El «agujero» por el que dejar marchar la censura

Noelia Rodríguez

AVILÉS

Una imagen del espectáculo de «The Hole».Una imagen del espectáculo de «The Hole»
Una imagen del espectáculo de «The Hole»

El irreverente «The Hole» se representará en el Centro Niemeyer entre el 6 y el 9 de abril con Víctor Massán como maestro de ceremonias

17 mar 2017 . Actualizado a las 17:55 h.

«Mira lo de la duquesa de Alba, ¿por qué se va a juzgar a alguien por enamorarse de una rata?» Lo que dice Víctor Massán no es una metáfora, sino una frase literal. Él -mejor dicho, su personaje- se enamora de una rata de carne, hueso y pelo que es vegana, tiene estudios en nutrición y está un poco entrada en carnes, todo sea dicho. Se llama María del Mar, y está colado por ella hasta las trancas; así que para dar a conocer su historia de amor al mundo da una fiesta que se convierte en el inicio del argumento de «The Hole», la irreverente representación teatral que mezcla burlesque, circo, cabaret, revista y todo lo imaginable. Detrás de esa historia de amor y una espectacular puesta en escena, se esconde un llamamiento a la libertad, al vive y deja vivir, un pulso al autobús homófobo de Hazte Oír y una «fiesta a la que hay que venir con la mente abierta», explica Itxaso Barrios, coordinadora de la compañía LETSGO. Lo han hecho ya más de millón y medio de espectadores en varias ciudades del mundo y pronto otros muchos podrán hacerlo en el Centro Niemeyer, entre los días 6 y el 9 de abril.

Massán, que ejercerá como maestro de ceremonias en la representación de Avilés, asegura que «lo que más conflicto causa al público es la libertad del otro. Si viene con libertad, ríe a carcajadas y se va con buen sabor de boca, quien no lo hace se puede levantar». De hecho, han sido varios los que se han ido de «The Hole» por no ser lo que ellos esperaban o por no sentirse cómodos. Aun así él lo reivindica: «es necesario este espectáculo y más en los que la gente se pueda expresar» y habla de la necesidad que existe de luchar contra «la dictadura encubierta, que ya no se puede ser libre ni en redes sociales». Asegura que asistir a las algo más de dos horas que dura la obra «es terapéutico» y que «la gente sale con subidón». Barrios recomienda venir «con la mente abierta y dejando los problemas en la puerta y después ya vemos si los recogemos”. Y lo que la gente va a ver es «una historia de amor muy bonita», que recuerda mucho a «Rocky Horror Picture Show» mientras en el escenario, y en las butacas, se reflexiona sobre lo que está socialmente aceptable y lo que no. María del Mar sería nuestra Susan Sarandon, y el maestro de ceremonias Tim Curry. Les acompañan, entre otros, Cristina Medina y Berta Collado, así como varios artistas de circo que presentarán en el Niemeyer sus propios números.

La propia «The Hole» vivió fuera del escenario lo difícil que es ser aceptado socialmente cuando te sales de la norma impuesta. Fue en los principios, cuando sufrieron censura en Barcelona por usar en los carteles la imagen de una mujer «con poca ropa, igual que había fotos de hombres con poca ropa», explica Barrios. De hecho, los desnudos y la provocación están muy presentes en «The Hole», forman parte de esa libertad de la que se habla. Y muestra de cómo actuar con ella está en el hecho de que cuando la obra inició su gira y Madrid se quedó sin funciones LETSGO creó «The Hole 2», más revista española que la primera parte y con un censor propio. «Si nos iba a censurar, qué mejor que hacerlo nosotros mismos», apunta Barrios.

 Ha conquistado al «club de la laca»

En 2014 «The Hole» estuvo en Gijón, un año después en Oviedo y ahora llega a Avilés, donde sabe que es «un estilo diferente al que soléis tener aquí», según Barrios. Massán advierte que, en anteriores representaciones, descubrieron que «las del club de la laca nos agradecen el mensaje y nos dicen lo bien que se lo han pasado cuando al terminar nos hacemos fotos con ellas». La tradición teatral de la ciudad es más clásica que el público que se suele identificar con la obra y más propio de ese «club de la laca»; pero el gerente del Centro Niemeyer, Carlos Cuadros, no cree que suponga un problema. «Nuestro público es bastante fiel, pero estoy convencido de que vendrá otro diferente al habitual» y aprovechó para destacar que «es importante reivindicar ese espacio de libertad que debe ser compartido por todos los que ejecutan la ceremonia, encima o debajo del escenario». De hecho esa sintonía entre público y actores es lo que hace que todas las representaciones de «The Hole» sean diferentes.

De ahí que no sea el mismo «The Hole» el que se vio en Oviedo o Gijón del que se verá en Avilés. Algunos números han cambiado, también el maestro de ceremonias, y aunque el texto base de la representación es el mismo en cada puesta en escena hay lugar a la improvisación en función de cómo se respire en la sala. «La reacción del público es el 40 o 50% del éxito y cada noche es una sorpresa hasta para nosotros, eso le da mucha vida al espectáculo», explica Massán. «The Hole» tiene programados cinco pases en el Centro Niemeyer y las entradas están a la venta en el propio complejo, Laboral Ciudad de la Cultura, la web del espectáculo y el gestor de entradas de Liberbank. El precio es de 33 euros con posibilidades de descuentos del 20% o de 10 euros.