nivel deportivo tuviera potencial para clasificarse para los Juegos, con el fin de ofrecerles la posibilidad de hacerlo a través de la financiación aportada por becas de Solidaridad Olímpica, un proyecto de ayuda a deportistas del COI.
El equipo tiene la misma consideración que cualquier otro de los que participan en la cita deportiva. El EOR participó por primera vez en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. De los cuarenta y tres candidatos preseleccionados, se fijó finalmente una lista de diez atletas para formar el equipo, que provenían de Etiopía, República Democrática del Congo, Siria y Sudán del Sur, y participaron en atletismo, judo y natación.
El judoca Popole Misenga, de la República Democrática del Congo, fue su abanderado en la ceremonia de inauguración. La bandera que representa al EOR es la bandera olímpica. El 8 de junio de 2021 se aprobó la lista de miembros del equipo para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 (aplazados debido a la pandemia de la covid-19). La lista estuvo formada por veintinueve atletas de trece comités nacionales, elegidos entre una primera preselección de cincuenta y cinco, que compitieron en doce disciplinas. Yusra Mardini (nadadora siria) y Tachlowini Gabriyesos (maratonista eritreo) fueron los abanderados en la ceremonia de apertura y el taekwondista iraní Kimia Alizadeh logró la medalla de bronce en su disciplina.