Manifiesto por un nuevo ciclo de cambio en Asturias

OPINIÓN

Manifestación por las pensiones en Oviedo
Manifestación por las pensiones en Oviedo JL Cereijido

El portavoz de IU en la Junta General defiende una nueva etapa política y social desde la «identidad de cada cual», con candidatura propia y evitando «una coalición de siglas»

13 abr 2018 . Actualizado a las 11:14 h.

La tradición historiográfica sobre el antiguo Egipto denomina períodos intermedios u oscuros a aquellos interregnos donde a la crisis socioeconómica se suma la crisis política y el fraccionamiento del poder tanto en el territorio como dentro propio poder político y religioso. En Asturias y en España, salvando las distancias, nos movemos lentamente entre la inercia, el bloqueo político al cambio, el fraccionamiento y el peligro de una legislatura más de prórroga.

Así, asistimos en España al final del ciclo político de la Operación Gatopardo: de la indignación del 15M al cambio frustrado, la crisis territorial y la recuperación parcial de la movilización. España ha ido del malestar social a la desafección y ahora a la decepción política de la izquierda y la reaparición de la movilización. Que todo cambie para que nada se transforme.

El cambio de representación ha llegado al Congreso y sin embargo se ha quedado a las puertas del gobierno. Han sido un espejismo la expectativa primero de un gobierno de cambio alternativo al PP de Rajoy, y luego, como sucedáneo, la de un gobierno cameral controlado desde las minorías parlamentarias. La derecha, muy al contrario, monopoliza como nunca desde la transición el poder económico, pero también el político y judicial. Asistimos, en consecuencia, a una involución autoritaria en derechos civiles y políticos, incluso en la dialéctica entre gobierno y oposición. La derecha se hace la oposición a sí misma y la regeneración de sí misma, entre la crisis del PP y la alternativa de Ciudadanos.

Los presupuestos en plena recuperación siguen, un año más, la senda restrictiva en coherencia con las políticas de austeridad de la UE, y las políticas económicas carecen de proyecto de modernización y de cambio, mas allá del abaratamiento de los costes como consecuencia de las contrarreformas laborales, sociales y fiscales. Es decir, perdemos de nuevo la oportunidad de aprovechar la recuperación para abordar nuestros problemas estructurales de desigualdad social, precariedad laboral, debilidad fiscal y de productividad mediante la definición y reforma de las políticas fiscales, industriales, laborales y de I+D así como de recuperación de derechos y servicios públicos.

A todo esto y por sorpresa reaparece la cuestión social en la agenda política, otra vez por donde menos se pensaba, con la movilización feminista y de defensa de las pensiones, pero se corre el riesgo de romper la relación de las movilizaciones, las organizaciones sociales, su representación programática y su carácter político. Mientras tanto, la izquierda política continúa mirándose de reojo e incapaz de representar políticamente las reivindicaciones: el PSOE por su implicación en las políticas de austeridad y Unidos Podemos ensimismado en su delicioso aislamiento, a la espera del asalto a los cielos. Se acentúa también el bloqueo territorial, entre el decisionismo unilateral independentista, la reacción centralizadora españolista y la judicialización penal de la política.

Por otra parte, si una iniciativa política ha protagonizado esta legislatura en Asturias, ha sido el compromiso de IU de Asturias con el cambio y la regeneración en el marco del pacto de investidura. De él hemos estado hablando y actuando estos tres años, de la posibilidad de articular mayorías parlamentarias y la dificultad  de mayorías presupuestarias y del objetivo finalmente imposible de un gobierno compartido por las izquierdas.

También han sido las protagonistas sus principales medidas políticas y su agenda legislativa de rescate social y servicios públicos, de sus prioridades estratégicas de infraestructuras y de ordenación territorial, de la gestión de residuos, la regeneración democrática frente a la corrupción, de la educación de 0 a 3, del contrato programa de la Universidad y la investigación, de la dignificación y oficialidad del asturiano...

Sin embargo, la inercia y la resistencia al cambio del gobierno de Javier Fernández, la decadencia del proyecto de la FSA para Asturias, su gestión agotada y clientelar. Pero, sobre todo ha sido la ausencia de una cultura de diálogo y acuerdo plural, no solo en el Psoe, sino también en Podemos y su fracasada pretensión de una transversalidad sin mayorías, sin más proyecto que la depuración ética y la confrontación política. La consecuencia ha sido una legislatura de bloqueo político, parlamentario y presupuestario que corre el riesgo de pasar del bloqueo a la prórroga permanente.

En todo caso, en IU no nos designamos, se trata de salvar el cambio posible en el modelo social, la regeneración democrática y la recuperación a corto plazo, en los meses que quedan de la legislatura. Por eso hemos apostado por el presupuesto, y en su defecto por el crédito extraordinario, todavía en trámite, que palíe los efectos restrictivos de la prórroga.

Pero sobre todo no queremos ser parte del problema, del agravio o la depresión de Asturias. Tampoco queremos hacer falsas promesas al margen de nuestras competencias, porque una parte fundamental del cambio pasa por influir en in cambio imprescindible en España y en la UE. Queremos sumarnos a sus fortalezas para abrir un nuevo ciclo en Asturias con su cultura industrial y el empleo de mejor calidad, sus preciosos recursos naturales, sus sólidos servicios públicos, el potencial del área central como corazón de Asturias, las capacidades de la Universidad, la investigación y su necesaria vinculación social y empresarial, la riqueza de la cultura, la llingua y la memoria, así como  de sus instituciones y autogobierno.

Se trata de abrir un nuevo ciclo para Asturias. Un nuevo ciclo de la izquierda para derrotar a la derecha, desde la identidad de cada cual y la capacidad de movilizar a sus respectivos electorados. Por eso no comparto la formula de una coalición de siglas, sino que defiendo una candidatura propia de IU con la izquierda social, con su cultura de lucha y también propositiva y de gobierno. El objetivo es lograr el imprescindible reequilibrio en la izquierda para con ello garantizar el acuerdo para el cambio, que se imponga tanto a la inercia como a la demagogia transversal. Un proyecto que sea mayoritario en la izquierda con una cultura de pacto y gobierno compartido que defina las prioridades y la agenda básica para el cambio en relación a prioridades realistas de cambio como:

-Mantener la vocación productiva e industrial de Asturias, con un nuevo modelo de diversificación y de transición energética justa y viable.

-Recuperar de los recortes los servicios públicos y ampliar los derechos sociales.

-Cambiar el modelo actual de gestión inercial por una gestión transparente y participada de la función y los servicios públicos.

-Vincular la Universidad, el desarrollo social y la investigación con la sociedad y la empresa.

-Ordenar el territorio para integrar Asturias y su área central, articular las alas y preservar el medio ambiente frente a las amenazas.

-Regenerar la política y recuperar el prestigio del autogobierno.

-Desarrollar la cultura y la oficialidad de la llingua.

-Afrontar la actual crisis de desigualdad y de cuidados y el envejecimiento demográfico en base a la Igualdad de género y los servicios públicos: brecha salarial, igualdad de derechos, reparto de permisos y tareas y plan contra la violencia.

Se trata de no perder el hoy para ganar un mañana para Asturias.