¿Por qué apoyamos a Juana Rivas?

OPINIÓN

12 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Juana Rivas ha sido un detonante que por una parte nos ha llevado a una serie de concentraciones para conseguir visibilizar el problema de unas actuaciones judiciales muy poco entendibles y mal realizadas y por otra a darnos cuenta de como es el Poder Judicial encargado de aplicar y cual es el calado de las leyes; obsoletas, patriarcales, sesgadas; que se aplican con respecto a las denuncias que interponen las mujeres víctimas de violencia machista.

¿Como es posible que una mujer víctima de violencia machista no tenga los instrumentos adecuados para conseguir la separación del maltratador?

¿Como es posible que la sociedad siga mirando para otro lado después de más de 800 mujeres asesinadas, que no muertas, desde que se aplica la Ley contra la Violencia de Género?

¿Como es posible que después de más de un millón de denuncias sobre violencia machista desde el 2009, todavía sigamos dudando de la palabra de una mujer?

¿Como es posible que se siga sin exigir al gobierno que los juzgados se adecuen a estos casos sangrantes, se doten del necesario presupuesto para tener unos funcionarios adecuados y unas leyes justas para que los fiscales y jueces puedan decidir?

¿Qué es lo que tiene que pasar para que la sociedad exija a nuestro gobierno que se cambien las leyes? 

No soy abogada, ni jueza, ni fiscal. Solo he sido una mujer maltratada durante muchos años, en los cuales el miedo a perder a los hijos, te paraliza y merma las opciones de defensa; estos y otros motivos son los que me hacen entender y defender a cualquier Juana Rivas; entiendo su desobediencia a las normas establecidas; normas que por otra parte están hechas por y para los hombres.

Según la magistrada Victoria Rosell la justicia no funcionó; la denuncia estuvo 8 meses en un cajón sin ser enviada a Italia por no tener traductor, (no me fastidies), incumpliendo art 17 Ley de Víctimas 4/15.

¿Por qué no se han interpretado las leyes conforme al Convenio de Estambul firmado por España? Y que en su art. 31 establece que los Estados han de adoptar las medidas legislativas u otras necesarias para que, en el momento de estipular los derechos de custodia y visita relativos a los hijos, se tengan en cuenta los incidentes de violencia incluidos en el ámbito de aplicación del presente Convenio y para que el ejercicio de ningún derecho de visita o custodia ponga en peligro los derechos y la seguridad de la víctima y de los niños. 

¿Para qué firmamos convenios si no se van a respetar y cumplir? Ah, ya lo sé, porque para el gobierno del PP «la aplicación de los convenios son como las lentejas».

Papel importante ha tenido el Ministerio Fiscal que lejos de velar por la protección de los menores y de la mujer maltratada, ha demostrado ser insensible con las víctimas. Dio por sentado que la mujer mintió y creyó al hombre, al marido, al maltratador. Tenía una sentencia firme que lo condenó a tres meses de cárcel. ¿Qué necesitaba el fiscal?

Los medios, también, han tenido un papel clave en todo esto. Convirtieron el acto de Juana Rivas que solo intentaba proteger a sus hijos, en un circo. La humillaron, la convirtieron en una mentirosa. Señores, ¡ella es la víctima! No nos olvidemos de eso. Y han dado al individuo ese un trato de “pobrecito hombre que viene desde Italia a ver a sus hijos, que mala madre que no deja que sus niños vean a su padre” además de unos buenos reportajes en periódicos de tirada nacional enseñándonos lo «maravilloso y trabajador» que es.

Huyó de su maltratador viendo que tenía que entregarle a sus hijos. Desobedeció unas sentencias y se escondió de un sistema que no iba a ser capaz de ayudarla a conseguir una vida digna lejos del hombre que la golpeo y por lo cual fue condenado. Ella confiaba en el sistema, pero el sistema la defraudó. El sistema ejerció sobre ella  una violencia institucional que la hizo sentir una impotencia grave.

 ¿Qué esperaban que hiciera? Cuando alguien te persigue para hacerte daño a ti o a tus hijos, huyes. Te escondes para salvar la vida.

La Red Equo de Mujeres de Asturias, a la que pertenezco, se ha sumado al igual que otras muchas asociaciones feministas a manifestaciones y concentraciones en apoyo a Juana Rivas,  también a la petición para que el CGPJ considere las reflexiones de la Asociación de Mujeres Juezas de España que en su valoración de la situación judicial de Juana Rivas, ha expresado que «no se ha utilizado la perspectiva de género como elemento transversal a la hora de interpretar y aplicar las leyes, dando lugar a situaciones injustas si no se atiende al contexto y la realidad que comporta la violencia de género. En este caso no se han interpretado las leyes conforme al Convenio de Estambul firmado por España, ni a lo que señala el Pacto de Estado sobre la custodia a padres condenados por maltrato».

La realidad es compleja y delicada y solo se puede dar respuesta utilizando instrumentos legales que prevean un tratamiento específico de la violencia de género. Los retrasos son intolerables cuando las realidades exigen una atención inmediata. Los profesionales tienen que estar formados y los medios tienen que ser adecuados.

 Las leyes tienen que cambiar.

¿Para que queremos el Pacto de Estado sobre las Violencias de Género?

¿Para que el gobierno no lo cumpla y diga que han hecho grandes esfuerzos, están muy contentos y se hacen fotos?

NO, para esto NO.