Una semblanza de las ganadoras del Premio Princesa de las Artes 2022, las artistas flamencas María Pagés y Carmen Linares

Solo en otra destacada ocasión en la historia de los premios, el galardón Princesa de Asturias de las Artes ha reconocido el arte flamenco, como es el caso de Paco de Lucía (2004). Ni siquiera la danza es frecuente en el palmarés, donde figuran solo Maya Plisetskaya y Tamara Rojo (2005). De modo que podría decirse que el reconocimiento a la cantaora Carmen Linares y a la bailaora y coreógrafa María Pagés era una asignatura pendiente de los jurados.

Veamos qué dijeron en su fallo de 2022: «La obra de Carmen Linares y María Pagés es parte de la genealogía del flamenco contemporáneo. Ambas, en sus disciplinas, han ensanchado el cante y el baile desde el respeto por la tradición, apostando por ampliar sus cauces expresivos, impulsando así el carácter universal de un extraordinario patrimonio cultural, popular y sensorial».

Un homenaje que extendían claramente a toda su disciplina: «Con voluntad de permanente exploración, su trabajo dota al flamenco de nuevas herramientas a la vez que amplifica el lenguaje de una manifestación cultural que vive un momento de esplendor y búsqueda de nuevos horizontes. Ambas creadoras despliegan en su trayectoria experiencias que reivindican el flamenco como uno de los géneros musicales más sugerentes de nuestro tiempo y un acontecimiento artístico perenne y único».

Carmen Linares no solo se mostraba feliz al recibir el premio: «Estoy muy feliz por mí y por el arte flamenco, en mayúsculas, que es lo que yo más quiero y a lo que he dado mi vida. He entregado mi vida a este arte, pero de verdad me lo está devolviendo con creces. Ha sido una suerte, la suerte de mi vida, encontrarme con esta música flamenca, que es para mí una de las mejores músicas del mundo, poderme dedicar a esta profesión y dar todo lo que llevo dentro», declaraba al conocer el fallo el pasado mes de mayo.

Su compañera de galardón, María Pagés, añadía: «Este año el Premio Princesa de Asturias de las Artes me parece redondo. Y lo es por muchas razones. En primer lugar, nos une en un mismo destino a Carmen y a mí; somos amigas y compañeras de viaje desde hace muchos años y nuestra memoria sabe mucho de lo que es ser profesionales de la cultura. Nos permite compartir emoción, felicidad y la misma responsabilidad que tenemos desde siempre respecto a nuestro patrimonio personal y colectivo».

Pero, sobre todo, decía, «nos une ante un profundo agradecimiento al Premio Princesa de Asturias, que reconociéndonos a nosotras como creadoras, sitúa al arte flamenco, uno de los paradigmas de contemporaneidad que mejor nos definen como país, como lo que es, una maravillosa expresión de nuestra identidad cultural, atada a la tierra pero tocada por la gracia de la universalidad».

Trayectorias

Carmen Pacheco Rodríguez, conocida como Carmen Linares, nació el 25 de febrero de 1951 en Linares (Jaén). Comenzó a cantar en compañías como la de Paco Romero o Carmen Mora y en tablaos madrileños populares. Es, según los expertos, una de las voces más importantes del cante flamenco, a la altura de nombres como Enrique Morente, Camarón o La Niña de los Peines.

Ha sido la primera cantante flamenca en actuar en el Lincoln Center de Nueva York, invitada por la Orquesta Filarmónica de la ciudad, y ha actuado en los más importantes escenarios de todo el mundo, como el Teatro Colón de Buenos Aires, la Ópera de Sídney, el Palau de la Música de Barcelona, el Teatro Chaillot de París, el Barbican Center de Londres o el Teatro Real de Madrid.

En su discografía destacan los álbumes Cantaora (1988), las Canciones populares antiguas (1993) ?con textos de Federico García Lorca?, Antología de la mujer en el cante (1996), Que no he muerto (2003) ?con textos de Juan Ramón Jiménez?, Oasis Abierto (2011) y Verso a verso (2017). Ha participado, además, en proyectos escénicos con artistas como Manolo Sanlúcar o Blanca Li o la Compañía Nacional de Arte Dramático. En la actualidad continúa de gira con un espectáculo que celebra sus más de cuarenta años sobre los escenarios.

María Jesús Pagés Madrigal, conocida como María Pagés, nació el 28 de julio de 1963 en Sevilla. Comenzó a bailar en la compañía de Antonio Gades y fue primera bailarina en la compañía de Mario Maya, en el Ballet Español Rafael Aguilar y en el Ballet Español de María Rosa. En 1990 creó su propia compañía, en la que ha producido numerosos espectáculos y con los que ha renovado, según los críticos, las formas del baile flamenco a través de la mezcla de tradición y modernidad. Una labor que le ha otorgado el reconocimiento internacional y la ha llevado a actuar en los espacios escénicos y festivales más importantes del mundo.

Ha colaborado con artistas de la talla de Mijaíl Barýshnikov, Carlos Saura, Tamara Rojo o Ángel Corella. Algunos de sus montajes destacados son Sol y sombra (1990); Autorretrato (2008), fruto de su residencia en el Barýshnikov Arts Center; Soleá pas de deux (2010); Mirada (2010); Utopía (2011), estrenado en el Centro Niemeyer de Avilés; Casi divina, leve (2012); La alegría de los niños (2013); Siete golpes y un camino (2014); Visages (2016), Una oda al tiempo (2017) o el proyecto Tribulaciones de Simbad, un programa de talleres creativo-participativos llevados a cabo en el Centro Coreográfico María Pagés durante el 2021 con colectivos de personas con discapacidad.

En mayo de este mismo año estrenó en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona su nuevo espectáculo titulado De Sheherezade y ha preparado otro nuevo montaje, Oda a la flor del naranjo, puesto en escena en el Festival Pentecostés de Salzburgo en junio. Pagés desarrolla además una importante labor solidaria y educativa a través de su asociación Artedea (Asociación Arte y Dignidad de Acción). Ha recibido numerosos galardones.