¿Sabías que esto se puede reciclar?

La Voz

ASTURIAS CON R

María Ballesteros

Gafas, redes de pesca, neumáticos, cápsulas de café, cámaras de bicicleta... Son solo algunos de los objetos cotidianos que tienen una segunda vida garantizada si llegan al punto de tratamiento adecuado

10 oct 2018 . Actualizado a las 13:39 h.

Con ocho cajas de cereales recicladas se puede hacer un libro y con seis briks una caja de zapatos, pero además de los residuos más convencionales que depositamos en el contenedor azul (papel, cartón y derivados), el amarillo (envases) o el iglú del vidrio, existen muchos otros residuos cotidianos que pueden tener una segunda vida si se tratan adecuadamente, lo que en el caso de los consumidores domésticos supone en ocasiones depositarlos en el punto limpio más cercano... pero no solo. Existen también empresas productoras, gestores de residuos y otras instituciones que se dedican a la recogida de desperdicios que, de no ser por estas iniciativas, acabarían en vertederos, sin posibilidad de recuperación. Estos son algunos de los productos que pueden pasar a mejor vida, en sentido literal, cuando han cumplido el uso para el que fueron fabricados.

Cápsulas de café

Antes de la R de reciclar está la R de reducir. Y cuando se trata de tomarse un café, reducir significa generar el menor número de residuos y, por tanto, desechar los sistemas que para llenar una tacita necesitan un envase monodosis de aluminio o de plástico. Pero si, de todos modos, optamos por las cápsulas de café es fundamental tratar los residuos que generan de la manera menos contaminante posible. Aunque similares a envases, dentro del sistema de tratamiento de residuos urbanos, estos desechos no son considerados como tales, así que no deben tirarse en el contenedor amarillo. ¿Qué hacer con ellos entonces? Antes de echarlos en el colector de restos, hay que tener en cuenta que las marcas que fabrican estas cápsulas, impulsadas sin duda por el impacto que estos productos causan en el medio ambiente, han puesto en marcha numerosos puntos recogida para que las cápsulas puedan ser tratadas de forma adecuada y reciclarse. Hay dos razones muy poderosas para hacerlo: la desbordante invasión de plásticos que sufre el planeta y, por otra, la posibilidad de reciclar de forma indefinida el aluminio con el que se fabrican buena parte de estas cápsulas sin que pierda su calidad. Además, del envoltorio, si se reciclan también se aprovechan los posos de café, que se utilizan para hacer fertilizantes destinados a la agricultura.

¿Dónde llevarlas? En general, las tiendas especializadas donde se venden estas cápsulas recogen los envases usados y las principales marcas tienen un apartado en su web dedicado al reciclaje. Nesspreso ofrece más de 250 puntos en España para sus cápsulas, que pueden localizarse a través de un buscador, la misma opción que ofrece Dolce Gusto desde su web. 

Bombillas

También se reciclan, sí, pero nunca en el contenedor destinado al vidrio, donde tampoco deben echarse restos de loza, cristales rotos ni espejos: solo botellas y envases de vidrio. Las bombillas deben llevarse al punto limpio o a puntos específicos de recogida porque cada uno de sus componentes debe tratarse por separado. Existen distintas entidades en España que se encargan de la recogida y gestión de los denominados residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), entre los que se incluyen la mayoría de las bombillas (salvo las de filamentos y las halógenas), como Ambilap (Asociación para el reciclado de residuos de la iluminación) que dispone de una amplísima red de puntos de recogida, entre los que están puntos limpios y establecimientos comerciales; o Ecolum (Fundación para el reciclaje de aparatos de iluminación), al que están adheridos más de 300 productores de este tipo de aparatos.

Pero, ¿qué se hace con las bombillas? Primero se separan los tipos de bombillas y se dividen sus componentes. En el caso de los fluorescentes, por ejemplo, el tubo se separa de los cabezales y después se aspira para recoger el polvo fluorescente. El vidrio se tritura y se somete a varios tratamientos para dejarlo limpio de otros componentes, un proceso al que también se somete el metal. De manera similar se van tratando los distintos tipos de bombillas y luminarias, que, entre otros componentes, contienen metales como el mercurio, que requiere un tratamiento específico por su toxicidad para los seres vivos y el medio natural.

 Neumáticos y cámaras de bicicleta

Pese a que los cementerios de neumáticos son ilegales en España desde el 2006, la imagen de montones de llantas de caucho en cualquier parcela permanece en la retina de muchos ciudadanos, como también la del brutal incendio que hace apenas dos años arrasó con un depósito de estos residuos en la localidad de toledana de Seseña, el mayor que existía entonces en España. Sin embargo, hay una alternativa legal, gratuita y que aporta gran valor añadido en el reciclaje de este tipo de componentes. Existen gestores como Signus, que agrupa a los principales fabricantes de neumáticos y recoge los componentes usados de los talleres, y entidades como TNU, que agrupa a otros productores, para gestionar correctamente estos residuos, tal como exige la legislación. También hay empresas que se dedican directamente al reciclaje de estos componentes para darles nuevos usos, como la vasca Gomavial, que con el caucho fabrica desde parabalas y señales de tráfico a calzado y complementos.

Usando neumáticos y también cámaras de aire de bicicletas marcas como Nukak y Vaho se dedican desde hace años a hacer bolsos, mochilas, fundas de gafas y otros accesorios. Las posibilidades del caucho una vez reciclado son amplísimas. 

Redes de pesca

Las redes de pesca, que están hechas de derivados del petróleo, se han convertido en uno de los recursos preferidos de las empresas textiles que utilizan materiales reciclados. Uno de los ejemplos más conocidos es el de Ecoalf, la marca creada hace una década por Javier Goyeneche, quien emplea tanto este material como botellas de plástico recicladas y neumáticos para crear ropa y calzado en los que diseño, calidad y sostenibilidad van de la mano. Entre sus clientas, se encuentra la reina emérita, quien se dejó ver con uno de los plumíferos de la marca en una aparición reciente.

En la misma línea, hace un año se presentó en San Sebastián el proyecto Redcycle, puesto en marcha por la marca Ternua y la Organización de productores de pesca de bajura de Guipúzcoa(Opegui). La iniciativa consiste en el reciclado de las redes en desuso procedentes de varias cofradías vascas y su transformación en hilo para elaborar con él prendas de ropa deportivas. Con la misma materia prima ha comenzado a fabricar sus gafas la marca barcelonesa Sea2See, cuyo modelo de buenas prácticas en diseño ha sido seleccionado en el proyecto europeo Circular Design, en el que participan otros 12 socios del continente.