España y los españoles

Diego Valiño
Diego Valiño REDACCIÓN

OPINIÓN

14 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Cada uno es libre de pensar y de sentir lo que considere oportuno. En España hay un importante porcentaje de la población que no se siente española o que la España actual no es la que le gusta. Eso acaba quedando patente en la actitud de la clase política ante eventos como el desfile del 12 de octubre, en la que se ausentaron varios dirigentes y presidentes autonómicos. Queda reflejado también quién se siente orgulloso con la bandera y el himno nacional y quién lo aborrece. ¿Las dos Españas de las que hablaba Machado no acabarán nunca?

Hay quienes defendemos un Estado federal plurinacional y republicano como el mejor encaje posible para todas las Españas, pero al menos yo soy consciente de las dificultades para llevarlo a cabo. Sin duda la brecha histórica que creó el franquismo pesa tanto a día de hoy que cualquier modificación se verá con recelo por alguna de las partes. La Transición de la dictadura a la democracia pudo dejar durante unos años aparcados ciertos temas, pero a día de hoy, casi 41 años después de la muerte de Franco, su sombra permanece lamentablemente presente. No hay más que ver cómo el lunes que viene, en un pleno extraordinario en el Ayuntamiento de Oviedo, aprobaremos una serie de decisiones relacionadas con el cumplimiento de la ley de la Memoria Histórica. Uno de los puntos a votar será la de retirar la Medalla de Oro a Francisco Franco. No se trata de abrir heridas, sino de cerrarlas definitivamente. Si en España cuatro décadas después sigue teniendo distinciones honoríficas alguien que privó de la libertad a millones de personas, ¿cómo vamos a lograr una mínima unidad? Además, es la derecha política la que patrimonializa los símbolos constitucionales, la que considera que no es una prioridad ciudadana el cambiar el nombre de las calles a personas que no se las merecen, y vuelvo al principio de mi artículo: uno puede pensar y sentir lo que le dé la gana. Por tanto, ahí es donde yo veo que España tiene que pensar mucho qué futuro quiere, y más si la pretensión es que los distintos pueblos del territorio nacional sigamos juntos. De no hacer los deberes a tiempo, bajo mi punto de vista seguirán en aumento las aspiraciones independentistas en algunas comunidades autónomas.

Sin duda un gobierno del PP, y sobre todo con Rajoy al frente, es imposible que pueda conciliar y calmar los ánimos. Es otro motivo más para que este señor no continúe en La Moncloa.