El mejor «pegatinero» de Asturias enseña su tesoro

Noelia Rodríguez AVILÉS

AVILÉS

Miguel Sánchez lleva 41 años coleccionando pegatinas hasta juntar más de 60.000 ejemplares. Las más significativas pueden verse en Avilés

20 dic 2016 . Actualizado a las 21:03 h.

La primera pegatina que se editó, probablemente, después de la muerte de Franco en Avilés y que es de UGT, varias contra las privatizaciones de servicios en el municipio, en defensa del puente de San Sebastián o de la antigua Ensidesa, sin contar numerosas de candidatos electorales. Son parte de los tesoros que tiene Miguel Sánchez y que lleva guardando desde hace 41 años y que desde hoy se pueden ver en el palacio de Valdecarzana de Avilés. Son una pequeña, minúscula, muestra de lo que posee, pero sirven a modo de repaso de la historia del Principado, en especial en la vertiente política. «Las distintas Asturias en pegatinas» repasa en 250 ejemplares acontecimientos sociales y políticos de la región, aunque la colección de Sánchez abarca a toda España. Esta selección la ha dividido en seis temáticas: elecciones, partidos políticos, sindicatos, género (feminismo y defensa de la sexualidad), ecologismo y la Asturias de protesta, como él y sus amigos la han definido.

En cada una de ellas se pueden encontrar auténticas reliquias que datan del año 1975 y buena parte de ellas cuentan una historia. Sánchez no se atreve a comentar alguna de las locuras que ha hecho para conseguir alguna de estas pegatinas, sólo asegura que ir a mítines políticos de partidos contrarios a su ideología es lo más normal. También hacer «un tour pegatinero en época de elecciones», incluso acudir a manifestaciones de colectivos contrarios a sus opiniones. ¿La mayor locura que haya hecho por conseguir una pegatina? «Que se pueda confesar fue que casi tiró de un Cristo en Sevilla por una pegatina del PT (Partido del Trabajo de Andalucía) cuando ni el que me la dio ni yo éramos mucho de eso. Casi me hago costalero por una», reconoce Sánchez. Y explica que, aunque pueda parecer que no, el mundo del coleccionismo de pegatinas es muy grande, aunque desconocido para muchos de nosotros.

Todos los años se organiza un encuentro de «pegatineros» (como se definen a sí mismos los coleccionistas de pegatinas) a nivel nacional, que suele tener lugar en Asturias. Precisamente nuestra comunidad autónoma es una de las que más pegatineros tiene, junto al País Vasco, Barcelona y Madrid. Uno de los motivos que podrían explicarlo es el hecho de los movimientos sociales y el activismo de Asturias. Sánchez explica que en el mundo de la creación de pegatinas, desde que él empezó a coleccionar, ha habido momentos más álgidos y otros menos productivos. Los meses previos a las primeras elecciones democráticas, a la entrada de España en la OTAN y la Guerra de Irak son algunos de los más destacados en lo referente a cantidad de pegatinas creadas, todos ellos momentos de reivindicación y salir a la calle. ¿Qué tienen de especial? «Son una forma de propaganda muy barata y puedes hacer muchas», asegura. Así, no es de extrañar que el cuarto momento que destaque por la creación de pegatinas sea el actual. «Ha habido un rebrote desde las elecciones municipales», declara. De hecho, según los cálculos de Sánchez, en España se habrán creado, sólo de temática política, más de un millón de pegatinas. «Me quedan muchas por conseguir», asegura y dice que dónde encontrarlas puede deparar más de una sorpresa. «A veces en un pueblo de menos de 600 habitantes que pienses no pueda haber nada, encuentras», explica.

Bolsas, cajas antihumedad y temperatura de 6º

En su colección hay una amplia presencia de pegatinas relacionadas con Avilés, ya sea con acciones políticas, ecologistas, sindicales, incluso movimientos en los barrios.«De Avilés me deben faltar 10 ó 12», asegura. Algunas de ellas están presentes en la exposición que puede visitarse hasta el 13 de enero. Para poder llegar hasta aquí las somete a un cuidado proceso de conservación que pasa por introducirlas en pequeñas bolsas de papel cristal, de modo que «el pegamento no coma la pegatina». Las bolsas las guarda en álbumes y estos a su vez en cajas antihumedad que coloca en baldas en lo que él califica como «zulo», y es una parte del garaje de su casa de Meres. Ahí permanecen a una temperatura de seis grados. Todas las precauciones para evitar que se deterioren y algunas de las que cuentan con 40 años permanezcan como el primer día son pocas. De hecho, la calidad de las antiguas es mejor que la de las actuales, por la propia calidad de la tinta y el adhesivo, según aseguran los pegatineros.

A finales de los 70, cuando estudiaba Historia en la Universidad de Oviedo,  Miguel Sánchez llevaba, al igual que muchos de sus compañeros, pegatinas adheridas a la carpeta. Luego empezó a no gastarlas y conservarlas. «Las primeras que guardé fueron del PC, luego de los fachas, comencé a cogerlas en manifestaciones, elecciones... y en 1977 me di cuenta de que tenía mil y pico», explica. Fue entonces cuando empezó su trabajo como coleccionista hasta alcanzar las más de 60.000 que tiene actualmente. Y eso, según dice, a pesar de que hubo varios años en que apenas tuvo actividad porque su trabajo como archivero en Hunosa no le permitía desarrollar su afición. Ahora, como prejubilado, puede disfrutarla. Y bromea que a él le provocan una sensación similar a la de Gollum con el anillo en la obra de Tolkien: «son mi tesoro».